Un tiroteo mortal en Avilés pone en alerta a la Policía de Valladolid
Requisan dos escopetas cargadas a familiares del presunto asesino, que acudían a Valladolid para defenderlos
A. G. E.
Viernes, 26 de julio 2013, 12:20
En pleno centro de Avilés, y por la mañana, se bajaron de la furgoneta y dispararon a bocajarro. El objetivo era un hombre de etnia gitana, Francisco Jiménez, apodado Nano, y cayó fulminado a la puerta de una farmacia repleta de clientes a esa hora del día. En el tanatorio, mientras los familiares velaban el cadáver, lanzaban una advertencia a uno de los periodistas avilesinos que cubría la noticia: «Va a haber venganza».
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La Policía tiene identificado al presunto autor de los disparos, que huyó y al que se busca incluso en Portugal. Parte de su familia vive en Valladolid. La que reside en Avilés se ha marchado de la ciudad para evitar represalias. Y algunos de los familiares llegaron ayer, según parece desde Galicia, a Valladolid, donde la Policía Municipal les interceptó en la calle Faisán, esquina con Cigüeña, al percibir demasiado alboroto en la zona. En el proceso de identificación, en el que también colaboró posteriormente la Policía Nacional, se les requisaron dos escopetas de postas cargadas con cinco cartuchos cada una. Al parecer, acudían dispuestos a proteger a sus familiares de la posible venganza de la familia del muerto.
En este caso de rencillas familiares que ha acabado en asesinato parece haber tanto rencor acumulado que la Policía se puso ayer en lo peor.Se advirtió a los patriarcas de los diferentes clanes de lo que estaba pasando y tanto en Avilés como en Valladolid se organizaron dispositivos de vigilancia especiales. En las entradas de Avilés se trataba de interceptar a las personas de etnia gitana que intentaban acercarse a la localidad.
En Salinas, un pueblo muy próximo a Avilés, se produjo el miércoles, el mismo día del tiroteo, la detención de un hombre, el sobrino del presunto autor de los disparos, cuya identidad responde a las iniciales M. H. H., aunque finalmente ayer se le puso en libertad al considerar que solo había sido testigo de los hechos.
Francisco Jiménez Vargas salía de un café en la avenida de Los Telares, junto a la ría de Avilés y muy cerca del centro de la ciudad, cuando un individuo le descerrajó nueve tiros. La Policía de la localidad confirmó que se trata de una rencilla entre clanes gitanos. Según algunos testigos, el joven, que se encontraba en la calle, fue primero atropellado por el coche y, después, disparado. Vecinos y trabajadores de los negocios de la zona estaban conmocionados. Todos oyeron los disparos. La dueña de un quiosco aseguraba que habían sido «ocho o nueve». No se equivocaba.Nueve casquillos encontró la Policía Nacional.
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