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Jueves, 5 de junio 2014, 21:23
El PP se sumó este miércoles a la mayoría política que se opone a la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña y pidió por primera vez en el Parlamento Vasco el cierre definitivo de sus instalaciones. Algo que ya había hecho en otros foros. Los populares habían votado hasta hora en contra de este tipo iniciativas y su voto implica por lo tanto un cambio de posición.
Es cierto que el parlamentario y alcalde de Vitoria, Javier Maroto, había roto varias veces durante esta legislatura la disciplina de voto de su partido y había apoyado mociones a favor del cierre de la central, pero no dejaba de ser una postura personal y aislada. Su mensaje ya no fue discordante y el resto de compañeros del grupo se unieron al mismo.
"Gracias a mi grupo parlamentario por la posición que va a tomar, una posición que se entiende muy bien en la calle, especialmente en Álava y Vitoria. Me siento muy orgulloso de pertenecer a este grupo", dijo en la tribuna Maroto.
REACCIÓN EN EL PP DE BURGOS
El presidente del PP de Burgos y de la Diputación provincial, César Rico, calificó de inexplicable y despropósito el bandazo de sus compañeros populares en el Parlamento vasco que se sumaron, por vez primera, al rechazo de la reapertura de la central de Garoña. Mostró su sorpresa con la decisión del PP vasco al recordar que, hasta ahora, había sido respetuoso con Castilla y León, el PP regional y Burgos.
Consideró que se trata de una decisión compleja y difícil de explicar porque, a su juicio, deslegitima al Gobierno de la Nación. No en vano, recordó que la resolución pactada solicita a la Comisión Europea que supervise la eventual reapertura de la instalación nuclear y garantice que cumple todas las medidas de seguridad impuestas después del accidente de Fukushima. Parece que ponen en duda el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), precisó.
Rico criticó la postura del PP vasco porque la central está situada en Castilla y León, por lo que no tiene legitimidad para reclamar algo. Tampoco se olvidó de que la iniciativa cuenta con el respaldo de EH Bildu. Puedo entender este voto de un partido nacionalista pero no del Partido Popular del País Vasco que desligitima el veredicto de un organismo español independiente, aseveró.
El presidente de la institución provincial anunció que mañana se pondrá en contacto con dirigentes del PP en la sede nacional del partido pero también con responsables de la formación en el País Vasco. Quiero que intenten explicarse y justificar su decisión, aunque lo veo imposible, afirmó.
El voto afirmativo de los diez parlamentarios no sólo sirvió para reclamar al Gobierno de Rajoy que rechace la solicitud de Iberdrola y Endesa, sino también para solicitar a la Comisión Europea que supervise la eventual reapertura de la central nuclear de Garoña y garantice que cumple todas las medidas de seguridad impuestas después del accidente de Fukushima.
El portavoz de PP vasco, Borja Sémper, compareció en rueda de prensa después del debate y explicó que el partido modifica su posición "tras intensos debates dentro del grupo, escuchando las opiniones del alcalde de Vitoria, Javier Maroto, y del diputado general de Álava, Javier de Andrés. Y compartiendo esas reflexiones con el conjunto del partido".
"Hay mucha incertidumbre y no queremos más periodos de incertidumbre. Si el alcalde y el diputado general creen que es mejor para Álava el cierre, somos sensibles a esa posición, posición que ha sido interiorizada por el conjunto del grupo parlamentario", añadió.
Central obsoleta
Sémper anunció que la presidenta regional Arantza Quiroga va a hacer a partir de ahora todo lo posible para "condicionar" la decisión del Ministerio de Industria sobre la reapertura de la central. "Creemos que tenemos mucho que aportar, nuestra posición debe tenerse en cuenta también en aquellos temas que afectan a Euskadi".
La Cámara de Vitoria aprobó tramitar esta solicitud gracias a una resolución pactada por PNV y PSE, apoyada también por EH Bildu y PP. Este debate fue impulsado por los socialistas después de que Nuclenor, empresa propietaria de la central que controlan por las dos eléctricas, anunciara su voluntad de solicitar su reapertura al Ministerio de Industria y Energía. La respuesta depende ahora del informe que emita el Consejo de Seguridad Nuclear, un estudio que puede tardar varios meses.
Nacionalistas y socialistas acompañaron su posición en contra de la reapertura de Garoña y petición de amparo a la Comisión Europea del argumento de que las instalaciones de la central están "obsoletas" después de más cuarenta años desde su construcción. Una obsolescencia que, a su juicio, convertirían la actividad de la central en "altamente peligrosa". "Y todo para que los beneficios vayan a manos exclusivamente para los propietarios", afirmó el parlamentario del PSE Txarli Prieto.
El parlamentario de UPyD Gorka Maneiro sostuvo que la decisión de mantener abierta o cerrar Garoña debe ser tomada por expertos y no por parlamentarios, y dijo que su continuidad depende de que sea completamente segura.
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