«Invertir todos tus ahorros da vértigo, pero hay que reinventarse»

Luz. Ese es su nombre, y eso es lo que desprenden sus emocionados ojos cuando habla de su proyecto empresarial. Ha abierto su tienda hace tan solo una semana. Siete días muy intensos, en los que ha recibido la mejor de las recompensas: una gran acogida por parte del público vallisoletano aficionado a las labores. Mimarinita es una tienda de telas y lanas que abrió sus puertas el día 14 de octubre. Luz Marina Vinagre, de 39 años, es la promotora de este nuevo negocio situado en la céntrica calle Núñez de Arce. Es un lugar muy acogedor. Se nota el mimo e ilusión puestos en cada detalle. Una iluminación suave, una decoración exquisita y un encantador trato invitan a recorrer la tienda y curiosear todos los artículos. Sin prisa.

Lanas 100% naturales, telas de 'patchwork' de importación (americanas y japonesas), accesorios de costura, detalles personalizados, canastillas de bebé, muñecos de tela, bolsas para la merienda, bolsos, carteras son algunos de los muchos productos que encontramos en esta tienda.

Luz muestra con orgullo, y con una amplia sonrisa, cada uno de los rincones de su negocio, «aquí es donde hacemos los talleres, para aprender a tejer, hacer ganchillo o coser a máquina. Es un espacio de creatividad», asegura mientras muestra un pequeño reservado con una alegre decoración. Y es que los talleres y cursos son una parte muy importante de su actividad: «Hay una gran demanda de formación sobre estos temas. En noviembre vamos a empezar a dar cursos de punto, 'patchwork' y costura creativa, y los sábados por la mañana, monográficos de proyectos concretos para aquellas personas que a diario no disponen de tiempo, pero a quienes apetece aprender cosas nuevas. Los talleres no estarán muy masificados, como máximo ocho personas, y el precio dependerá de los materiales que haya que utilizar. El primero que hemos programado, tendrá lugar los días 9 y 16 de noviembre y servirá como introducción al mundo lanero, los tipos de fibra, materiales técnicas, y enseñaremos a tejer. Todavía tenemos alguna plaza libre», informa.

Su afición por las labores le viene de familia. Su abuela era modista y tenía un taller de corte y confección. Su madre era una excelente ganchillera, y uno de los recuerdos más significativos de su infancia está relacionado con las bolsas de ovillos y telas que su madre siempre tenía a los pies del sofá. «En realidad esta tienda también es un homenaje a ella», se emociona.

Hace unos años empezó a coser de forma habitual y asistió a clases de 'patchwork'. «Con un grupo de amigas, tan locas de la aguja como yo, creamos el grupo de costura Coser y Contar». Acondicionamos un local en Parque Alameda para poder reunirnos y conocer otras personas, con la misma afición, con las que compartir conocimientos y experiencias. Pertenecer a este grupo ha sido y es de lo más gratificante. Hacer labores une y consigue crear comunidad», explica Luz.

Ella no está sola en este proyecto. Hay mucha gente detrás. «Soy la única socia y la cara visible de Mimarinita, pero realmente este proyecto es de dos, ya que sin mi otra mitad, mi pareja Israel, no existiría», afirma con un brillo en los ojos. Además, como Luz compagina su nueva actividad con su trabajo como formadora de adultos, ha contratado a media jornada a Elvira, una muy buena amiga con la que ha compartido multitud de horas de costura. «Somos totalmente complementarias en gustos y formas de ser. Hacemos un buen equipo», afirma con una sonrisa.

De la idea a la puesta en marcha Luz tenía las ideas muy claras sobre el proyecto que quería poner en marcha. Participó en el proyecto CREA, de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid, donde junto con otros emprendedores, pudo elaborar su plan de empresa. Más tarde, acudió a la ventanilla única, donde recibió un buen asesoramiento sobre los pasos para montar su empresa. Y también agradece el apoyo del BBVA, de su asesora fiscal y «de los chicos de miltrescientosgramos, con los que llevamos trabajando meses para hacer una web y un blog muy chulos», indica esta joven emprendedora.

Las redes sociales han cobrado especial importancia en su negocio. «Muchísimas tejedoras y costureras cuentan con sus propios blogs donde mostrar al mundo sus creaciones. Nuestra página en Facebook ha notado un grandísimo aumento en seguidores en el poco tiempo que lleva abierta la tienda», afirma.

Luz es una de tantos emprendedores vallisoletanos que han plantado cara a la crisis. «Emprender e invertir todos tus ahorros da vértigo, pero es ahora, en tiempos de crisis, cuando hay que reinventarse y sacar todas tus armas para apostar por aquello en lo que crees. La situación actual ha propiciado un cambio en los hábitos de la gente. Cada vez son más los que disfrutan de una reunión para hacer cosas a mano. Las labores también sirven para socializarse, conocer gente y, pueden ser terapéuticas», concluye.