Castilla y León inicia, con 174 millones, la contratación de diez helicópteros sanitarios por tres años

El Consejo de Gobierno ha autorizado la contratación, por importe de 174,1 millones de euros y un plazo de ejecución de tres años más dos de prórroga, del nuevo servicio de transporte sanitario aéreo urgente para Castilla y León, que supondrá pasar de los cuatro helicópteros actuales a diez: uno por provincia y otro con base en El Bierzo. Una de las aeronaves deberá poder efectuar vuelos nocturno. A los cuatro helicópteros ya disponibles en Valladolid, Salamanca, Burgos y León (Astorga), se sumarán en un primer plazo tres nuevos en El Bierzo, Ávila y Soria, y posteriormente los tres restantes en Zamora, Palencia y Segovia.

El anuncio de la licitación coincide en el tiempo con la movilización laboral del personal de la empresa que en este momento presta ese servicio en Castilla y León. Eso ha llevado a UGT a tachar de «electoralista» una medida que desde el sindicato aseguran que carece de una justificación clara «de por qué y cómo se van a implantar» en una comunidad que «sigue sin presupuestos aprobados». Añaden que el anuncio del contrato choca con una apuesta «realista, planificada y eficaz» por la mejora de la sanidad pública y de las emergencias en Castilla y León, al tiempo que recordaron desde el sindicato que actualmente los trabajadores de Avincis, la empresa subcontratada que gestiona este servicio, se encuentran en huelga porque estos profesionales, que realizan un trabajo «esencial» en la cadena de emergencias, «sufren condiciones laborales deficitarias, con un 40% de la plantilla como autónomos».

Según destacan desde el Ejecutivo autonómico, el nuevo contrato tiene como objeto conseguir que la prestación sanitaria llegue en el menor tiempo posible a pacientes en situación crítica, incluidos los traslados nocturnos, así como asegurar que esta asistencia pueda prestarse a toda la población castellana y leonesa a pesar de la dispersión geográfica.

El servicio del transporte sanitario aéreo incluye, fundamentalmente, tareas de traslado sanitario aéreo de pacientes y su asistencia. Eso implica la asistencia y traslado en urgencias y accidentes a pacientes adultos, pediátricos y neonatos y el transporte «secundario», que es el que se realiza entre hospitales.

También se contempla el traslado urgente de personal sanitario y personal especializado, medicamentos, sangre u otros materiales de índole sanitaria en situaciones de emergencia o catástrofe, además de la participación en dispositivos de riesgo previsible de carácter sanitario (servicios preventivos), simulacros sanitarios y todos aquellos eventos que la Gerencia de Emergencias de Castilla y León encomiende.

«El empleo de helicópteros sanitarios para la atención de urgencias y emergencias resulta fundamental para facilitar asistencia sanitaria cualificada en zonas alejadas donde existe dificultad para llegar con medios terrestres, disminuir el tiempo de respuesta que necesitan las unidades de soporte vital avanzado en el entorno rural y acortar además el tiempo de traslado de los pacientes, especialmente en los casos en los que se precisa una intervención rápida en centros de referencia, por ejemplo angioplastias, trombectomías, etc», remarcan desde el Gobierno de Castilla y León.

Además, estas aeronaves especializadas acortan el tiempo de traslado de pacientes entre centros hospitalarios, sobre todo en caso de pacientes críticos que precisan una atención rápida y se facilitar el traslado directo ante patología graves en las que el tiempo de atención es crucial, como ictus, sepsis o síndromes coronarios agudos.

Desde la Junta resalta lo que el nuevo contrato supondrá de mejora de la cobertura del territorio, pasando de 23.561 kilómetros cuadrados asignados a cada helicóptero a 9.422. Y la ratio poblacional pasa de una aeronave por cada 600.000 personas a una por cada 240.000, además de incrementarse las horas de vuelo disponible.

La empresa adjudicataria pondrá también la tripulación, que deberá incluis un piloto comandante un copiloto tripulante, un técnico de mantenimiento permanente en la base, un médico y un profesional de enfermería.