AirMarugán se afianza como centro de formación de ultraligero en España

Todos hemos visto en algún momento cómo surcan el cielo esos pequeños aviones y, a quien más a quien menos, le han surgido interrogantes sobre estos aparatos que recorren kilómetros y kilómetros por el aire sin esfuerzo alguno. Un buen lugar para encontrar respuestas es el Aeródromo de Marugán, propiedad de la familia Garvía. Situado en el municipio de Marugán, a 28 kilómetros de Segovia, cuenta con clientes de todas partes de España, e incluso de fuera de la Península, que acuden a este magnífico entorno para practicar su afición preferida. Y es que el vuelo en ultraligero y paramotor tiene muchos seguidores en este país, a pesar de que este sector tampoco se escapa a la crisis.

El aeródromo dispone de todo tipo de instalaciones perfectamente acondicionadas para los aviones y los clientes, desde hangares privados, en los que pueden guardar sus aeronaves y taller propio para el mantenimiento de los aparatos, hasta zonas de ocio, como la piscina, situada a escasos metros de las pistas y donde los usuarios pueden relajarse y tomarse un refresco en los calurosos días de verano mientras observan a los ultraligeros pasear por el cielo de Segovia.

También hay un aula para que los profesores de vuelo impartan sus lecciones a los alumnos y les expliquen todo lo necesario para manejar estos aparatos, al menos de forma teórica. Pizarra para las exposiciones y libros sobre el tema son también instrumentos a la orden del día en esta clase de ultraligero. En el hangar se encuentran sobre todo los aviones de instrucción de prácticas, entre los que destacan un Tecnam, un avión P92, y dos aeronaves de última generación alemanes como son los FKlightplanes. Estos aviones pueden llegar a desplazarse a velocidades de 180 kilómetros por hora, e incluso pueden alcanzar los 220 y recorrer unos 1. 000 kilómetros con el depósito lleno.

Una media de 25 horas

En cuanto a la formación de los pilotos, se hace por horas, sobre todo en las prácticas. Lo ideal es volar dos horas por semana para estar listo en unos meses. La media de la escuela ronda las 25 horas para que el alumno pueda comenzar a volar solo. Estos cursos por horas suelen costar unos 3.000 euros, aunque depende de la habilidad del alumno. La franja de edades que comprende este tipo de actividad es muy amplia, desde jóvenes de no más de 25 años a personas de 75. Tal es la calidad de las instalaciones del Aeródromo de Marugán, que el año pasado acogió el campeonato del mundo de vuelo ultraligero y paramotor. Resulta impactante ver despegar o aterrizar a estos silenciosos aviones a plena luz del día, ya que prácticamente no hacen ruido, a no ser que se encuentre a unos pocos metros.

Son aviones extremadamente livianos, ya que pesan no más de 450 kilos, en los casos de los ejemplares biplazas, y están compuestos de materiales muy ligeros como la fibra de carbono.

Sin duda alguna, AirMarugán es el sitio perfecto para los seguidores de estas actividades, casi un lugar de culto para los amantes de vuelos en ultraligero y paramotor.

Entre seis y ocho horas de vuelo en una jornada

José Antonio Garvía es miembro de una saga familiar dedicada al mundo de la aeronáutica y responsable de AirMarugán. Es el encargado de supervisar todo lo que ocurre en las instalaciones.

¿Qué tipos de actividades ofrece al usuario?

Básicamente, es una escuela de ultraligeros y vuelos de divulgación, que consisten en una especie de primera toma de contacto del cliente con el avión. Se le explica el funcionamiento más básico de estos aparatos para que se familiaricen un poco, es simplemente una muestra para que les vaya sonando. Damos cursos de radio-telefonía donde los alumnos aprenden a comunicarse perfectamente con un aeródromo controlado. Además de todo esto, ofrecemos al cliente material para estudiar el temario de piloto de ultraligero y cartas de zona centro para planificar sus rutas de vuelo.

¿Qué tráfico tienen normalmente?

Es difícil concretar una cifra, y más con la crisis de ahora, así que depende, vamos día a día. Sí puedo afirmar que un día normal podemos hacer entre 6 y 8 horas de vuelos.

¿Qué tipo de instalaciones posee el aeródromo?

Tenemos actualmente una escuela para 10 alumnos, en las que se imparte teoría, disponemos de cartas aeronáuticas para navegar con rumbos y velocidades, de un hangar general y varios privados para los clientes, y taller para el mantenimiento y reparación de los aviones. Y ya mas de cara a la comodidad del cliente, disponemos también de piscina y bar para que se relajen y puedan disfrutar de los días mas soleados. En cuanto al recinto, son 28 hectáreas con dos pistas, una principal de 600 metros de asfalto y otra que cruza de 800.

¿De donde proceden sus clientes?

Bueno, vienen de todas partes de España: Galicia, Cádiz, Barcelona... También tenemos algunos clientes extranjeros, por ejemplo de Portugal.

¿De que aviones dispone el recinto?

En estos momentos disponemos de 4 aviones de escuela, uno de ellos es un Tecnam. También tenemos un P92 y dos de última generación alemanes, como son los FKlightplane. Pero además de esos contamos con un avión muy especial, uno histórico que fabricó la familia Garvía cuyo nombre es Tango, y se vendieron unas 250 unidades en España. Estos aviones fueron pioneros en la industria del ultraligero, eran tremendamente sofisticados para su época.

¿Cuántos años lleva AirMarugán funcionando?

Llevamos trabajando desde 2007.

¿Y cómo ve la situación del sector este año?

Bueno, es una pregunta complicada. Con la crisis actual, lo estamos notando, sin embargo la gente sale como puede del agujero y se sigue apuntando a los cursos, y la verdad es que eso nos ilusiona. En general, este año está siendo parecido a 2012.

El pasado 15 de junio se cumplió el décimo aniversario Foro Alfista, que eligió estas instalaciones para la celebración. ¿Qué hicieron?

Asistieron unas 250 personas, se les dio servicio de pista para dar un par de vueltas con los coches, y también ofrecimos paella para el que quisiera. Estuvo francamente muy bien, fue muy agradable.