Castilla y León acelera el paso en la transición hacia la economía circular
Representantes de la industria alimentaria, la agroindustria, la recicladora y de la administración analizan el futuro de un sector en auge
El sistema de aprovechamiento de recursos basado en reducir, reutilizar, reparar y reciclar ha dado el salto del papel a la realidad gracias al compromiso de ciudadanos, empresas y administraciones públicas. Prueba de ello dieron los invitados a la jornada 'Transición hacia la economía circular' que organizó El Norte de Castilla. La Hemeroteca del rotativo albergó el debate, que se pudo seguir en streaming a través de la web del periódico, en el que participaron el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones; el director general de Lactiber, Roberto Robles; el gerente de Magonsa, José Ramón González, y el director de economía circular de Mercadona, Antonio Romero. Moderados por el director de Relaciones Institucionales de El Norte de Castilla, Carlos Aganzo, abordaron los retos y las necesidades de este nuevo modelo que se contrapone al tradicional de economía lineal.
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El cambio climático no entiende de pandemias ni de crisis y sigue su curso con consecuencias cada vez más presentes en forma de fenómenos meteorológicos más intensos y extremos. No hay soluciones a corto plazo pero el desarrollo de estrategias de economía circular contribuyen a la reducción de la emisiones contaminantes. Un reto global en el que la Unión Europea marca una serie de objetivos comunes, entre ellos la disposición de residuos municipales en vertederos para 2035 por debajo del 10%. A este punto se refirió el consejero cuando enumeró los retos de la región para los próximos años. «Estamos muy por encima y eso nos obliga, junto a los consorcios de residuos, a buscar mecanismos de valorización energética, de cogeneración de energías, de incineración y evitar el coste económico y ambiental», señaló. En esta línea, citó medidas sobre las que ya se está trabajando como el autocompostaje o compostaje común para núcleos rurales o el uso del contenedor marrón exclusivo para la separación de residuos orgánicos. Por otro lado, destacó la inversión «de trescientos millones de euros» en los puntos limpios de la comunidad, «con un comportamiento riguroso por la parte empresarial», pero también el funcionamiento del Plan Integral de gestión de residuos de Castilla y León.
Suárez Quiñones: «La conciencia medioambiental y sostenible está más presente en el medio rural»
El rol del ciudadano para que las políticas de reciclaje y sostenibilidad funcionen es vital. Pero la forma de abordarlas se tiene que adaptar también al entorno en el que residen. En el medio rural, «la conciencia medioambiental y sostenible está más presente», apuntó el consejero. Pero la dificultad de llegar a 6.200 núcleos de Castilla y León que ocupan una superficie de 95.000 kilómetros cuadrados, obliga a buscar soluciones para reciclar el residuo orgánico. Por este motivo, se buscan iniciativas en materia de reciclaje, como la puesta en marcha del autocompostaje para pueblos pequeños de menos de 30 habitantes o el compostaje comunitario en las poblaciones que no superen los trescientos habitantes. «No tendría sentido ir a una gestión de residuos a través de camiones contaminantes porque todavía es complejo aplicar la tecnología eléctrica para el transporte a larga distancia», explicó el consejero. Siguiendo con esta línea de optimización de recursos respetuosos con el medio ambiente, la vista se dirige hacia la digitalización de servicios con el objetivo de ahorrar esfuerzos tecnológicos y energéticos en la gestión de residuos en el medio rural. Por otro lado, destacó también el compromiso cada vez mayor de los ciudadanos urbanos.
Invertir en tecnología
Para la industria agroalimentaria, como es el caso de Lactiber, su director general, Roberto Robles, incidió en la necesidad de invertir en tecnología para poder medir el impacto de su actividad en el medio ambiente y buscar soluciones: «es fundamental medir para conocer». Los primeros pasos se han dado en la producción con la colaboración de los ganaderos productores de leche para saber el impacto de las vacas en la emisión de metano. «Se puede mejorar modificando las dietas que consumen», explicó. La inversión en modernización se las instalaciones ha supuesto la reducción en el 16% de las emisiones de CO2. La instalación de placas fotovoltaicas –«que esperamos abordar este año»– en la cubierta de las instalaciones contribuirá también a la disminución del consumo energético.
Roberto Robles: «Hay que comunicar el esfuerzo que hay detrás de todos estos cambios»
La tecnología se ha convertido en la tabla de salvación para mejorar la eficiencia de los procesos, la calidad del producto y también las posibilidades de darle una segunda vida. Pero para conseguirlo es necesario realizar importantes inversiones de las que el consumidor debe ser consciente. «Hay que comunicar el esfuerzo que hay detrás de todos estos cambios porque no es gratis», señaló Roberto Robles. En el caso de Lactiber, explicó el compromiso de la industria con el diseño de modelos 'packaging' ecoeficientes pero también con la formación en centros escolares. Se mostró partidario de incidir en las campañas de comunicación a todos los niveles dentro de las posibilidades de cada parte de la cadena porque «podemos mejorar todos y realmente es la única vía que veo con más fuerza para que los residuos lleguen donde tienen que llegar que es a poder reutilizarlos». La empresa láctea leonesa ha centrado esfuerzos en implementar medidas para reducir el impacto ambiental desde el principio de la cadena hasta el final, aunque «no es fácil este proceso porque se tienen que adaptar nuevas tecnologías pero también las personas que trabajan y está claro que esto es un proceso de mejora continua», señaló. Tienen previsto la implementación de placas fotovoltaicas para reducir entre el 25% y el 30% el consumo energético.
