«La Iglesia no se opone a que la Comunión se celebre, faltaría más, pero sí al despilfarro, contrario a la fe»

-¿Qué postura tiene la Iglesia ante la celebración de la Comunión?

-Lo decimos siempre: la Primera Comunión es un acto religioso, lo más grande que puede recibir una persona en el seno de la Iglesia católica. Pero hay unos intereses sociales y económicos que lo rodean, le hacen perder su sentido original, y lo más grave, confunden al niño.

-¿Les preocupa que una familia llegue a endeudarse para poder asumir el gesto de la celebración?

-Con la crisis que hay, las economías de las familias se resienten. Creo que incluso hay padres que piden préstamos. Es una equivocación competir con otras familias, intentar demostrar más de lo que somos. No quiero decir que todos los padres lo hagan, porque hay familias que lo viven con pleno sentido cristiano.

-Dice que se confunde a los niños.

-Claro, porque en las catequesis han escuchado un mensaje que nada tiene que ver con eso. Algunas familias, por mucho que echen el resto por este motivo, no pueden regalarles a sus hijos un viaje a Disneyland, pero hay padres cuyas economías sí se lo permiten y lo hacen. Hay padres con enormes contradicciones en la cabeza, porque fomentan estas distinciones y luego se declaran partidarios de la igualdad.

-¿Aconsejan moderar los gestos?

-La Comunión es un hecho cristiano, de la persona y la comunidad. La Iglesia no se opone a que se celebre, faltaría más, porque no es aguafiestas, pero sí al despilfarro, contrario a la fe.