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Participantes en uno de los cursos para mayores que organiza la Dirección General de Telecomunicaciones de la Junta dentro del Programa CyL Digital. José C. Castillo
Envejecimiento en la red

Mayores que cambian de cara a golpe de clic

En 2006 solo el 1,2% de los castellanos y leoneses de más edad usaba Internet con asiduidad. Hoy son más del 75%. Cursos y talleres específicos para ellos les ayudan a manejarse

Viernes, 16 de diciembre 2022, 00:06

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Tiene 80 años como 80 soles y una energía que para sí querrían muchos jóvenes. María Ángeles Rojo Lamas, segoviana de Sacramenia, es la más veterana de la sala, pero nadie lo diría a juzgar por su manejo de ese ratón «tan listo tan listo que no para». Es un jueves cualquiera por la mañana y El Norte de Castilla se ha colado en uno de los cursos para mayores del Programa CyL Digital de la Junta, que se desarrolla en un edificio del centro de Valladolid con el objetivo de ayudarles a incorporar las nuevas tecnologías a su día a día.

Como María Ángeles, la mayoría de los participantes son mujeres, todos superan la edad de jubilación y si algo llama la atención es su actitud, de atención absoluta y extremo respeto a las indicaciones que les da su profesora que, por cierto, es voluntaria y comparte su tiempo «sin esperar nada a cambio» –aunque recibe mucho cariño– con sus entregados alumnos. Unos estudiantes 'talluditos' a los que les cambia la cara a golpe de clic, puesto que cualquier logro con el ordenador o el móvil lo viven con una gran alegría.

Un catálogo muy variado

La actividad en la que participan utiliza la informática como herramienta para ejercitar la memoria. Se desarrolla en uno de los nueve Espacios CyL Digital que existen en las capitales de provincia de Castilla y León, a los que se suman otros 74 centros asociados en las zonas rurales (en colaboración con ayuntamientos, diputaciones, fundaciones y otras entidades). De gestionarlos se encarga la Consejería de Movilidad y Transformación Digital de la Junta, que durante el año organiza numerosas propuestas formativas, tanto presenciales como 'on-line', para todo tipo de públicos.

La región tiene nueve espacios CyL Digital en las capitales de provincia

En el caso que nos ocupa, el de las personas de más edad, la oferta es muy variada. Y cuando es preciso, parte de cero. Así, hay talleres de iniciación al uso de los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores; sobre navegación y primeros pasos por Internet; relativos a las aplicaciones para comunicarse y estar en contacto con familiares y amigos –donde aprenden a compartir fotos y vídeos por WhatsApp, Facebook y otras redes sociales–; sobre el correo electrónico e, incluso, relativos a esas otras apps de salud y actividad física que facilitan un envejecimiento saludable.

Consuelo Fernández, dinamizadora del EspacioCyL Digital de Valladolid.
Imagen - Consuelo Fernández, dinamizadora del EspacioCyL Digital de Valladolid.

Junto a esto y en línea con la creciente preocupación por la exclusión financiera a la que se enfrentan los mayores, se les guía en el manejo de la banca digital –en colaboración con algunas entidades financieras, que incluso han cedido un simulador–; la petición de citas médicas e incluso la consulta de la información sanitaria por medio de Sacyl Conecta, y la realización a distancia de los principales trámites administrativos.

Para apuntarse basta el DNI

En la misma habitación del principio, llena de ordenadores portátiles y estudiantes aplicados, hay otra segoviana que observa la escena con una sonrisa. Es Consuelo Fernández, dinamizadora en el Espacio CyL Digital vallisoletano desde hace una década. Química de carrera, un buen día cambió la bata blanca y el laboratorio por asesorar y enseñar sobre nuevas tecnologías a aquellos que más lo demandan, una ocupación que no ha dejado desde entonces. Se le nota que es una entusiasta de su trabajo, del que se retira por jubilación después de 35 años de servicio público en la Administración, y para comprobarlo basta con escuchar lo que dicen de ella los usuarios del centro.

María Ángeles Rojo, que a sus 80 años aprende a usar el ordenador. J. C. C.

María Ángeles Rojo, alumna de 80 años: «Sabía muy poco y sacar esto es una maravilla»

E. G. C.

Nunca es tarde para aprender y eso lo sabe bien María Ángeles Rojo Lamas (Sacramenia, Segovia, 1942), la abuela de cinco nietos con la que arrancaba este reportaje. Ella es la decana del taller que sirve como ejemplo de lo importante que es acercar las nuevas tecnologías a los mayores, y también es la prueba viva de que son capaces de familiarizarse con los rudimentos de la informática a base de motivación y esfuerzo.

