DOLORES ALONSO
Viernes, 13 de noviembre 2009, 02:06
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Pregunté a vecinos, encargados y dependientes de los comercios cercanos, y nadie conocía el callejón de los Desengaños. Pero la información del Ayuntamiento era clara: la recuperación del entorno del antiguo Hostal Lucense supondrá la cesión de «un espacio calificado como parque y jardín, que se unirá al actual existente en la calle Desengaños». Así que el callejón Desengaños tiene que ser el pasaje que discurre por debajo del primer edificio de la calle de las Mercedes y, sorteando la entrada al garaje, llega a una plazuela solitaria, poblada por doce árboles de hoja perenne y por un gato negro y orondo al que he visto dormitando todas las veces que he visitado el futuro jardín. Puede resultar romántico, ya restaurado, junto a las fachadas de ladrillo y balcones del Lucense.
Tan romántico como su nombre, evocador de soledades y despedidas; igual que los poemas del valenciano Francisco Brines, que esta tarde participa en una mesa redonda en la Facultad de Filosofía y Letras, en las jornadas 'Poesía: lugar de encuentro' que a él precisamente se dedican como homenaje. Junto a Brines, en esa mesa redonda, Carlos Marzal, Vicente Gallego y Luis Antonio de Villena. Un lujo para la vida cultural de Pucela, que cabe agradecer a la labor de Pilar Celma al frente de la Cátedra Miguel Delibes.
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