José Ramón González de Magonsa, empresa dedicada al reciclaje de plásticos y envases, explicó en los avances en la reintroducción de los residuos en el circuito productivo en forma de materia prima «es importante también el ecodiseño porque facilita el reciclado y esto se está haciendo bastante bien». A partir de este punto, en el reciclado mecánico entran en juego las maquinarias de última generación, separadores ópticos que para envases por tipos de plástico, por fluidez, por peso, por densidad, por cargas electroestáticas o comportamientos. «Hay infinidad de tipos y es complejo», puntualizó. El proceso mecánico no genera contaminación y, en cuanto a los reciclados químicos, «con las nuevas tecnologías han avanzado mucho y nos permite reciclar el máximo tipo de materiales y llegar a unas calidades de producto similares al plástico virgen». Con este resultado, la industria alimentaria aprovecha el material en la composición de envases multicapa en los que aprovechar el material reciclado.
José Ramón González: «Es muy importante la responsabilidad personal y la concienciación»
Los avances en materia de reciclado permiten dar una segunda o tercera vida a los materiales que se consumen diariamente. Entre ellos está el plástico que en los últimos años ha sido protagonista de numerosas campañas para reducir su uso. «Es muy importante la responsabilidad personal y la concienciación desde pequeños», insistió José Ramón González. En este camino, la incorporación de los nuevos contenedores amarillos para poder reciclar envases de plástico, ligeros, bricks, latas o papel de aluminio, entre otros, «creará nuevos hábitos» que facilitarán posteriormente el trabajo de introducirlos de nuevo en la cadena productiva dándoles una nueva vida. «Es un gran paso que se implante desde los domicilios la segregación de los residuos en diferentes bolsas y el buen uso de los contenedores», valoró. Por otro lado, animó en términos generales a los presentes a trasladar el mensaje, en el que todos estuvieron de acuerdo, de divulgar y explicar los resultados del pequeño esfuerzo que supone cumplir con la normativa de separación de residuos. «Creo que si hay una concienciación como la que tienen otros países europeos, como es el caso de Alemania que quizá está por encima de nosotros, podemos lograrlo sin problema», resumió. En este ámbito de apuesta por lo verde confió en el compromiso de los ciudadanos y las empresas.
En el caso de Mercadona, el director de Economía Circular, Antonio Romero, introdujo la Estrategia 6.25, que están desarrollando en sus tiendas y en las que también se tiene en cuenta el ecodiseño como elemento del proceso de transición hacia la economía circular. En su intervención, Romero pidió coherencia en los planes que promueven las administraciones públicas porque «está muy bien que haya objetivos ambiciosos pero creemos que tiene que haber una seguridad jurídica para que las empresas de la distribución, fabricantes y recicladores puedan trabajar con cierta coherencia en sus propuestas. No puede ser que en una comunidad autónoma tengamos unos objetivos distintos a otra». Así, la seguridad jurídica, la mejora e inversión en tecnologías de separación y tratamiento de residuos, y, «hacer más con menos», son las tres patas sobre las que están trabajando «para hacer que esta transición sea real».
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El consejero de Fomento y Medio Ambiente respondió a la queja puntualizando que «el 90% de los objetivos que ponemos en marcha vienen marcados por la directiva europea de la que somos ejecutores». Quiñones subrayó la «ambición» de los objetivos planteados sobre los que trabajan en dos líneas. Por un lado, con la vía de la concienciación, conocimiento y responsabilidad y, por otro, a través de la colaboración económica. De esta forma, se apuesta por el ecodiseño, la ecoinnovación, la investigación, «aprovechando la capacidad de todos nuestros centros tecnológicos», y la investigación. En tercer lugar, recordó que también se contemplan acciones sancionadoras para los infractores.
Antonio Romero: «El consumidor está comprometido y nos marca también el camino»
La Estrategia 6.25 'Sí a seguir cuidando el planeta' que desarrolla la cadena de supermercados Mercadona incluye la escucha activa con los consumidores. «Es a veces el propio consumidor el que nos marca a nosotros el camino», explicó Antonio Romero en relación al desuso de bolsas de plástico. El director de economía circular de Mercadona expuso el camino multidireccional hacia un sistema de sostenibilidad medioambiental. «Nosotros también tenemos que trabajar de forma conjunta con proveedores y desarrollar tecnologías que nos permitan que ese producto sea reciclable». Todos los invitados coincidieron en la necesidad de la conciencia colectiva y el compromiso individual para mitigar los efectos en el medio ambiente del consumo de productos diarios. Otras acciones recogidas en esta estrategia pasan por reducir el consumo de energía y el plástico de los envases. «Gestionar residuos no es barato. Hay un esfuerzo de las empresas y de la administración para conseguir esa transición ecológica», recordó. Ante la demanda de productos más reciclables, «hay que priorizar por dar un producto de calidad pero a la vez medioambientalmente sostenible. Hay un movimiento constante del cambio de exigencia por parte de nuestros clientes», concluyó el director de economía circular de Mercadona.
Todos coincidieron en el potencial económico de esta nueva forma de entender la vida útil de los productos y la generación de nuevos puestos de trabajo que conlleva. Los empleos ligados a la economía circular representan ya en España el 2%, por encima del 1,7% de la media europea, según apuntó el consejero. «En materia de residuos hay importantes plantas en Castilla y León de empleo de esta economía social que es una importante vía de integración e igualdad. Hay que verlo como una auténtica oportunidad», concluyó.
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