Castilla y León

Arranca la temporada gripal, que se extiende entre los mayores

A mediados de noviembre, la afectación de las infecciones respiratorias agudas y de los síndromes gripales han sufrido un ligero aumento, situándose en los 637 y 18 casos, respectivamente, por cada 100.000 habitantes en la comunidad. El Covid-19 continúa descendiendo hasta una tasa de 29 casos por 100.000 y los virus de la gripe y el sincitial han empezado a hacerse visibles en las consultas de médicos de Familia y pediatras con tasas de positividad de 6,3% y 4,2% respectivamente, según datos de la Red Centinela Sanitaria.

Y, aunque el ritmo de vacunaciones es muy bueno y supera al 80% de los bebés en prevención de las bronquiolitis, su presencia en afectados gana peso, comienza también la temporada de la mano del frío.

Son los niños de menos de cuatro años los más afectados por las infecciones respiratorias, con 18.439 casos por cien mil pequeños y le sigue el tramo etario siguiente, hasta los 14, con 5.366 diagnósticos por dicha población; pero las infecciones comienzan a extenderse en todas las edades y es la gripe A la que más circula.

En conjunto, las enfermedades respiratorias han provocado más ingresos hospitalarios en los últimos días hasta alcanzar una tasa 15,5 por cien mil habitantes y la mayoría en niños muy pequeños. Casi el doble que en el conjunto de España.

Sin embargo, los ingresos por coronavirus son mucho más bajos (8,6) y además a nivel nacional ha ido en descenso, según los datos delInstituto Carlos III de Salud del Ministerio de Sanidad. Los datos de su informe también revelan una alta positividad en gripe en Castilla y León en comparación al resto de comunidades, pero más baja que la media nacional, en cambio, en el virus sincitial y similar en covid.

Los datos de la Consejería de Sanidad muestran una circulación controlada de covid con un único ingresado en una UCI, en Burgos, y tan solo 88 en planta. Solamente el complejo asistencial de Burgos y el Río Hortega de Valladolid tienen problemas de ocupación actualmente, y fundamentalmente por otras enfermedades y cirugías, de tal manera que está en números rojos;pero el resto disfruta de una situación holgada.

El frío polar anunciado parece que traerá consigo, por lo tanto, un incremento de las infecciones respiratorias. Las bajas temperaturas favorecen la transmisión, fomentan el hacinamiento en sitios cerrados y debilitan el sistema inmunológico.

«La mayoría de virus respiratorios estacionales se replican con mayor avidez y su cubierta lipídica es más resistente, lo que ayuda a que sobrevivan más tiempo a temperaturas más bajas, como las que tienen nuestras vías respiratorias altas (como la nariz, en torno a 33ºC), que es por donde suelen entrar dichos virus», apunta la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) . Otro de los factores es que, «a estas temperaturas, y en estos lugares de nuestro cuerpo, el sistema inmune es menos eficaz. Por otro lado, en invierno solemos pasar más tiempo en lugares cerrados, con menor ventilación y más concurridos.

Estos profesionales también apuntan a que la mayor prevención es la de realizar «un adecuado y frecuente lavado de manos, una buena ventilación de espacios cerrados y evitar lugares muy concurridos. Es importante asimismo tener al día el calendario vacunal, incluyendo la vacuna de la gripe y del covid (en los grupos en los que está recomendada).

El cuanto a los síntomas de alarma, esta sociedad científica apunta una fiebre superior a 40ºC mantenida en el tiempo, dificultad para respirar, cefalea intensa que no responde a analgésicos habituales. En caso de que se tengan estos síntomas, o que se trate de una fiebre de varios días de evolución, es preciso realizar una consulta al equipo de Atención Primaria.