La Inteligencia Artificial ha pasado de tendencia a certeza en un abrir y cerrar de ojos. Esta nueva etapa de la historia digital presenta un amplio abanico de posibilidades en el mundo empresarial, pero de igual forma, plantea desafíos en el campo de lo jurídico. Precisamente serán algunas de estas cuestiones las que se aborden en la mesa 'La IA desde el mundo de la empresa' en el Foro de Inteligencia Artificial que organiza El Norte de Castilla con el patrocinio de CaixaBank y ABAM Abogados, el próximo martes 3 de junio, y en el que participa el abogado Antonio Luis Vázquez.
–El uso de la IA se está popularizando sin saber muy bien hacia dónde va. ¿En qué punto nos encontramos?
–Estamos en un primer paso de aprendizaje de algo con una capacidad de intervención en la realidad muy grande. No conocemos todos los elementos en los que nos vamos a adentrar. Existen muchas plataformas de IA y los juristas estamos empezando a ver qué es lo que ocurre, pero yo lo reconozco como un elemento interesante para la mejora de nuestra actividad profesional.
–Pero también hay una cara B a la que se debe prestar atención...
–La IA ofrece mecanismos de actividad que te eliminan mucho trabajo repetitivo, pero al lado de eso es cierto que hay, como en todos los ámbitos, parte de patología que puede producir daños a terceros y eso es lo que hay que ver.
–Y en cuanto a la regulación ¿qué responsabilidad tienen las plataformas?
–De lo que conozco, sí creo que las plataformas que están trabajando en la IA conocen todos esos riesgos y han limitado bastante su utilización. Creo que no estamos en un mal momento.
–¿Cómo gestionan a nivel interno la irrupción de la IA?
–Los despachos profesionales se están especializando y lógicamente ampliando el número de personas con conocimientos, no solo ya jurídicos, sino del propio funcionamiento de la IA. Los técnicos informáticos tienen mucho que decir. Los despachos profesionales tienen que hacer un trabajo de mejora de respuesta con un apoyo técnico. Son los técnicos quienes conocen este mundo. Tienen que darnos muchos elementos para que podamos valorarlos, encuadrarlos y definir cómo podemos saber que alguien ha utilizado un determinado instrumento y perjudicado a un tercero. El trabajo del despacho de abogados ahora se ha ampliado no solo en cuanto al conocimiento sino al número de personas y de ámbitos técnicos que tienen que intervenir en un proceso judicial. Es una realidad a la que hay afrontar.
–¿Se buscan alianzas con empresas técnicas?
–Los grandes despachos tendrán sus propios departamentos, pero los pequeños tendrán que echar mano de empresas especializadas en la protección de los datos, las ideas y de tu expresión en la red. Creo que las colaboraciones con empresas expertas van a hacer que los equipos aumenten su capacidad multidisciplinar para aportar todos los elementos que sean necesarios en la valoración jurídica de un hecho que siempre es complejo.
–¿Se puede hacer frente a los sesgos discriminatorios de la propia IA?
–Estos son elementos que están en el ámbito de la regulación. En Europa está muy avanzada la legislación y matizada. La UE ha establecido unas reglas y parámetros para que se pueda utilizar la IA. Ya se le obliga a la plataforma a acreditar que ya lo ha cumplido. Pero es complejo. Tiene que haber una regulación, una intervención por parte de los poderes públicos que esté continuamente siguiendo y testando estas plataformas.
–¿Han recibido consultas en esta línea?
–Nosotros estamos empezando a valorar la IA, cómo la utilizamos, cómo trabajamos con ella...Es un instrumento muy interesante, muy capaz y yo creo que la normativa que en este momento hay está bastante limitada.
–¿En qué casos?
–Por ejemplo, si le preguntas a la IA cómo robar el Banco de España no te dará respuesta porque se han establecido límites en ámbitos en los que no va a intervenir. En todo lo que sea una actividad delictiva no interviene.
–¿Debería estar limitado el uso de la IA en las empresas?
–No podemos caer en que nos haga el trabajo porque también hay datos incorrectos así que tenemos que verificar todo lo que la IA nos aporta y eliminar aquello que vemos que no es correcto. El hombre siempre tiene que tener la última palabra y la última responsabilidad de lo que salga de la IA.
–Y en cuanto a la ciberseguridad. ¿Qué retos hay por delante?
–Los hackers existían y existen y a eso se une que esa persona tiene hoy un instrumento, que es la Inteligencia Artificial, que le permite definir los códigos de una manera mucho más rápida y eliminar las seguridades que puedas tener. Esto obliga a aumentar la seguridad y proteger nuestros datos. Estamos en una etapa que exige mucha regulación, verificación constante y seguridad interna.
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