Atracada la dueña de un bar por dos individuos cuando procedía a abrir su negocio
El botín del robo, que tuvo lugar pasadas la 7 de la mañana del domingo, fueron 700 euros en monedas y billetes y 100 décimos de lotería para el sorteo de Navidad
CRUZ CATALINA
Lunes, 3 de diciembre 2012, 18:22
La ola de robos que en los últimos días ha sacudido a la provincia de Valladolid, dejaba en Pedrajas de San Esteban su último episodio primera hora de la mañana del pasado domingo. Concretamente el bar Cazador, situado en el numero 3 de la calle Calera, con vuelta a la calle Buenavista, en la travesía de la carretera VP-1104 dirección Alcazaren, donde dos individuos con la cara cubierta asaltaron a su propietaria llevando como botín 700 euros en metálico, en monedas y billetes pequeños, y 100 décimos de lotería del sorteo de Navidad.
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Como cada día, pasadas las 7 de la mañana, Paulina Cuevas, una dominicana residente en la villa piñonera desde hace mas de dos décadas, casada con un pedrajero con quien regenta desde hace mas de dos años dicho bar-restaurante, así como el del Centro de Día para personas mayores, abría la puerta de su establecimiento que da a la calle Buenavista con la intención de ir caldeando el local, dejando sobre una de las mesas el abrigo y el bolso, antes de dirigirse hacia la otra puerta que da a la calle Calera cuando acto seguido irrumpían en el establecimiento dos individuos bien abrigados y la cara prácticamente cara cubierta.
Verja cerrada
Ella, que aún no había abierto la segunda puerta, al percatarse de su presencia y que uno de ellos cerraba la verja de la puerta por la que habían accedido, al objeto de hacer pasar desapercibida la situación a los ojos de los clientes más madrugadores, se dirigió a ellos preguntado que deseaban, a lo que estos respondieron "Quieta ahí, y no te muevas", cosa que ella hizo pues mientras uno de ellos se esforzaba en tratar de sacar el dinero de la máquina tragaperras, cosa que no logró maldiciéndose por ello, el otro la mantenía retenida en una silla sin perderla ojo.
Tras varios minutos, ella quieta presa de los nervios y con el temor de que la pudieran hacer algo, el segundo cogía el bolso y tras revolverlo sacaba un cartera en la que Paulina llevaba los 700 euros en metálico, al objeto de disponer de cambio durante toda la jornada festiva, así como un sobre en cuyo interior llevaba los 10 billetes (100 decimos) de lotería para su venta.
Logrado dicho botín, abandonaban rápidamente el bar por la puerta por la que habían accedido, emprendiendo la huida, mientras ella aun con los nervios a flor de piel y llorando salía a la calle pidiendo ayuda al grito de Me han robado, me han robado, cosa de la que se percato el propietario de otro bar situado en la acera de enfrente, que se disponía a abrir su establecimiento, que fue quien llamo a la Guardia Civil.
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Perfecto español
Según el testimonio de la hostelera, que daba gracias a Dios por no haber sufrido ningún daño físico, y se lamentaba de que con lo mal que anda el sector, lo poco que se gana se lo haya llevado el diablo, señalando como sus atracadores lo poco que hablaron para dirigirse a ella y hablar entre ellos, lo hicieron en un perfecto español.
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