Alfonso X regresa a Segovia
<strong>Actores y músicos recorren el casco antiguo</strong> de la ciudad este fin de semana impregnando al visitante de la vida medieval
EL NORTE
Domingo, 4 de octubre 2009, 05:57
El casco viejo de la ciudad recupera este fin de semana la época medieval. El claustro de la Catedral, la iglesia de San Andrés, san Martín, el Torreón de Lozoya, el propio Azoguejo, el Alcázar, la Veracruz, las murallas, el patio de la Casa de Andrés Laguna, la Calle Real o el Corpus actúan de formidables escenarios para viajar en el tiempo hasta los días en los que Alfonso X estuvo en Segovia. De eso se trata, de revisar la historia de una forma activa.
El entorno sólo necesita la aportación vital de actores y músicos que contribuyen a que el visitante retorne por unos momentos al siglo XIII. Y ese es el cometido de Fortaleza Experiencias Medievales, una empresa emprendida hace ya unos años por Gary Beals, un californiano que se quedó prendado de la capital segoviana y cuyo enamoramiento le llevó a intentar montar un parque medieval, pero la falta de inversiones le hizo modificar sus planes. Entonces pensó en añadir actores al escenario medieval que ya de por sí es la capital segoviana.
Una veintena de personas colabora este fin de semana en la recreación de esta época, fundiendo caballeros, armaduras, doncellas y música con los decorados que ya aporta generosamente la ciudad. Un entorno tan auténtico sólo necesita protagonistas a la altura. Es la historia en vivo y en directo. Hoy repetirán la experiencia. Desde las 11.00 hasta las 14.00 horas recorrerán distintos puntos de la ciudad, desde la plaza del Corpus hasta la iglesia de San Juan de los Caballeros.
Además de rememorar la historia y ambientar la urbe en un halo medieval, el principal objetivo de esta iniciativa es involucrar a los turistas y visitantes en la actividad. Como comenta Beals, no se trata de un museo donde las piezas no se pueden tocar; el espectáculo y sus participantes invitan al público a inmiscuirse y empaparse de la Edad Media.
Y todo cuanto más real, mejor. Por eso la improvisación es fundamental, que el actor interactúe con el espectador. Asimismo, ese envoltorio de credibilidad que imprime el montaje se ve reforzado con una laboriosa tarea de coleccionismo que ha llevado a sus responsables a contar con ropajes, armaduras y armas que han recopilado desde hace cerca de ocho años, además de contar con otras prendas y artículos confeccionados de forma fidedigna.
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