«He venido al curso sabiendo que nuestros años han sido muy retrasados porque hemos ido a la escuela muy poco», señala de entrada. Cuando estaba en activo trabajó como peluquera, además de ocuparse de sus cuatro hijos y los quehaceres domésticos, y ahora que tiene tiempo ha decidido ponerse al día. Reconoce con humor que «sabía muy poco, porque me he conceptuado espabilada pero no de letras», y justo por eso sentencia rotunda que «esto para nosotros es un orgullo, sacar esto es maravilla».

El hecho de enfrentarse a algo completamente nuevo tiene su aquel. «Saco antes con mi cabeza las cosas que con el ordenador», confiesa. Asunto distinto es el smartphone. «Yo con el teléfono móvil me defiendo muy bien. Es otra de las maravillas más grandes que han salido», afirma. Y explica para qué lo usa: «Envío mis mensajes, tengo mis conversaciones con las amigas, veo esas cosas del Facebook que salen de lo que pasa... Tenemos que dar muchísimas gracias a ese invento», asegura, porque a su juicio gracias a que lo tienen «nosotros ya no somos viejos».

De su labor Consuelo destaca especialmente el trato con las personas mayores. «Es muy gratificante ver cómo ellos vienen con ganas, con interés y aprenden», confiesa. Y anima a quien todavía no lo haya hecho a participar, porque «apuntarse es muy sencillo» y los beneficios enormes. Para acceder a los cursos presenciales, que son completamente gratuitos, hay que inscribirse en persona. «Hace falta que vengan, les registramos –con traer el DNI es suficiente–, que firmen la política de privacidad y hacerles una foto. A partir de ese momento pueden apuntarse a los que haya, que vamos cambiando cada poco tiempo. Tenemos cola, porque la gente está muy interesada», resume satisfecha.

Registrarse es muy sencillo y permite acceder a toda la oferta

Los talleres de nivel básico o básico-medio, en grupos reducidos, son la mejor manera de empezar. «Y cuando la gente ya sabe más puede pasar a la formación 'on-line'», explica. También hay autoformación, «cursos grabados que se pueden hacer mientras estás en el médico o en el autobús, porque se pueden poner las veces que se quieran». A esto se suman «charlas para las que no se requiere ordenador y asesoramiento individualizado» en materias tan áridas como el acceso a la sede electrónica de los organismos oficiales mediante el Sistema Cl@ve PIN de identificación. «Es una consulta muy frecuente en la que les tenemos que ayudar», admite la dinamizadora, que añade que para consultar la dirección de cada sede y el catálogo de propuestas a disposición de los ciudadanos lo más sencillo es consultar la página web cyldigital.es o bien llamar al teléfono de información 012.

La profesora voluntaria María Ángeles Arnaz.

María Ángeles Arnaz Escudero, profesora: «Me gusta compartir lo que tengo con los demás»

E. G. C.

Es profesora de profesión, que ejerció fundamentalmente en programas de Educación Compensatoria, y su enorme vocación le animó a seguir enseñando después de la jubilación. Desde hace una década María Ángeles Arnaz Escudero (Tamariz de Campos, Valladolid, 1948)comparte sus conocimientos con los mayores a los que ayuda a ejercitar la memoria, apoyándose en las nuevas tecnologías. Lo hace de manera completamente altruistra, «por una exigencia personal, porque me gusta compartir lo que tengo con los demás», según explica con humildad.

Su primer objetivo al comienzo de cada curso es «crear un ambiente de bienestar, familiaridad y compañerismo en la clase, donde todos nos sintamos acogidos y a gusto», y a juzgar por lo que transmiten sus alumnos lo consigue con nota: todos hablan maravillas de ella.

Junto a esto, a María Ángeles le mueve «hacerles ver la importancia que tiene mantener la mente activa a nuestra edad», algo que logra con ejercicios de vocabulario, matemáticas, refranes, sopas de letras...

Tanto les gustan estas actividades que «piden deberes y los traen hechos». «Los mayores vienen con mucho interés e ilusión y la transmiten. Son personas muy agradables, al igual que los compañeros responsables, que nos facilitan todo, nos ayudan y están a nuestro servicio», agradece.

Atraer al 25% restante

Está claro que la necesidad existe, a juzgar por los resultados de la última Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, que elabora anualmente el INE. El sondeo, publicado el pasado 29 de noviembre, revela que mientras que el uso del teléfono móvil está prácticamente generalizado entre los españoles de entre 65 y 74 años –el Instituto Nacional de Estadística no llega más allá en cuanto a franjas de edad–, solo tres cuartas partes de ellos utilizan Internet con asiduidad.

