La presidenta de la FAPE destaca que «la corrupción no ha desaparecido, pero la libertad de expresión permite denunciarla»

«La matanza de Burgo de Osma rescata una tradición ancestral que este mesonero mayor de Castilla ha transformado, además, en motor de prosperidad para la región. Una iniciativa que eleva a Soria y a Castilla». La periodista Elsa González Díez de Ponga, presidenta se la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), se refería en su pregón al restaurador Gil Martínez Soto, propietario del restaurante Virrey Palafox, de Burgo de Osma, alma mater de las Jornadas Rito Gastronómica de la Matanza que se celebran en la localidad soriana desde hace nada más y nada menos que 38 años. Durante su discurso, la periodista que se ocupa en la cadena Cope de la información de la casa del Rey subrayó que, aunque la corrupción no haya desaparecido, «la libertad de expresión y de infomación permite denunciarla».

Elsa González reconoció que el pregón de las jornadas suponía para ella todo un reto por varias razones. «Me encuentro ante un emprendedor nato, Gil Martínez Soto, un empresario con arrojo e innovador. De los que echamos de menos en el mundo de la comunicación. Con principios y valores de los que precisa esta sociedad para salir de la crisis», lanzó al inicio de su pregón Elsa González.

Han sido 38 años en los que por el Virrey Palafox Han pasado muchos ilustres para alabar las bondades de los yantares derivados de uno de los animales que más ha aportado a la gastronomía y las tradiciones de Castilla y León, tal y como resaltó la pregonera. Elsa González quiso recordar a algunos de las personalidades que en ediciones anteriores asumieron el papel que el pasado sábado, 21 de enero, le correspondió a ella misma. «El verbo fluido de Cela, el ingenio de Chumi Chumez; el impulsor gastronómico, Rafael Ansón; una pionera de las corresponsalías femeninas, Gómez Borrero; o, el más reciente, y complejo, Ildefonso Moriones, que metió en vereda la santificación de Palafox», enumeró la periodista para subrayar que su intervención ante los más de 400 comensales suponía todo un reto.

Convivencia

Tras señalar que la tradición de la matanza le permitía trasladarse a su infancia, en concreto a Valbuena del Roblo, aldea leonesa de Picos de Europa, Elsa González recordó que este ritual reunía a familiares y vecinos. «Yo gozaba de la fiesta al tiempo que sufría por los gritos del animal. Echo de menos aquella convivencia, pero agradezco que se haya paliado su dolor en este trance», añadió. también evocó la época en la que era una celebración para su madre y «el trabajo en cooperación transformaba esa carne en viandas para todo el año». En este punto, lamentó que en la actualidad «la sociedad se ha despegado de muchas costumbres que humanizaban la vida cotidiana. Esa convivencia familiar y vecinal ha mudado en un cierto individualismo. Las veladas, la hila, el filandón, lo hemos sustituido por la televisión y el ordenador».

Libertad de expresión

Sin embargó, la periodista defendió algunas de las mejora de estos tiempos. «Seguramente no somos más productivos ni, desde luego, más felices, pero hemos logrado aminorar el dolor físico. La justicia se ha acercado al ser humano. La libertad no nos ha hecho más libres, pero sí menos esclavos de otros hombres. No existen amos ni siervos. La corrupción no ha desaparecido, ni la injusticia, pero la libertad de expresión y de información permite denunciarla. El hambre, que existe en España, ya no es la de Carpanta. Y la mujer se ha convertido en el motor del cambio social y de esa reforma confío que se derive un mundo más humano», declamó.

En cualquier caso, Elsa González confía en que «la depresión financiera» y «la crisis actual» pueda «reconducirnos a la senda de una cierta austeridad» y «la ética puede revalorizarse», convencida de que «solo lo sustancial genera riqueza».

Valores

Elsa González, que se ocupa de informar de la Casa del Rey, remató su pregón para asegurar que «hemos construido un mundo mejor, más justo y confortable, y, sin embargo, escaso en algunos valores que costumbres e iniciativas como ésta nos ayudan a rescatar y nos permiten hablar en presente de la matanza».

La jefa de Sociedad de la cadena Cope no quiso olvidarse de dos personas presentes en el acto de inauguración de las XXXVIII Jornadas Rito Gastronómica de la Matanza: Adela Arranz, jefa de Promoción y Ventas del Virrey Palafox, «que práctica esa ética que no brilla ante el mundo, aunque sea el pilar que los sostiene»; y la periodista Gloria Martínez, que fue directora de Tele Aranda hasta el año pasado, «periodista, prototipo de lo que ahora se necesita nuestro oficio: activa, emprendedora y con conciencia». Dos mujeres que se encargaron de que los invitados y los nuevos matanceros de honor se encontraran como en su casa.

Numerosos periodistas

El hecho de que la pregonera sea la presidenta de la FAPE y que varios periodistas fueras nombrados matanceros de honor garantizó la presencia de numerosos representantes de los medios de comunicación regionales y nacionales. Entre los invitados destacados se encontraban el burguense Juan José Lucas, vicepresidente del Senado, del PP, y en su día presidente de la Junta de Castilla y León; así como el director de la Fundación Española Antonio Machado, y también soriano, Manuel Núñez Encabo. El que fuera diputado socialistas por Soria en las elecciones generales de 1979, 1982, 1986 y 1989, parlamentario del Consejo de Europa de 1983 a 1993 y parlamentario de la Unión Europea Occidental de 1984 a 1993, es en la actualidad el presidente de la Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE. Entre los nombrados matanceros de honor se encontraban la alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González Benito; Fernando Berzosa, de la Cadena Ser de la misma localidad; Beatriz Ariño, jefa de Cultura y Sociedadde los informativos de TVE; y la que escribe estas líneas.

Desde luego, y tal y como resaltaba la pregonera al principio de su discurso esta convocatoria logra «dinamizar» la localidad de Burgo de Osma y los alrededores durante los fines de semana desde finales de enero a abril, según reconocía el domingo por la mañana el propietario de una tienda de alimentos artesanales situada en la calle Mayor. «Si no existieran las jornadas de la matanza, de enero a marzo, Burgo de Osma estaría muerto», señaló el dueño de Vega Ucero.