Castilla y León afronta a dos velocidades la última semana con el estado de alarma

Un vallisoletano podrá quedar a partir de mañana con sus amigos, con la familia, con los compañeros de una asociación en grupos de hasta veinte personas (fase 3),mientras que en Segovia tendrán que mantener el máximo de quince (fase 2). Un zamorano (fase 3) podrá salir a pasear a la hora que le apetezca, sin tener en cuenta ya las franjas horarias, mientras que en Ávila (fase 2) se deberán respetar aún los segmentos reservados para mayores de 70 años (de 10:00 a 12:00 y de 19:00 a 20:00 horas). Los leoneses (fase 3)podrán tomarse una cerveza y un pincho acodados en la barra del bar (con una separación de dos metros entre grupos de clientes) mientras que los bares de Soria (fase 2) tendrán que servir aún en mesa. En Burgos (fase 3) podrán abrir los locales de ocio nocturno –aunque sin habilitar las pistas de baile– mientras que las discotecas de Salamanca (fase 2) tendrán que esperar hasta la próxima semana.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) certificó este sábado que Castilla y León saldrá el próximo domingo 21 de junio a dos velocidades del estado de alarma. Cinco provincias (Valladolid, Palencia, Burgos, Zamora y León)avanzan desde mañana lunes a la fase 3 mientras que el resto de la comunidad (Salamanca, Ávila, Segovia y Soria)afrontará esta última semana en fase 2, para saltar directamente después a la llamada 'nueva normalidad'.

¿Esto qué supone en la práctica? En realidad, no mucho para el día a día. Se amplían los aforos de bares, restaurantes y espacios de ocio. En los centros comerciales, por ejemplo, del 40% al 50% en las tiendas. Se autoriza, a quienes ya estén en fase 3, a abrir locales de ocio nocturno (lo que permitirá que el cien por cien de los negocios de hostelería de la comunidad estén abiertos, según aseguraron ayer desde la federación regional) y quienes celebren una boda podrán convidar a 50 invitados más si el festejo es al aire libre. Por lo demás, se mantienen en todo caso las restricciones de movilidad entre provincias hasta que decaiga el estado de alarma.

Eso, en el corto plazo. Con mirada más larga, la Consejería de Sanidad prepara un «plan de reescalada» para afrontar, desde todos los ámbitos sanitarios, posibles nuevos brotes del coronavirus. Por ejemplo, se contempla la posibilidad de recuperar (en un plazo de cinco días) los 532 puestos de UCI que se han movilizado en este brote (las plazas estructurales son 166) y sumar hasta 1.915 camas de centros privados a las 6.502 actuales en caso de que fuera necesario. Además, se contempla la dotación de medios como respiradores, con un stock de 185 más de los están recomendados (324), o la compra de 212 millones de mascarillas y guantes, informa Ical. «Si hubiera un rebrote, todos los hospitales estarían en disposición de tener camas de críticos diferenciadas covid y no covid, que llegarían al 50% en el caso de los dos hospitales de Valladolid capital», aseguran en Sacyl. Para los centros de salud se contemplan circuitos diferenciados de atención de pacientes, con prioridad durante las primeras semanas a las consultas telefónicas.En los ambulatorios rurales se exigirá la cita previa.