Con todo, el avance ha sido exponencial en los últimos 16 años. De hecho, en 2006 solo el 38,3% de los castellanos y leoneses de más edad decía disponer de móvil y un escasísimo 1,2% aseguraba entrar en el ciberespacio a menudo, frente al 45,1% y 5,1% de media nacional, respectivamente. Esos porcentajes se han disparado en los tres lustros que han pasado desde entonces, puesto que según el INE en 2022 los mayores avezados en el uso del celular en la región han subido hasta el 99,7%, y los usuarios de la red de redes ya representan el 75,7% (cifras que se sitúan en el 97,3%% y el 76,4% de promedio en el conjunto del país).

Felipa Sanz, muy sonriente en el aula donde aprende informática. J. C. C.

Felipa Sanz Alarcia, alumna de 77 años: «Venir supone un sacrificio, pero no lo cambio»

E. G. C.

La vida de una jubilada, lejos de lo que podría parecer, es de lo más ajetreada. Y si no que le pregunten a Felipa Sanz Alarcia (Montemayor de Pililla, Valladolid, 1945), que no para. Lleva más de medio siglo –54 de sus 77 años– residiendo en la capital vallisoletana, donde regentó una cafetería junto a su marido «en la calle Tudela». Ahora que ya no tiene que ocuparse del negocio y tampoco de la casa como antes, porque sus dos hijos están más que criados –le han dado cuatro nietas– puede dedicar el tiempo a cultivar sus muchas aficiones.

Entre ellas figura hacer bolillos junto a su compañera de pupitre «y ahora esto, que estoy muy contenta, me gusta mucho, he aprendido mucho y cuando no tengo que pedir ayuda salgo como si hubiera hecho una proeza grande», explica risueña en referencia a sus progresos con la informática, que usa para completar las fichas de conocimientos variados y cultura general que les propone la profesora.

«He aprendido muchas cosas, como matemáticas. Se me dan muy mal los números y ahora los hago muy bien y con el ordenador también», resume satisfecha. Y eso que acudir al Espacio CyL Digital de la ciudad supone para ella un esfuerzo grande porque tiene que compatibilizarlo con sus demás actividades. «Venimos dos días a la semana, con mucho sacrificio porque estoy haciendo gimnasia en el polideportivo de las Delicias a las 10 y me salgo un cuarto de hora antes, voy a casa, me cambio y vengo corriendo. Pero vengo encantada, no lo cambio», sentencia.

Alentar a esa cuarta parte de la población de edad avanzada a ponerse al día es algo en lo que también trabajan instituciones como la Diputación Provincial del Valladolid, que como es lógico tiene en el punto de mira a los habitantes de los pueblos. Su oferta formativa se articula a través del Programa de Aulas de Educación y Cultura, que está cerca de cumplir 40 años e incorporó los contenidos relacionados con las nuevas tecnologías hace dos décadas.

En la plaza del pueblo

El primer paso fueron las aulas móviles o 'aula@dip', que eran unos vehículos con equipos informáticos en su interior que aparcaban en la plaza de los municipios de la provincia. Dentro se iniciaba a los vecinos interesados en el uso más elemental del ordenador, lo que tuvo una repercusión directa en el incremento del número de usuarios de los telecentros y llevó a implantar este tipo de formación en las aulas de educación y cultura con profesor específico, grupos reducidos y medios aportados por los ayuntamientos.

Más de una década acercando la tecnología a la población

  • El Programa CyL Digital, una iniciativa «para las personas con más dificultades». La Consejería de Movilidad y Transformación Digital, que dirige María González Corral, gestiona el Programa CyL Digital. Creado en 2009, su objetivo es acercar las nuevas tecnologías a la ciudadanía de Castilla y León, «atendiendo especialmente a aquellas personas con más dificultades o en riesgo de exclusión» en este ámbito, de modo que puedan utilizarlas «con confianza y seguridad», al igual que «los servicios de Internet». Para ello los espacios y centros asociados no solo imparten cursos, sino que también disponen de ordenadores con conexión a Internet de uso libre, que permiten navegar durante un tiempo determinado.

  • 94.000. Son los usuarios presenciales registrados en los Espacios CyL Digital de Castilla y León. De esas personas inscritas en los centros de competencias digitales de la comunidad autónoma un porcentaje significativo, el 26%, son mayores de 65 años.

