Castilla y León pedirá un modelo de fase 3 anticipada que permita mantener la prudencia

En el salón de actos del edificio D, en la sede de la Junta en el Colegio de la Asunción, casi no cabe un alma más pese a tener libres filas enteras. Gel de manos a la entrada, bolsas de plástico sobre los micrófonos, leds rojos que indican qué asientos se pueden ocupar, dos o tres por fila y no en todas, menos aún en las consecutivas. Vade retro. «En las últimas 24 horas han muerto 4 personas en los hospitales. Dos de ellos en el Río Hortega de Valladolid», desgrana la consejera de Sanidad, Verónica Casado, extrañamente lejos en esta rueda de prensa sin pantalla por medio. «Vamos a pedir el paso de todo el territorio a la fase 3 el próximo lunes», anuncia.

Quizá no sea ella. Así, desde mitad del patio de butacas, sí lo parece, pero el discurso choca con el de la Verónica Casado que durante todas sus comparecencias ha alabado los 14 días como el periodo ideal para analizar y validar las repercusiones de cada paso adelante, especialmente con una enfermedad que muestra su cara más contagiosa cuando aún no ha asomado el primer síntoma. «He sido firme defensora de la prudencia», admite la consejera de Sanidad. «Y gracias a ella tenemos datos epidemiológicos que han sido buenos y el propio ministro, Salvador Illa, y Fernando Simón –director del Centro de Coordinación de Alertas yEmergencias Sanitarias– nos animan porque la situación y la vigilancia nos permiten hacer esa propuesta. El jueves solemos tener la reunión bilateral y se cerrará el viernes. Si se mantiene esta tendencia, arriesgaremos un poquito».

Pero muy poquito. Porque Verónica Casado no quiso avanzar mucho para no destripar posibles acuerdos del comité de expertos, pero dejó caer que lo de la movilidad y lo del ocio liberado no entran en los planes prioritarios del Gobierno autonómico. «Las están estudiando, esta tarde tenemos reunión con el comité de expertos y a lo mejor tiene que ver con el ocio o la movilidad, es bastante fácil. Pero hasta que no determinen lo que les parece más oportuno no quiero adelantar mi opinión», dijo.

La movilidad es el gran tabú.

Salvador Illa tiene claro, o eso dejó dicho en la rueda de prensa de este martes tras anunciar las líneas básicas de lo que será la 'irreal realidad' a partir del 21 de junio, que «si las cosas evolucionan en la línea que están evolucionando», para esa fecha «en toda España se podrá entrar en una nueva normalidad». Eso, traducido, quiere decir que se finiquitará la herramienta jurídica que ha permitido restringir la movilidad, el estado de alarma. «Y por tanto se levantarán las restricciones de movilidad tal y como las hemos conocido», dijo.

Pero es que el propio Illa, el viernes pasado, dejó dicho que las comunidades autónomas en fase 3 pueden decidir por sí mismas que el estado de alarma ya no es necesario en sus territorios. Y eso permite, entre otras cosas, moverse libremente por sus respectivas provincias.

Esta posibilidad, en Castilla y León, no se contempla con mucha simpatía. De hecho, Verónica Casado dio muestras ayer de las reticencias de los expertos autonómicos a este respecto. «Tenemos en nuestra comunidad situaciones epidemiológicas muy distintas, hay provincias que no llevan quince días, sino 30 días sin casos, que están blindadas y están bien, y hay otras provincias que por su cercanía con Madrid todavía siguen teniendo casos. La movilidad interprovincial nos la determinarán los expertos. La movilidad entre comunidades, en ningún caso en fase 3», zanjó.

Entre líneas se atisba el deseo de que la fase 3 en Castilla y León sea una fase 2,5, más centrada en las medidas que permiten aumentar la actividad económica que en aliviar la posibilidad de desplazarse. Y ojo, porque dentro de las medidas de reactivación económica, hay alguna que, como ha ocurrido en el caso de Baleares, puede quedar pospuesta para más adelante. Casado habló de «algunas» restricciones al ocio. El Govern balear decidió que las discotecas y locales de ocio nocturno se quedaban sin abrir pese a que la normativa para las islas, a priori, lo permitía. Francina Armengol, presidenta autonómica, dejó claro dónde radica el miedo:«No estamos en las condiciones de permitir el ocio nocturno, no es prioritario. Los rebrotes a otros países han ido ligados a la celebración de fiestas. No tenemos que dar ningún paso en falso», dijo en rueda de prensa. Y ya de paso dejó en el 30% el aforo de los locales de apuestas, ahora que vuelve el campeonato de Liga y que la Bundesliga alemana ya ha empezado, cuando la fase 3 autoriza un 50% en esos establecimientos.

Y es que el aumento de los aforos, tanto en restaurantes como en bares, museos y centros comerciales, es el gran beneficio que supone para los ciudadanos pasar de etapa. «Los comercios pueden abrir con un 50% del aforo total», dice el plan del Gobierno. Las zonas comunes de los centros comerciales se podrán reabrir, pero limitadas, y los locales podrán 'crecer' hasta el 50%.Se permite el consumo en la barra, aunque «con una separación mínima de dos metros» que podría permitir ver las encimeras del 'Jero' o de 'Los Zagales' como no se han visto nunca desde su inauguración. También permite aumentar el aforo de las terrazas al 75%, las zonas comunes de los hoteles, actividades culturales en las bibliotecas, incluso estudiar en las salas, acudir a museos a la mitad de aforo...

«A pesar de pasar solo una semana, hemos monitorizado a diario la situación de nuestras provincias y la evolución es muy buena», alivió a la concurrencia Verónica Casado. «Los casos son aislados, identificables y las tasas son bajas», añadió. «Pero seguimos teniendo covid-19», alertó en un salón de actos salteado de mascarillas entre las butacas desiertas, en el que resonó por los altavoces el maldito dato: cuatro muertos más.