«Juntarnos ha sido una locura, pero la música es una gran motivación»

En 1977, un grupo de amigos dedicaba su tiempo de ocio a cantar en el coro parroquial, durante las misas en la Iglesia de Villalón. Poco a poco, fue evolucionando hasta que el Ayuntamiento de la localidad les ofreció actuar de forma más profesional, con público y para el pueblo. «Nos puso un equipo, y con él ya empezamos a ensayar más en serio. Fuimos formando el grupo con compromiso para diversas actuaciones y los ensayos», cuentan. De esa forma, nació el grupo folk Juglares del Alón, que 35 años después de su origen, sacarán al mercado nuevo álbum 'Árboles de la alameda' y lo representarán en el pueblo que los vió nacer hoy a partir de las 22:00 horas.

Desde su formación, entraron en el circuito de la Diputación de Valladolid que entonces tenía «la política de subvencionar o pagar actuaciones en los pueblos de grupos folk». Los años 70-80 vieron nacer este tipo de música popular y era lo que estaba de moda, por tanto, «hubo un apoyo muy fuerte por parte de las administraciones». Fue «el 'boom' del folk, y por eso, fue fácil introducirnos en este mundo. Destacábamos en fiestas en cualquier pueblo y había actuaciones casi diarias».

Además, durante estos años de comienzo, los 'juglares' han ido progresando y variando el número de miembros. «Unos han entrado y otros han salido» y en la actualidad son 9 los componentes del grupo. Amalia, Lauren, Goyo, Rafa, Raúl, Marcia, Vicenta, Fernando y Mari José son los valientes que llevan cinco años preparando el segundo disco de la carrera musical con mucho tesón y sobre todo, ilusión. 5 años que dejan atrás anécdotas, como que en una de las canciones grabadas allá por el 2007, colaboraban unos niños y ahora «ya casi se afeitan. Les hemos dicho de cantar en esta actuación y ya no quieren, son mayores, les da vergüenza».

La espera ha sido larga porque cada uno tiene su propia trabajo «no somos profesionales, no vivimos de la música» y juntarse para grabar y ensayar es muy complicado «cada uno vivimos en un sitio y tenemos unas responsabilidades, nos juntamos una vez al mes con suerte. Ha sido un poco locura, pero teníamos una motivación fuerte que es la música y nos gusta mucho lo que íbamos a hacer por eso consideramos juntarnos». Precisamente, este motivo el trabajo y la responsabilidad familiar, también fue el mismo por el que el grupo se separó en 1990.

La nueva unión se produjo en 2007 gracias a Vicenta. La guitarrista y percusionista del grupo propuso al resto actuar en Villarramiel su pueblo y «esta fue la disculpa para juntarnos todos. De ahí nos salió otra actuación en Villalón» La emoción de volver a unirse les llevó a embarcarse en la aventura de sacar al mercado nuevo disco, el segundo y con la intención de recopilar temas tradicionales, «canciones que se sabían nuestros abuelos, padres y esperemos que las sepan nuestros nietos».

Ahora, la nueva música que presentan está mezclada con nuevas tecnologías e instrumentos de apoyo y grabada en un estudio. A los instrumentos de toda la vida como la guitarra o el laúd se les unen violines u oboes. Una forma más profesional de llegar al púbico porque la intención que tienen es que «estos temas tan queridos, sobre todo por la gente de Villalón, no se pierdan. De esta forma, queremos dejar constancia también para que se puedan transmitir a lo largo de las generaciones».

Mucha voluntad para un arduo trabajo que verá la luz por primera vez esta tarde. La diferencia con su último disco, que data del año 83, es notable. Fue grabado en León con métodos analógicos, con sus propios instrumentos. Hasta este primer lanzamiento, las actuaciones constaban de música tradicional, canciones que «recogíamos en los ratos libres, cuando íbamos a las bodegas con los abueletes, merendabas con ellos y te enseñaban lo cánticos. Luego los acoplábamos nosotros a nuestras voces».

Música al alcance

¿Y por qué música folk? Porque era la música «que estaba a nuestro alcance, utilizábamos instrumentos cercanos y por eso nos gustaba a todos». Los recursos disponibles eran los que les proporcionaba la Iglesia, «para música 'pop' por ejemplo no hubiéramos podido. ¡Pero somos castellanos y terracampiños!» . El grupo era más un 'hobbie' que una profesión y por ello, «en ningún momento actuábamos con fines lucrativos». Sí ganaban dinero pero lo utilizaban «para ir a merendar o nos comprábamos un altavoz, micrófonos, una mesa de audio... Éramos más una pandilla de amigos que nos juntábamos a tocar». Tuvieron la suerte de crecer con el folk porque «probablemente si hubiera sido en esta época, no hubiéramos salido de la Iglesia de Villalón».

Aunque la única actuación prevista es la de hoy, no descartan volver a unirse para representar el nuevo álbum, «si hay un planteamiento de algo excepcional seguramente nos lo pensaríamos, porque es muy difícil juntarnos todos con esa idea». Los componentes se dedican a diversos sectores, caben todas las profesiones: autónomos, ingenieros, administrativos, dedicados al comercio... pero reconocen que no tendrían problemas a la hora de pedir permiso si saliera alguna actuación porque «suelen ser los fines de semana». Lo que sí tienen más complicado es juntarse para ensayar «porque una cosa es la labor de estudio con músicos de apoyo y otra es el directo que hay que trabajarlo mucho más».

La financiación para sacar adelante el álbum ha sido gracias a «la aportación de todos» además de una ayuda de ADRI, la Asociación de Tierra de Campos que les ha apoyado a la hora de costear los gastos que supone el disco.