  • 14.500 actividades presenciales y 2.200 a distancia desde 2009. En el marco de este programa se han impartido más de 14.500 actividades formativas presenciales en los últimos trece años, así como una cifra superior a las 2.200 de carácter 'on-line'.

Según explican desde la Diputación vallisoletana, la oferta se enriqueció hace cuatro años con talleres sobre telefonía móvil, que siguen estando entre los más populares porque la pandemia disparó la adquisición de estos dispositivos entre el alumnado. El último hito ha sido poner en funcionamiento el Programa Rompiendo la brecha digital, en 2021, que profundiza en los mismos contenidos con la novedad de que a partir del primer trimestre de 2023 se llevará a cabo en localidades de menos de 200 habitantes.

Los cursos del Programa CyL Digital son gratis y de tres tipos: presencial, a distancia y autoformación

«Aunque el alumnado de nuestras aulas tiene una media de edad elevada, sienten el deseo de estar conectados con el mundo, utilizar los recursos que ofrecen los teléfonos móviles y reclaman formación para ello», indican desde la institución que preside Conrado Íscar, que a lo largo de los últimos 20 años ha formado a más de 2.000 usuarios. «Y la necesidad sigue existiendo, pues aún hay lugares donde no es posible acceder y hay un número elevado de personas que no tiene teléfono móvil. Sobre todo en el sector de alumnado que nosotros trabajamos, Internet en casa es reducido, suelen hacer uso de los datos de su móvil cuando cuentan con él. Queda mucho camino que recorrer», concluyen.

El matrimonio formado por el vallisoletano Vicente Villegas y la salmantina María García Prieto, que acuden juntos a las clases. J. C. C.

Vicente Villegas y María García Prieto, alumnos de 71 y 72 años: «Las cosas han cambiado para bien»

E. G. C.

Llevan 47 años de matrimonio, juntos regentaron una céntrica tienda de ultramarinos durante 40 años en Valladolid –en la céntrica calle San Luis, para más señas– y en pareja, también, entrenan la memoria a través de las nuevas tecnologías. No es el primer curso que hacen sobre estos temas, sino que empezaron hace cinco años con el fin de no depender de nadie a la hora de sacar el máximo partido al teléfono móvil o de operar a través de Internet, y desde entonces no lo han dejado.

Vicente Villegas (Zaratán, Valladolid, 1951)y María García Prieto (Cantalapiedra, Salamanca, 1950) son ya unos expertos en las videollamadas y el envío de fotografías a través de WhatsApp. El hecho de que una de sus dos hijas viva en Palma de Mallorca y les haya hecho abuelos de su única nieta ha sido el mejor incentivo para aprender. Con la pequeña hablan todas las noches a través de la pantalla del teléfono, pero no es la única utilidad que le encuentran a Internet en su rutina diaria. «Yo veo los periódicos», apunta él como ejemplo práctico.

Los talleres son el complemento idóneo a su inquietud por saber más. «Hemos hecho tres con Consuelo y uno con María Ángeles y muy bien, nos ha servido para mucho», aseguran al casi unísono. Al hilo de esto, Vicente abunda en las dificultades a las que se enfrentó al principio. «Empezamos con uno de teclado y ratón y se me daba muy mal. Al principio me traje hasta el ratón de casa dos o tres días, porque pensaba que el problema era el aparato y que no me salía por eso. Y era yo, que me ponía nervioso», reconoce con un buen humor contagioso. Así que ahora están «encantados, porque como decía la compañera –en referencia a María Ángeles Rojo– es una maravilla que haya todo esto para que los mayores podamos hacer».

Su esposa incide en la misma sensación de satisfacción. «Venimos muy contentos aquí. Y eso de que en el ordenador puedas pedir cita para el médico y otras cosas está muy bien. No solo es escribir», apostilla María. De ahí que coincidan en que gracias a la tecnología «las cosas han cambiado para bien».

Eso sí, de la banca digital no terminan de fiarse del todo. «Para ver lo que nos cobran, sí. Pero para los pagos no, porque ya somos mayores. ¿Y si nos equivocamos en un número y se lo mandamos a un desconocido, qué?», reflexiona Vicente Villegas. Y él mismo se responde: «Los hijos, igual que les hemos criado para darles carrera y demás, pues les decimos 'oye, mira a ver esta factura'».

Es entonces cuando tercia Consuelo Fernández, que le anima a apuntarse a los cursos prácticos sobre el envío de dinero por Bizum o mediante transferencia. «Para eso tenemos simuladores, donde manejas dinero que no es de nadie», explica la dinamizadora. «¡Ah, bueno, si no es de nadie sí! Si es mío, no», contesta Vicente entre las risas de la concurrencia.

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