Las obras de ampliación de las aulas y el aparcamiento de Maristas tomadas desde el edificio de viviendas situado justo detrás en la calle Antonio Royo Villanova. / G. Villamil
INFRAESTRUCTURAS

Maristas abrirá el primer aparcamiento subterráneo en alquiler de Huerta del Rey

El colegio aprovecha así el sótano de su nuevo edificio, que acogerá una escuela infantil

J. SANZ

Martes, 2 de octubre 2012, 18:18

La desaparición del estacionamiento en superficie de la antigua explanada de Usos Múltiples, reconvertida hoy en la plaza del Milenio, y la posterior apertura de un aparcamiento exclusivamente rotatorio hizo que encontrar un hueco en las calles de Huerta del Rey se convirtiera, y así sigue, en un auténtico infierno. Este hueco de mercado es el que busca cubrir, aunque solo sea en parte, el estacionamiento subterráneo que construye el colegio de La Inmaculada (Maristas) bajo la ampliación del centro escolar en sus instalaciones de la manzana de las calles Joaquín Velasco Martín, Antonio Royo Villanova y Calixto Valverde. La idea es ofertar sus 64 plazas en régimen de alquiler para residentes y trabajadores del entorno, en principio, a comienzo del próximo curso.

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La iniciativa, similar a la llevada a cabo por el colegio San José en su patio de la calle Cardenal Mendoza allí ofrecen 270 plazas también en alquiler por 80 euros mensuales, supone la apertura del primer estacionamiento subterráneo de estas características en un barrio que carecía hasta la fecha de aparcamientos municipales y en el que, por ahora, tampoco se ha extendido la zona azul para facilitar a los vecinos la búsqueda de un hueco en sus abarrotadas plazas en superficie.

Las obras del futuro aulario destinado a acoger una escuela infantil para niños de 0 a 3 años, y del estacionamiento que acogerá en su sótano, avanzan a buen ritmo y el director del centro, José Ignacio Gerbolés, confía en que puedan estar «acabadas en torno a febrero del año que viene para que las aulas y el aparcamiento puedan entrar en funcionamiento el curso próximo».

Acceso y tala de un pino

La situación del nuevo inmueble, sobre el lateral del patio que da a los bloques de la parte posterior situados entre Antonio Lorenzo Hurtado y Antonio Royo Villanova, y de la entrada al aparcamiento por la segunda vía han suscitado las críticas tanto de los vecinos del inmueble, que se quejan de que el nuevo edificio tapa la luz de al menos cuatro de sus viviendas, como del Grupo Municipal de Izquierda Unida (IU), cuyo portavoz, Manuel Saravia, lamenta que el acceso al estacionamiento «supondrá la tala de un viejo pino cuando se podía haber resuelto de otra manera sin necesidad de quitar árboles o mermar radicalmente la luz a las viviendas de las plantas inferiores».

El edificio en cuestión, sin embargo, cuenta con todos los permisos legales pertinentes, según confirman fuentes municipales. Así lo señala también el director del centro educativo: «El proyecto se hizo en función de la edificabilidad, recibió los permisos oportunos tanto del Ayuntamiento como de la Junta y en el caso de la entrada del aparcamiento se situó en el lugar más adecuado», explica Gerbolés, que aclara que «la tala del pino cuenta con el permiso municipal a cambio de plantar nuevos árboles».

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El nuevo edificio del colegio, que albergará una escuela infantil (0 a 3 años) y aulas para el tramo entre 3 y 6 años, cuenta con dos alturas y el sótano destinado al aparcamiento.

Castigados de cara a la pared

Los propios vecinos reconocen que «todo es absolutamente legal» y por eso se limitan a acogerse al «recurso de la pataleta» a la hora de mostrar su «disgusto» con la construcción del nuevo aulario del colegio de los Maristas que les ha castigado literalmente contra la pared al ser esto, un muro de hormigón, lo que van a ver a partir de ahora desde las ventanas de sus viviendas del primer y segundo piso del bloque anexo al centro escolar con entrada por el número 4 de la calle Antonio Royo Villanova.

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Los afectados recuerdan cómo descubrieron que iban a edificar delante de sus casas «el mismo día que metieron las máquinas en las primeras semanas de mayo». Así que acudieron a preguntar: «Cuando empezaron las obras fuimos a preguntar y lo único que nos dijeron es que iban a ser tres aulitas de nada».

Pero los pilares del nuevo inmueble fueron creciendo y enseguida vieron que las vistas sobre el patio, de las que disfrutaban hasta entonces desde que ocuparon sus casas hace 35 años, serían sustituidas por una «pared a apenas tres o cuatro metros que nos deja sin luz las ventanas de las cuatro casas afectadas».

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Y la cita es literal. Las ventanas de dichas viviendas se dan ahora de bruces contra un muro ciego levantado a escasos centímetros de la verja que delimita la parcela de las viviendas. Los vecinos comenzaron enseguida a recabar información y descubrieron que «todo era legal, ya que parece ser que al tratarse de un muro ciego no necesita distanciarse más de nuestras viviendas». Así se lo hicieron saber distintos arquitectos e, incluso, la concejala de Urbanismo y un abogado especializado. «No podemos hacer nada, aunque sí que podemos, al menos, quejarnos y llamar la atención sobre la situación que eligieron para el edificio cuando tenían todo el resto del patio sin viviendas alrededor para no molestar a nadie».

Los vecinos consideran que es la primera vez que «se rompe la planificación histórica del barrio de Huerta del Rey, que se levantó hace 45 años con la idea de que fuera un espacio abierto para las viviendas».

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El director del colegio, José Ignacio Gerbolés, aclara que la ubicación del edificio se hizo «conforme a la legalidad» y recuerda que «el muro se separó algo más de lo obligatorio» al surgir algunos problemas en la cimentación del mismo.

Los afectados, por su parte, lamentan que lo único que pidieron en su día «fue algo más de espacio».

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