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Carriedo y Gallardo intentan enfriar la polémica sobre la imagen del vicepresidente al megáfonoCon Alfonso Fernández Mañueco convaleciente de covid-19 y ausente del pleno de las Cortes y los portavoces de la oposición retirando las preguntas dirigidas ... al presidente de la Junta, la sesión de control que abre cada pleno autonómico bajó varios enteros este martes. Pasaron al micrófono los siguientes en el escalafón, mientras a las puertas del parlamento autonómico se manifestaban los agentes medioambientales de la Junta, en una tarde en la que tanto Carlos Fernández Carriedo como Juan García-Gallardo se han esforzado por enfriar las críticas por la repercusión de las imágenes del vicepresidente de la Junta a las puertas de la sede socialista de Ferraz, megáfono en mano, coreando la consigna «Noviembre nacional».
Ana Sánchez, procuradora del PSOE y vicepresidenta segunda de las Cortes, ha lamentado que parlamentario del PP se tomaran a chufla la pregunta sobre el vicepresidente, cuando este encabeza «concentraciones violentas y sin autorizar» ante las sedes socialistas. «Supongo que les hacen gracia también los insultos racistas, los fascistas, la apología del Franquismo», afeó a la bancada popular, antes de asegurar que «el impresentable comportamiento» de García-Gallardo «evidencia que carece de los más elementales principios democráticos, que desprestigia a la institución que representa y, por tanto, a esta tierra. La pregunta es por qué le mantienen», remarcó la dirigente del PSOE.
Carlos Fernández Carriedo tiró de experiencia para eludir cuestionar al dirigente de Vox y compañero de Gobierno y desvió la respuesta hacia el Gobierno de la nación. A la pregunta de si daña García-Gallardo la imagen de Castilla y León, el popular respondió que lo que daña a la comunidad es el «muro» que ha levantado Pedro Sánchez. «Lo que más daña a Castilla y León es que el presidente del Gobierno haya decidido levantar un muro para dividir a los españoles y a los territorios«, argumentó el portavoz de la Junta. Un muro que sitúa en la parte más cálida y confortable a los «separatistas vascos y catalanes», con «privilegios« que van a pagar, en palabras de portavoz de la Junta, el resto de las comunidades y a sufrir los ciudadanos que residen en ellas y que están «al otro lado del muro».
En ausencia de Mañueco, Carriedo abrió una sesión de control a al Junta que cerró Juan García-Gallardo, al que interpeló Pablo Fernández, de Unidas-Podemos. «¿Considera el vicepresidente de la Junta que se comporta de acuerdo al decoro y al respeto institucional que debería ser propio de su cargo?» Gallardo comparó el crédito disponible de Pablo Fernández para debatir sobre decoro y respeto institucional al de Pedro Sánchez cuando se habla de «verdad» y Arnaldo Otegui cuando se menciona la «paz». Y el dirigente morado llamó al de Vox «cobarde» por eludir responder a la pregunta y censuró que el vicepresidente de la Junta se comporte «cual mandril enfurecido» ante las sede socialistas gritando consignas «de grupos de extrema derecha». O «esas lecheras a la fronteras». O «España cristiana y no musulmana». O que participe en una concentración en la que «se hostiga a periodistas». O que el consejero de Industria, también de Vox, coree «puto rojo el que no bote».
Pablo Fernández acusó a Gallardo de «promover discursos de odio y proclamas xenófobas» y de hacerlo desde una Vicepresidencia sin cartera ni funciones, que cuesta más de 1,2 millones de euros anuales, convertida en «una agencia de colocación para sus allegados».
Tanto Ana Sánchez como Pablo Fernández situaron en Alfonso Fernández Mañueco la responsabilidad de lo que hace García-Gallardo como vicepresidente de la Junta.
«No ha sido capaz de decir una sola cosa que fuera cierta», reaccionó el dirigente de Vox, que subrayó al de procurador morado que para inaceptable «un Gobierno de España negociado en el extranjero con un prófugo de la justicia y un partido como el suyo que, a pesar de haber quedado excluido por radical en un gobierno de radicales, que perdone 15.000 millones de euros de deuda a Cataluña».
El vicepresidente aprovechó para recordar a Francisco Igea, parlamentario que le ha denunciado ante la Fiscalía por un presunto delito de fomento del odio, que se verán en los tribunales y que hasta ahora la oposición ha sacado nulo rédito al ir al juzgado. Luego auguró a Fernández que va camino del ocaso político. «Usted viene aquí a mentir... Me atribuye aquí la condición de fascista, de machista... Pues mire de lo que sea, lo que pasa es que forma parte de un grupo político que va camino de la desaparición... Y yo de un partido político que va hacia arriba... Tenga paciencia, porque le queda mucho por soportar», zanjó el dirigente de Vox, en un pleno en el que hubo alusiones al nuevo Gobierno y a los nuevos ministros.
En especial al vallisoletano Óscar Puente. La consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral, informó de que le ha enviado una carta para hablar de las infraestructuras pendientes en Castilla y León, confiando en tener más suerte en la respuesta que con el equipo de la ministra saliente, que no contestó a misivas enviadas en enero y mayo.
El pleno prosigue este miércoles, con iniciativas sobre la política de lucha contra la violencia de género de la Junta o la propuesta de subvención a las familias vulnerables para gafas y lentillas. Ambas firmadas por el PSOE. Y dos debates, impulsados por el PP, sobre el rechazo a la amnistía y sobre la oposición a los acuerdos con los independentistas catalanes.
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