Las monjas cismáticas de Belorado en pie de guerra: impiden sacar a las hermanas mayores de Orduña
Las exclarisas se llevaron al convento vizcaíno a las cinco monjas que componen la actual comunidad de clarisas ante un inminente desahucio y califican de asedio y «secuestro» que la jueza de Briviesca se interese por ellas
Una comitiva judicial ordenada por la jueza de Briviesca (que ha desahuciado a las monjas cismáticas de Belorado), cinco guardias civiles, cinco monjas clarisas y representantes del Arzobispado de Burgos no han sido capaces de llegar sacar a las cinco monjas mayores del convento burgalés, que habían sido trasladadas por las exclarisas al de Orduña la noche anterior a la celebración del juicio de desahucio, según fuentes del entorno del convento.
La propia exabadesa, Laura García de Viedma, explica que la jueza quiso interrogar a las monjas mayores tras el juicio celebrado el pasado martes. No lo pudo hacer y como consecuencia se ha presentado este viernes esta comitiva judicial en el monasterio de Belorado acompañada por cinco guardias civiles y un apoderado del Comisario Pontificio, en este caso Carlos Azcona. Las monjas cismáticas les han informado de que las mayores no estaban en el convento, tal y como explica Burgosconecta.
Al mismo tiempo en Orduña, donde estaban las mayores, velaban armas varias de las cismáticas a la espera de que llegara hasta allí otra comitiva para interrogar a las monjas de la verdadera congregación, las más ancianas, ajenas al cisma y que no fueron excomulgadas. La intención era conocer cuál era el deseo de las mayores y su grado de lucidez mental. Con esta comitiva estaba el apoderado del comisario pontificio, el abogado Rodrigo Saiz, acompañando a la Guardia Civil, y cinco clarisas de la Federación de Aránzazu.
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Según el testimonio de las cismáticas, «tres de las hermanas mayores» han manifestado su intención de «permanecer el en monasterio». Otras dos, las más mayores, entre las que se encuentra uno de los iconos del monasterio por su fidelidad y trayectoria a la Orden y a la jerarquía, sor Pureza. Precisamente las exclarisas trataron de incluir en el cisma a estas monjas ancianas.
Por su parte, el portavoz de las exmonjas, Francisco Canals, ha explicado que las cismáticas han defendido el monasterio de Orduña y «no quieren entregar las llaves». Ante esta situación ha relatado que la comitiva enviada por la autoridad judicial «ha amenazado con tirar la puerta y detenerlas».
A mediodía de este viernes, la mayor parte de las cismáticas ya habían abandonado el convento de Belorado para defender Orduña, como confirmaba el jefe de prensa de las bretoneras que decía que «la mayoría está llegando a Orduña».
Aseguraba que en el convento vizcaíno «hay cinco monjas clarisas de la Federación» (de Aránzazu que es la provincia que le corresponde a los conventos), «y lo más probable» es que tengan la intención de que esas monjas mayores «sean trasladadas y dispersadas en otros monasterios».
Al parecer, según el testimonio de Canals, «la jueza ha ordenado que se las tienen que llevar a la fuerza» y de ahí toda la tensión que se ha derivado en Orduña. Ante ello, las cismáticas han asegurado que esto es «un secuestro y abuso de autoridad».
Las monjas cismáticas hablan de «secuestro»
La guerra abierta de las exclarisas contra el Arzobispado de Burgos suma así otro capítulo rocambolesco. Tanto es así que a primera hora de la tarde, varias de las monjas cismáticas de Belorado, entre ellas Susana Varo y Roser Mas que se pasaron el viaje enviando mensajes a la prensa, como el que mandaba la primera que dice: «A todos los medios de comunicación, deciros, soy Sor Paloma, nuestras hermanas mayores están siendo obligadas a salir del convento. Están diciendo que no quieren salir. Están diciendo que no quieren que se las lleven. Ahora mismo lo están diciendo. Las están secuestrando. Esto es un secuestro».
Varo también subrayaba que la actuación de la comitiva judicial es «una injusticia» con las hermanas mayores. Afirmaba que se está «violando su derecho de querer quedarse» con las cismáticas y que «quieren llevárselas incluso a la fuerza».
La cismática hacía estas declaraciones cuando las estaban interrogando y, aunque no estaba presente en el acto porque estaba en pleno viaje desde Belorado a Orduña, aseguraba que ellas «son clarisas, que somos clarisas y que están en un monasterio de clarisas». Sin embargo, aun así, «la Fiscalía quiere llevárselas, aún en contra de su voluntad». Y califica de «abuso de poder» e ir «contra los derechos» de esas hermanas. Reforzaba la idea de que ellas «en conciencia eligen». Y acababa sentenciando que «no hay obediencia cuando se va en contra de la conciencia. Y ellas tienen la conciencia muy clara», decía.
