Una tortilla poco cuajada en el entorno de San Pablo: «Hay días que llegamos a hacer veinte»

Sara Cabello Blanco no se lo pensó, y eso que decían que era un local que «estaba gafado». Fue el 9 de marzo de 2016 cuando el Tigo y Migo -nombre que juega con el 'contigo y conmigo'- abrió sus puertas en la calle Conde de Ribadeo, muy cerquita de San Pablo, un pequeño rincón por el que anteriormente ya habían pasado varios negocios, la mayoría de ocio nocturno, y que no funcionaron.

Amante de la cocina gracias a su madre, con la que dio sus primeros pasos en los fogones para después aprender de forma autodidacta, si hay algo que se le da bien a Sara son las tortillas. Un clásico de la gastronomía española que aquí, ya goza de muy buena fama.

«Hay días que llegamos a hacer 20 tortillas» asegura, aunque a diario la media suelen ser diez. Lo que está claro es que los clientes saben que aquí, van a disfrutar de este manjar hecho a base de patata muy frita y poco cuajada.

«Siempre hemos apostado por la cocina casera, he ido cogiendo ideas a base de viajar» comenta Sara Cabello mientras nos sirve una tortilla que lleva cebolla morada. Y su comida es deliciosa no solo porque lo digan sus clientes más habituales o por la fama con la que ya goza en esta zona de Valladolid, sino por contar con el reconocimiento en 2024 de un Solete de la Guía Repsol, en este caso seleccionado por cocineros top de toda España.

«A mí la tortilla siempre me ha gustado más con cebolla, pero ahora también la hago sin, con morcilla o chorizo» apostilla. En esta zona, el pincho cuesta 2,50, ideal para tomar el vermú, desayunar o salir de tapas en una zona que, además, los fines de semana cuenta en su alrededor con muy buen ambiente.

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