La Junta defiende el toque de queda desde la 1:00 de la madrugada o adelantar el cierre del ocio nocturno

La responsable autonómica repasó los datos en su balance de la situación epidemiológica de la quinta ola, desde principios de julio, y volvió a defender el toque de queda porque «la experiencia ha demostrado sus efectos de forma contundente». Hace unos días ya lo implantó Portugal, y ahora la consejera vuelve a defenderlo para Castilla y León, en el marco de una apuesta nacional, entre la 1:00 y las 6:00 de la mañana para evitar aglomeraciones y reuniones entre los jóvenes, el grupo de edad al que más está atacando y con mayor virulencia el coronavirus. Casado destacó que se lo volverá a pedir a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, consciente, no obstante, de la necesidad de contar con un estado de alarma para imponer tal contundente medida. En su defecto, la propuesta de Verónica Casado, que aseguró que disfrutaba del consenso del comité de expertos, es la de adoptar «medidas más quirúrgicas» que básicamente afectarían al ocio nocturno con el cierre de los bares de copas y discotecas a las dos de la mañana, dejando de servir a la clientela una hora antes. Se trata de una decisión que deberá aprobar el Consejo de Gobierno de Castilla y León, no necesariamente este jueves sino en una probable sesión extraordinaria.

No ocultó la consejera que algunos de sus expertos son partidarios, incluso, de retroceder a la fase dos. Esto implicaría el cierre de barras y la disminución de aforos, no solo en hostelería sino en otros negocios y comercios. No obstante, Verónica Casado se mostró partidaria de medidas más ajustadas, que afecten realmente a la movilidad y masificación de los más jóvenes y no penalice a negocios o establecimientos de hostelería que no tienen que ver con las costumbres de los más jóvenes.

Casado repasó los datos de una altísima incidencia que ha vuelto a sumar 1.182 nuevos casos, con uno de cada cien jóvenes infectado. Por ello, abogó por diferentes medidas, entre ellas se mostró partidaria de revertir el abandono en exteriores de la mascarilla y agradeció que la población, en general, siga usándola en la calle. «Mucha cabeza, especialmente a los que tienen entre 15 y 29 años», a los que recordó que «el hecho de ser joven no protege del virus que, o bien pueden coger, o bien pueden trasmitírselo a las personas más mayores con las que viven, como sus padres, en muchos casos sin la pauta completa de vacunación». En este sentido mostró su preocupación por los mayores de 50 años todavía en pleno proceso de vacunación.

«El riesgo es muy alto». Particularmente, repasó, «en Burgos, León, San Andrés de Rabanedo (en la misma provincia), Palencia y Zamora». Casado insistió en que «el nivel de ataque es desconocido por el momento, pero esta ola parece más agresiva y duplica las tasas de contagio; incluso por cuatro veces cada positivo en ocasiones». Y aunque siguen siendo los mayores los de mayor riesgo si no están vacunados, la «letalidad no es cero a ninguna edad. De cada mil jóvenes con covid, al menos dos pueden fallecer», puntualizó al asentar al letalidad entre los 20 y 29 años en el 0,22%.

Según sus datos, la cepa predominante en Castilla y León es la británica, con el 84,3% según las pruebas secuenciadas, aunque, «poco a poco», aumentan los casos de las cepas delta, extendida «a lo largo y ancho de la comunidad», y beta (sudafricana), concentrada fundamentalmente en León. Ambas han desplazado ya algo a la británica.

En cuanto al impacto hospitalario es leve todavía, pero ya ha aumentado. Hay 65 personas ingresadas en planta y 34 en la UCI. La edad mínima de quienes precisan cuidados críticos en la comunidad es de 24 años y corresponde a la de un paciente del Río Hortega de Valladolid. La máxima es de 83 años y la media de 60 años, en la misma línea de la de los nuevos ingresos en planta, donde hay pacientes de entre 19 y 96 años actualmente.

En definitiva, repasó Verónica Casado, se propondrá al Comité de Crisis del Gobierno «la necesidad de incrementar las vacunas; nos han salvado mucho las AstraZeneca, pues si llegamos a tener que poner las segundas dosis con Pfizer no podríamos haber avanzado tanto». Asimismo, en cuanto a posibles cambios en la campaña para adelantar la cobertura de los más jóvenes, la consejera lo descartó inicialmente, pero aludió a que, no obstante, el Comisión de Vacunas y de Salud Pública estudiarán a nivel nacional tal posible abordaje.

Otra medida que prevé adoptar Sanidad es la de mantener la cifra de rastreadores, incluidos los del Ejército, descarta el retrorastreo y se concentrará en cambio en las 48 previas a la aparición de los síntomas. Explicó que el rastreo en jóvenes «es complicado porque es mucha gente con la que se pueden juntar en una sola noche».

Sacyl también procederá a la modificación de los protocolos para los contactos estrechos y en seguimiento como, por ejemplo, evitar hacer demasiadas llamadas a alguien que es asintómático o, algunos expertos, apuntó, «consideran que hay que dejar a la gente en paz, que ya hay muchos vacunados y no hay razones para aislarlos». «Son propuestas, pero no está cerrado».

Asimismo, advirtió que esta quinta ola provoca un importante aumento de la presión asistencial en Atención Primaria, que es «el eje central del sistema, la puerta de entrada, donde se controlan los factores de riesgo». Por este motivo se ha reforzado el número gratuito 900 y la App Covid. «Al virus le gustáis mucho. No se lo pongáis fácil». Con estas palabras terminaba la consejera de Sanidad una rueda de prensa regada con datos alarmantes.