La recesión resta conductores a la autovía

Las empresas concesionarias de la autovía autonómica entre Valladolid y Segovia (A-601) han iniciado su camino con un inoportuno compañero de viaje: la recesión económica. A menos actividad, menos coches en la carretera y, sobre todo, menos traslados de mercancias en camiones.

El número de conductores que circulan por este itinerario ha aumentado tras la apertura al tráfico de la autovía, respecto a cuando era una carretera convencional de doble sentido. En las entradas a las dos capitales supera los 10.500 vehículos diarios, lo que en caso de Valladolid supone casi duplicar el uso (5.985 vehículos antes), pero los cálculos iniciales de llegar a un promedio de circulación de 8.000 usuarios diarios no se han alcanzado todavía. La media de utilización se sitúa en los 5.985 vehículos diarios, cifra que se supera en el tramo norte, entre Cuéllar y Valladolid, y que es menor en el tramo sur, entre la villa cuellarana y la ciudad del Acueducto.

Los datos oficiales que arroja el doble sistema de conteo de vehículos -por unos sensores electromagnéticos insertados en el asfalto y por las cámaras que vigilan todo el trazado- que sirve para facturar el canon de uso a las concesionarias arrojan un crecimiento sostenido de usuarios de la nueva autovía hasta octubre.

El trazado norte se puso en funcionamiento en julio y el sur, en septiembre. El 'pico' que marca octubre deja paso a un 'valle' que toca fondo en enero, mes a partir del que se inicia una recuperación de tráfico, que en marzo se sitúa en los niveles máximos del otoño pasado.

Este menor tráfico tiene su repercusión en el primer pago que la Junta de Castilla y León ha efectuado (en marzo) a las empresas concesionarias de una obra construida en un tiempo récord mediante el sistema de peaje en sombra. La construcción corre por cuenta de las concesionarias como si se tratara de una autopista, pero el trazado es similar al de una autovía y carece de cabinas de peaje. Los conductores no pagan, pero lo hace la Administración regional cada seis meses.

El trazado entre Cuéllar y Valladolid depende de Aupisa, integrada por Iridium Concesiones de Infraestructuras -antes Dragados-, Cyopsa-Sisocia y Caja Duero). El tramo restante, hasta Segovia, es cosa de la unión de empresas formada por Sacyr-Itinere Infraestructuras y Construcciones y Contratas Lerma y Río Ausines.

En la Consejería de Fomento que dirige Antonio Silván apuntan tres causas que fundamentan el uso de la autovía por debajo de las estimaciones que manejaban las propias concesionarias. A la situación económica, originaria de «un descenso en la facturación de los peajes de todo el país», se unen las obras en la entrada a Valladolid con sus incómodos desvíos por el polígono de San Cristóbal y el embudo que se produce a la altura de Segovia, con una circunvalación de doble sentido, que dificulta enlazar con la autopista hacia Madrid. «Estas dos últimas circunstancias desaniman al conductor que no conoce bien el itinerario», apuntan desde Fomento.

A Madrid, más barato

Un trayecto que abre un corredor alternativo a la A-6 por Tordesillas para ir desde Valladolid a Madrid, con un trazado más moderno y seguro (curvas más abiertas, mejores peraltes y separación de las dos calzadas para evitar choques frontales por invasión del carril contrario) y más barato.

El peaje que se abona en Adanero es más caro que el que pagan los conductores en las cabinas de la autopista de Segovia a los túneles de Guadarrama. La opción más cara entre Segovia y la capital de España es de 6,75 euros -fines de semana y festivos hasta las 23.00 horas- frente a los 9,35 euros que cuesta pasar por Adanero. El ahorro de 2,60 euros alcanza los 4,65 si se viaja entre las once de la noche y las siete de la madrugada, horario en el que en la autopista entre la capital segoviana y Madrid rige una tarifa más económica (4,70 euros).

Tramos con menos uso

La circulación por la A-601 presenta los datos más saludables en las entradas a las dos capitales, debido a los desplazamientos cortos que generan los polígonos industriales y la concentración de residentes. Los tramos entre San Miguel del Arroyo y Viloria del Henar, en la provincia vallisoletana, y la circunvalación de Carbonero el Mayor, en tierras segovianas, marcan la menor afluencia de vehículos de todo el trayecto. 4.342 y 4.244 al día, respectivamente.

Fuentes de la Consejería de Fomento destacan el descenso de la siniestralidad en el trayecto entre Valladolid y Segovia que ha conllevado la jubilación de la carretera convencional y la apertura al tráfico de la doble calzada. Se han registrado 39 accidentes, 11 de ellos con víctimas y sólamente con una persona fallecida. Un motorista que chocó con una señal y perdió la vida en una glorieta de acceso a la autovía.

La práctica totalidad de esos 39 siniestros son salidas de la carretera y alcances provocados por excesos de velocidad y despistes. Se ha registrado también una colisión en una vía de servicio, no en la propia autovía.