
Secciones
Servicios
Destacamos
C. B. E.
Martes, 5 de enero 2010, 02:01
Una Guerra Civil, dos conflictos bélicos mundiales, la gripe de 1918... A lo largo de 110 años se han sucedido calamidades que han marcado hitos no sólo en el devenir económico y político de las sociedades, sino también en su demografía. La población se ha visto sometida a los vaivenes de los acontecimientos y también a las tendencias de los flujos migratorios.
El último gran fenómeno a resaltar que ha zarandeado la curva de la evolución del padrón ha sido la llegada de ciudadanos de otros países que buscaban en España la dignidad que se les negaba en sus lugares de procedencia. La inmigración también ha encontrado en Segovia una tierra de acogida, sobre todo durante la década inaugural del siglo XXI.
Según se sonsaca de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los asentamientos foráneos han supuesto el trampolín sobre el que ha cogido impulso el censo provincial para elevarse en los últimos tiempos hasta los casi 165.000 habitantes que registró el 1 de enero del 2009.
Todos esos movimientos sociales acaecidos con el paso del tiempo conducen a una curiosa coincidencia: la población que habita en la actualidad en territorio segoviano es similar en cuanto a número a la que residía por derecho en la provincia en los albores del siglo XX. Si se acude a las series históricas del organismo estatal de estadística, en 1900 la provincia sumaba 162.760 vecinos, censo que de hecho se reducía a algo más de 159.000 personas.
Épocas boyantes
Las cifras se asemejan a las que apunta el INE en los datos correspondientes al padrón a 1 de enero del 2009, que señalan un censo de 164.854 ciudadanos. Tanto entonces como ahora la tendencia dibujada por la evolución poblacional era y es al alza.
En todo este periodo ha habido picos, tanto en lo alto como en lo bajo, épocas en los que la bolsa demográfica era boyante y otras en las que se desinfló. Así, la primera mitad del siglo XX fue próspera y fecunda para el padrón segoviano. La población aumentó de manera constante hasta alcanzar un hito en el año 1950, cuando la provincia contaba con 203.488 habitantes, tal y como ponen de manifiesto las tablas del INE. Qué lejos quedan esos guarismos ahora.
Al hacer el tránsito por el ecuador la pasada centuria se produjo un punto de inflexión y el censo segoviano comenzó un paulatino descenso que se alargó durante toda la segunda mitad del siglo con una excepción. Y es que la capital se salvó de la caída libre en las cifras del padrón y mantuvo la línea ascendente de los años precedentes. Entre 1900 y 1950, la ciudad de Acueducto pasó de 14.547 habitantes a una población que superaba los 29.500 residentes. Ese incremento experimentado en la capital prosiguió a lo largo de las décadas siguientes, acelerándose entre los años sesenta y ochenta. No es de extrañar, ya que a partir de 1981 el Instituto Nacional de Estadística contabiliza también la inclusión de Fuentemilanos, Hontoria, Zamarramala, Revenga y Madrona como barrios incorporados de la ciudad.
Desde entonces, el aumento demográfico del padrón capitalino ha sido más pausado, e incluso se ha visto interrumpido por algún que otro frenazo, como el que refleja el último padrón del INE, que apunta un descenso de la población residente en la urbe de Segovia de 198 personas.
Pero la patente de la sangría demográfica se encuentra en tierras del medio rural. Son estos entornos periféricos los que más han notado la pérdida de habitantes. La migración y el envejecimiento han sido acicates para que más de tres cuartas partes de los pueblos de la provincia no superen el medio millar de habitantes.
El 'flotador' foráneo
Sólo la llegada de ciudadanos extranjeros registrada en la recta final de los noventa y en estos primeros pasos del siglo XXI ha logrado mantener el pulso demográfico en algunas comarcas abocadas poco menos que a la desaparición.
El fenómeno de la inmigración quizá ha sido el más potente de todos los propulsores que han hecho que el padrón de la provincia se elevase en casi 14.000 habitantes en los últimos siete años. Sin embargo, la avalancha de inmigrantes que escogieron tierras segovianas para establecer su residencia, sobre todo por motivos laborales, parece haber remitido. La actual crisis económica asoma como el lastre que ha frenado la entrada de flujos foráneos y que ha atenuado los reagrupamientos familiares. Las apreturas financieras aparecen como el argumento más contundente para explicar la leve ralentización experimentada en el crecimiento demográfico de Segovia.
Pese a ello, en la provincia viven alrededor de 22.700 ciudadanos legales oriundos de otros países. Estos guarismos equivalen a decir que catorce de cada cien ciudadanos que residen en territorio segoviano son extranjeros.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.