Castilla y León
Las ganaderías de leche se quedan sin relevo y pierden 161 explotaciones en 2023«Si mi hijo hubiera querido el ganado, le habría quitado la idea», dice Juan José Casado, que ha vendido parte de sus ovejas en Villamarciel»
Silvia G. Rojo
Domingo, 14 de enero 2024, 00:06
Con Juan José Casado se pone punto final a tres generaciones de ganaderos de ovino de leche. «Mi abuelo tenía ovejas, luego mi padre y ... mis tíos, con ocho años ya iba al campo y, hasta hoy, que he cumplido 59 años el día de Reyes».
Asentado en la localidad vallisoletana de Villamarciel, Juanjo, como le conocen sus vecinos, ha vendido en estos días la mayor parte de su explotación de más de 500 ovejas y a la venta tiene el resto, las que van a parir el próximo mes de febrero.
«Son un cúmulo de cosas y hasta aquí hemos llegado», lamenta, «pero la gota que colma el vaso es la burocracia». Reconoce que, de momento, no tenía intención de jubilarse «la explotación estaba preparada para seguir con ovejas de recría, con comida almacenada, porque la gente que está muy cerca de la jubilación lo que hace es no criar los últimos dos o tres años y así manda las ovejas al matadero. Si lo hubiera pensado antes, habría hecho lo mismo», sugiere.
Las frases de Juanjo son sentencias: «Te cansas, no tienes ningún aliciente, cada año nos dan media vuelta de tuerca más», para referirse al hecho de que cada vez la normativa es más compleja y que al final, «siempre te ponen precio a lo que es tuyo».
La cuestión es que este ganadero se va y detrás de él, no viene nadie, no hay relevo.
En ese entorno más cercano están su mujer, que también ha ayudado a ordeñar cuando ha sido necesario, y su hijo, «que por suerte no ha querido ni ver el ganado, y aunque hubiera querido, le habría quitado la idea, no se lo quisiera dejar de ninguna de las maneras y a no ser que seas hijo de alguien que tenga ganado, es inviable incorporarte».
La situación de Juanjo no es una excepción. Entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023, últimos datos disponibles, han dejado el ovino de leche 86 ganaderos en Castilla y León y se ha pasado de contar con 1.502 explotaciones a 1.416. Y bajando.
«Aquí no va a quedar ni el apuntador, la gente quiere tener vida, el hijo del ganadero ya sabe lo que hay y te tiene que gustar mucho para seguir».
Otro problema que surge a raíz de los cierres es que hasta hace un par de años, a pesar del descenso continuo de ganaderos, la producción se había mantenido, pero ya no es así. En noviembre, esa producción de leche ha caído un 3,80% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, y con la leche un 38,03% más cara que hace un año. Cuestión de oferta y demanda.
Su opinión es que llegará un momento en el que las industrias no tendrán leche suficiente para elaborar, pero no solo eso, «cuando se vaya todo el mundo va a ser un pena y un desperdicio la sabiduría que se va a perder».
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Es un hecho que dentro de la ganadería, el ovino de leche es el subsector más sacrificado con muchas horas de ordeño a diario y una vigilancia constante en épocas como la parideras: «Y eso que esto no tiene nada que ver con lo que conocí, nada tiene que ver el sistema de manejo actual con el de antes, que te pasabas todo el día en el campo. Ahora tienes las naves muy bien acondicionadas, maquinaria, la primera máquina de ordeño con sistema de brazos se montó en mi casa cuando hice la nave y luego la perfeccionaron». Además, la propia producción de las ovejas «se ha multiplicado por cinco o por seis».
«Me seguirá gustando»
Apesar de todo, confiesa que este trabajo «me ha gustado y me seguirá gustando, será lo mío toda la vida, si no te gusta es imposible, hay ocasiones en las que estás aquí hasta 18 horas, no tienes vida, ni bodas, ni bautizos ni entierros, voy a intentar vivir yo y todos lo que tengo alrededor».
Otro de los sectores ganaderos en el que no dejan de anotarse bajas es el vacuno de leche, con una sangría de explotaciones constante que suma 75 cierres en once meses en la región donde se ha pasado de 783 explotaciones en diciembre de 2022, a 708 en noviembre de 2023. Este noviembre se han producido en las granjas de Castilla y León, 10.870 toneladas menos de leche de vaca que hace un año.
