Los bloques en las Cortes de Castilla y León se atrincheran en los argumentos nacionales

Esa dualidad del PP es la grieta en la que mete cuña el PSOE a la que puede. Y puede porque uno de los dos PP le ofrece los argumentos. «En Andalucía el consejero de Justicia le dice que es tirar el dinero tener vicepresidentes sin competencias y en Galicia su presidente dice que gobernar con Vox no genera estabilidad», le recordó Luis Tudanca (PSOE) a Alfonso Fernández Mañueco.

Y el contragolpe, claro, busca la contragrieta. Que en este caso está en Madrid, en otro Gobierno de coalición, el de PSOE y Unidas Podemos. Y tiene un filón: la ley del 'solo sí es sí'. Tal es el filón que este miércoles, en las Cortes de Castilla y León, se votará una proposición no de ley del PP para «instar al Gobierno» a que la modifique, cuando ya el martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que se va a cambiar se ponga su socio como se ponga.

Mañueco se acogió al estilo José Mota con un «no me gusta hablar, pero…» para atizar al Ejecutivo central. «Sánchez ha traicionado sus principios al cambiar la malversación, pero no lo voy a decir; podría decir que es un chapuzas por la ley del 'solo sí es sí', pero no lo voy a decir; tampoco voy a decir que Sánchez ataca a Castilla y León; podría decir que nos maltrata en los presupuestos, que se olvida de nosotros en el reparto de las agencias nacionales, pero no lo voy a decir». Y sin decirlo, lo dijo, claro.

El mismo esquema dialéctico se repitió con Pablo Fernández, de Unidas Podemos. Este picó a Mañueco con su situación incómoda en el PP. «Le rechaza Feijóo, le rechaza Ayuso y le rechaza Moreno Bonilla, por eso no ha tenido agallas de romper con Vox y convocar elecciones, porque sabe que en el PP no le dejarán repetir como candidato», le dijo. Y Alfonso Fernández Mañueco le replicó, obviamente, con la ley del 'sí es sí' impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero (UP) y con una pregunta de presidente a procurador, cosa insólita en las sesiones de control. «¿Sigue pensando que la ley del 'solo sí es sí' es una ley sólida y rigurosa? Conteste, por favor», le envidó.

Y pese a que Pablo Fernández obvió el asunto, el presidente de la Junta hizo presa en el argumento. Y lo hizo al más puro estilo Pablo Fernández, con una retahíla de adjetivos calificativos muy del gusto del procurador de Unidas Podemos: «Usted ha mancillado la tribuna de las Cortes de Castilla y León diciendo que la ley del 'solo sí es sí' pasará a la historia por haber protegido a miles de mujeres», comenzó. Y le endiñó que decir eso «es vil, despreciable, indecoroso, abyecto, rastrero, deshonroso, indigno y además, infame». Y como conclusión con vaticinio preelectoral incluido: «Le veremos el primero cogiendo la pancarta el 8 de marzo. Aunque cambien la ley ahora el daño ya está hecho y ni las mujeres de Castilla y León ni de España se lo van a perdonar».

Porque las elecciones, las municipales y las generales, están presentes en todo momento. Los argumentarios nacionales se cuelan y las encuestas se conocen. Y se sabe que sin Soria ¡Ya! en las elecciones municipales será clave hacerse con sus votos, por ejemplo. Ángel Hernández (PSOE), soriano, preguntó por los problemas sanitarios en Soria el mismo día que preguntaba Juan Antonio Palomar (Soria ¡Ya!), lo que motivó las sospechas del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez (PP). «Formula usted -por Ángel Hernández- su pregunta a la vez que Soria ¡Ya! Lo podemos calificar como una costumbre, se está convirtiendo en la sombra sanitaria de ese grupo y hablando de los mismos temas».

Le respondió Palomar. «Si le preguntan dos partidos diferentes será porque algo no funciona bien, mírelo por ese lado», le dijo a Vázquez. Y le pidió que deje de sacar estadísticas sobre la ratio de médicos por tarjetas sanitarias. «La dispersión demográfica hay que tenerla en cuenta».

Otro ejemplo de argumentarios enfrentados. La consejera de Familia esquivó la andanada de Nuria Rubio (PSOE) con el protocolo antiabortista de Vox acudiendo a la ley del solo sí es sí. Rubio, tras atacar el protocolo anunciado por García-Gallardo (Vox), emplazó a Isabel Blanco (PP), consejera: «Ya llevan muchos años poniendo trabas a las mujeres que desean interrumpir su embarazo, impidiendo que lo hagan en sus provincias, sin crear un registro individualizado de objetores. Cumplan la ley». Y la consejera de Familia le replicó: «El problema de muchas mujeres hoy es que se sienten revictimizadas por una ley que ustedes han aprobado, que han aplaudido, que no querían cambiar porque decían que era una ley buena y que eran los jueces los que la estaban aplicando mal. Cuatrocientos agresores sexuales han visto rebajada su condena. Ustedes tuvieron la oportunidad de votar que se modificara la ley el 14 de diciembre, ya había 58 que habían visto rebajada su condena, y ustedes votaron que no».

Y así este miércoles, en las Cortes de Castilla y León, tocará debatir si toca «exigir al Gobierno de España» desde la Junta que retire el proyecto de ley de protección animal (a instancias de Vox); si instar a la Junta a no aplicar ningún protocolo antiabortista e incorporar la «interrupción voluntaria del embarazo a la cartera de servicios de todos los centros hospitalarios públicos de Castilla y León» (a instancias del PSOE); si instar al Gobierno a modificar la ley del 'solo sí es sí' y que pida perdón a las víctimas de los agresores sexuales liberados antes de tiempo (a instancias del PP). La larga lucha de los argumentarios preelectorales.