El efecto arrastre

El primer gol del Real Valladolid en Valencia culminó una jugada de tiralíneas. El pase perfecto de Víctor a Marcos, el centro del capitán, el remate inapelable de Jonathan Sesma. Pero en esa acción ofensiva apareció otro futbolista, que no llegó a tocar la pelota, pero cuya intervención en la jugada resultó decisiva: Henok Goitom. El delantero sueco, cada vez más asentado en el esquema táctico de Mendilibar, lo recordó ayer. «Vi a Marcos con la pelota y a Jonathan Sesma detrás de mí. Pensé en irme al primer palo para llevarme a los dos [defensas] y Jonathan se quedó solo. No es sólo cuestión de que yo marque goles. Para mí resulta perfecto que lo hagan otros compañeros si yo estoy corriendo en el campo». El efecto arrastra de Goitom posibilitó el primer tanto del Real Valladolid.

«En este tema no se puede ser egoísta», abunda el delantero de Solna. «El equipo necesita victorias y si tengo que correr como en el primer gol cien veces para que otro compañero marque diez goles, lo haré».

Goitom no se cansa de presionar. «A veces Jonathan coge mi sitio, yo cojo el sitio de Pedro [León], Pedro coge el sitio del centrocampista... Por eso hacemos la presión muy bien». El derroche físico pasó factura en la segunda parte, pero todo el vestuario se conjuró para que no se esfumaran los puntos. «En el descanso lo hablamos: no podía sucedernos como ante el Numancia y Almería».

Goitom reconoce que le costó poner en práctica las peticiones tácticas de Mendilibar. «Entendía lo que quería, pero cuando estaba en el campo no había cambiado el chip. Ahora lo hago sin pensar. Lo entrenamos mucho».

La llegada de Oldoni complementa las habilidades del sueco, cuyas virtudes cada vez resultan más visibles. «Somos jugadores diferentes. Él es un rematador, un 'nueve' puro. Yo soy más de mover la pelota: a la izquierda, a la derecha, al medio. Puedo jugar con él si el míster quiere. Tampoco tengo problemas para estar yo solo en punta».

Henok Goitom posee calidad para formar parte de la selección de Suecia, aunque él se ve con pocas posibilidades. «Es difícil y me lo dicen los periodistas de mi país. Tengo que hacer el doble que los están ya en la selección. Allí no ven mis partidos y lo que valen son los goles. Si marcase más, aunque estuviese peor, lo tendría más fácil. Yo aquí juego de otra manera y es lo que debo hacer».