En este caso, además, el precio de la leche ha pasado de ser el mejor de la historia del vacuno en España en enero de 2023, «a las bajadas más pronunciadas en un menor lapso de tiempo», mantienen desde la Asociación de Ganaderos Productores de leche (Agaprol), «hemos llegado a perder 88 euros por litro en menos de medio año».
La tendencia es general en el conjunto del país. Hasta octubre el descenso de ganaderos era del 5,8% y del 12,4% con respecto al ejercicio de 2021, algo que también se refleja en el censo de bovino, con 38.714 vacas menos desde 2021. «El cierre de explotaciones cada vez es más difícil de compensar ante la imposibilidad legal de los ganaderos de ampliar las existentes por cuestiones sanitarias y medioambientales», mantienes estas fuentes.
Las dificultades
La incorporación de jóvenes al sector agrario es uno de los grandes retos del campo. Según la encuesta desarrollada en el proceso de elaboración del Plan 'Agricultura y Ganadería Joven', de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, los grandes problemas que tienen que afrontar los jóvenes para dedicarse a la actividad agraria y ganadera son, por este orden: Rentabilidad de la actividad, acceso a la financiación, acceso a la tierra y/o pastos, responsabilidades familiares, complejidad de los trámites administrativos, reconocimiento de la actividad agraria y contar con los conocimientos necesarios.
A la hora de incorporarse, un 84% tiene vinculación familiar con la agricultura y de ellos, un 70% aspira a dedicarse a la agricultura y/o ganadería a tiempo completo, y el 30% prevé compatibilizarla.
¿Cuánto cuesta incorporarse a la actividad agroganadera?
Que para incorporarse a la actividad agroganadera hace falta invertir mucho dinero es algo que nadie duda.
Pero, ¿de cuánto dinero estamos hablando? La respuesta no es fácil. «En primer lugar, muchos agricultores que se inician en la actividad cuentan con ayuda familiar en tierras, ganado o maquinaria que no las meten en el balance, es decir, que no cuentan», dice José Antonio Turrado en su libro 'Claves para incorporarse con éxito a la agricultura'.
El secretario regional de Asaja detalla en esa misma publicación que si se piensa en el desarrollo de la explotación en un periodo de tres o cuatro años, la inversión oscilaría, grosso modo, entre los 100.000 euros de los casos de subsectores que necesitan menos inversión, y los 350.000 euros para una explotación tipo de secano o regadío (se incluye una nave de 500-800 metros cuadrados). La cifra asciende a 400.000 euros en explotaciones en integración, 350.000 euros en una explotación de ovino o caprino de leche, 550.000 euros en una explotación de vacuno de leche o 220.000 euros en una explotación de vacuno extensivo. Todo ello para explotaciones que se atienden con el trabajo a tiempo completo de uno o dos trabajadores y, en ningún caso, se incluye la inversión en la compra de tierras.
Pero todos esos datos de 2017 merecen una actualización. «Todo lo que es construcción, a raíz de la Guerra de Ucrania, ha subido como mínimo un 30%», apunta el propio Turrado, «ahora no se construye nada».
Según los datos de Asaja, basados en las ayudas a jóvenes del Programa de Desarrollo Rural, entre 2014 y 2023 se han incorporado 4.721 jóvenes a la actividad agraria, el 27,5% mujeres, lo que supone más de 500 jóvenes al año. Las ayudas por incorporación superan de media los 50.000 euros.
En opinión de Turrado «500 al año son suficientes, no podemos incorporar más porque no tenemos la base tierra».
Es consciente de la situación de los sectores lecheros, «se asume mucho riesgo y trabajo y la industria trata bastante mal al sector», al tiempo que identifica la «disparidad» entre zonas, e insiste en que «no estamos pidiendo que se incorporen más jóvenes, estamos pidiendo que lo hagan en proyectos de éxito».
Por el contrario, desde la Alianza UPA-COAG recuerdan que Castilla y León ha perdido 428 autónomos en agricultura en tan solo once meses. «Es una tendencia a la baja que parece imparable, sin duda, esta es una consecuencia de la elevada edad media del sector, pero a la vez refleja poderosamente el hecho de que la tasa de sustitución de los titulares de las explotaciones no es suficiente».
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