La superficie de siembra en Castilla y León se mantiene estable con 1,9 millones de hectáreas
Los cereales de invierno, «salvados por las lluvias”, presentan un buen crecimiento vegetativo aunque se teme la aparición de heladas tardías
Alicia Pérez
Martes, 9 de febrero 2016, 19:01
A la espera de contar con datos exactos cuando finalice la tramitación de la Política Agraria Común (PAC) por los agricultores y con los cultivos de primavera todavía por sembrar, las primeras estimaciones apuntan a que la superficie de siembra en Castilla y León se mantendrá estable respecto al año pasado. Es la previsión inicial que maneja el presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo, quien apunta a que, «por desgracia», no hay ningún cultivo o sector agrícola que despunte tanto en sus condiciones como para inclinar la balanza a su favor. «Todos están desgraciadamente a la baja en el último tiempo en precio», afirma sobre una radiografía que desde UPA, COAG y UCCL también se espera similar a la de 2015. «Es pronto para saber las tendencias pero no habrá gran variedad con respecto al año pasado», apunta el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores, Aurelio González, una tendencia de estabilidad y sin grandes variaciones que confirman Aurelio Pérez desde COAG y Jesús Manuel González Palacín desde UCCL.
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En estos momentos y desde el mes de octubre y noviembre, hay sembradas aproximadamente 1,9 millones de hectáreas de cereal en la región, el dato más significativo en las cifras de superficie por grupos de cultivo. Su estado en el terreno es bueno y con un crecimiento vegetativo óptimo después de que los cultivos hayan pasado mucha sed, principalmente en la mitad sur de la comunidad. Ahora la falta de temperaturas frías durante el invierno hace temer a los agricultores heladas tardías en la primavera que perjudiquen «seriamente» el crecimiento avanzado que presentan el trigo, la cebada, la avena y el centeno. «Las últimas lluvias han ayudado mucho al cultivo. Ha habido un antes y un después de las lluvias, y en la mitad sur la verdad es que se han salvado porque estaban muy mal y mucho que estaba sin nacer ya ha podido nacer», explica Jesús Manuel González Palacín, quien espera que ahora no haga demasiado calor para que el cultivo no avance demasiado y se vea afectado por las heladas tardías de abril y mayo.
Además, está pendiente de siembra, entre mediados de febrero y mayo, los cultivos de regadío, girasol y algún cereal de primavera, de los que el sector denomina como de ciclo corto. En este sentido, se prevé el cultivo de 300.000 hectáreas de girasol, unas 120.000 de maíz, 20.000 de patata y cerca de 24.000 de remolacha en Castilla y León. «Yo creo que no habrá gran diferencia con los datos de siembra del año pasado y que se mantendrá de forma similar porque no hay circunstancias ni a la baja ni al alza tan importantes como para que el agricultor cambie», explica Donaciano Dujo sobre unos cultivos que están todos a la baja en precio, según sus declaraciones.
Sí podría experimentar un ligero incremento el cultivo de forrajes, aunque no en cantidades significativas, debido a que se vende bien al sector ganadero frente a la bajada generalizada en los precios del cereal. Por su parte, el maíz continuará como cereal de regadío por excelencia de la comunidad, aunque ya estable tras unos años de crecimiento por la pérdida de espacio de la remolacha y el recorte de su producción. «El maíz se ha convertido en casi un monocultivo porque ha alcanzado unas buenas producciones en parcelas aunque no fueran de mucha calidad y con un buen abono natural da unas producciones muy buenas. Es el cultivo estrella que ha sustituido a todos los demás», manifestó Aurelio Pérez sobre las plantaciones de regadío. Respecto a la remolacha, González Palacín asegura que existe mucha incertidumbre y que los productores están muy desengañados con un cultivo «de alto riesgo» que ha dejado de ser rentable. «En el momento en el que los cereales recuperen un precio normal o ponen más dinero las azucareras o se va a perder», sostiene sobre una raíz que ha perdido el atractivo de siembra que tenía hace diez años. Desde entonces, ha pasado de ser la nómina de los agricultores a un cultivo comodín, según explica.
En este sentido y a la espera de cómo se desarrolla la próxima sementera, lo fundamental en los cultivos de regadío es que se garantice el riego con el agua de los embalses de la comunidad, un factor primordial que parece que se va a poder garantizar sin problema por las lluvias de las últimas semanas, según Aurelio Pérez.
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Y frente a estas previsiones se sitúa lo que el sector considera la gran incógnita, los precios. «Nunca sabemos con lo que nos podemos encontrar en el cereal, al igual que con la patata, que siempre es una incógnita», afirma Aurelio González respecto al principal problema que cree que tiene la agricultura, que no hay una estabilidad de precios que garantice un umbral de rentabilidad al profesional, imposibilitado para sacar papel y bolígrafo y echar sus cuentas. «Es todo un riesgo y una aventura añadida», sostiene el secretario regional de UPA.
Con los agricultores preparados para entrar a arar las tierras en las próximas semanas, una vez que se retiren las lluvias, el sector necesita dos cosas para que la siembra de esta temporada, tanto la que está en tierra como la que está por trabajar, llegue a buen puerto y sea exitosa: que no hiele en primavera y que llueva y haga bueno en los meses de abril y mayo.
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