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Un tren de alta velocidad pasa entre los terrenos del futuro barrio de Argales, a la derecha, y el barrio de La Rubia./ RAMÓN GÓMEZ
VALLADOLID

La ampliación del soterramiento obligará a reubicar las torres del nuevo Argales

La eliminación de las vías permitirá abrir calles hacia La Rubia y Parque Alameda

J. ASUA

Jueves, 12 de febrero 2009, 10:00

Pasará de ser una moderna isla urbana, muy cuestionada por su aislamiento, a formar parte del continente de la ciudad. El futuro barrio de Argales que surgirá en los terrenos de la estación de contenedores de Renfe y Redalsa, junto al polígono industrial, cambiará su fisonomía si finalmente el Gobierno acepta la prolongación del soterramiento un kilómetro y medio más hasta Covaresa, tal y como ha solicitado el Ayuntamiento de Valladolid. El equipo del arquitecto británico Richard Rogers deberá darle una vuelta a los planos conocidos hasta ahora para que esta zona residencial de 2.535 viviendas «mire» a un bulevar y a los vecinos de enfrente, concretamente a los de los barrios de La Rubia, Parque Alameda y Paula López, según avanzan los responsables municipales.

Actualmente la composición de esta área, con forma de trapecio isósceles, contempla, junto a las vías y separados por una franja verde de unos cincuenta metros de anchura, una decena de torres en los que se combina uso residencial libre, el hotelero y el de oficinas. Se da la circunstancia que estos edificios son los de más altura de este desarrollo -entre ocho y 25 plantas- y «lo lógico», según los técnicos consultados, es que esta imponente fachada, creada en parte como defensa al paso del tren, no suponga una barrera visual y de comunicación entre este nuevo desarrollo y los barrios antes citados. «En todo caso la edificabilidad va a ser la misma, pero sí cambiará la disposición de algunos edificios, aunque ese es un trabajo que deberá llevar a cabo el equipo de Rogers», añaden.

Tanto en el Ayuntamiento como en la Sociedad Alta Velocidad expresan su cautela. «Primero el consejo de administración debe asumir la propuesta de los grupos municipales para soterrar en esa zona y luego el Ministerio de Fomento debe dar el visto bueno», dicen. Hasta el momento tanto el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, como el PSOE, partido en el poder, han avanzado que la predisposición del Gobierno es buena, más cuando en las licitaciones de las obras en marcha el ahorro deja un remanente económico suficiente para afrontar este gasto, estimado en cerca de cincuenta millones de euros.

Los expertos del Consistorio dan por hecho de que el cambio en Argales será importante. Entre otras cosas porque las tres conexiones previstas con los barrios de enfrente, mediante dos pasarelas peatonales elevadas y un túnel subterráneo para vehículos (sin definir en el proyecto), desaparecerán del mapa. Con esta nueva situación surgirá una red de calles transversales que conectarían el nuevo Argales con La Rubia, Parque Alameda y Paula López.

Bulevar

Respecto al bulevar que discurrirá sobre el túnel en esta zona, las mismas fuentes aclaran que lo normal sería dar continuidad al diseño creado entre la estación de Campo Grande y Daniel del Olmo y en el que únicamente se contempla la circulación del transporte público y los itinerarios para peatones y ciclistas.

Las nuevas calles también supondrán la ruptura de la continuidad de la franja verde colocada por el equipo de Rogers junto a lo que iban a ser vías. No importa. Si el lecho del tren no se soterrase los cerca de seis mil residentes del nuevo Argales sólo tendrían acceso a sus casas desde las calles Fernández Ladreda, Bronce y General Solchaga, todas ellas en el polígono industrial. En este cambio de diseño urbano tendría menos solución, a priori, el paso elevado de la Ronda Interior Sur, que parte este desarrollo urbano por lo alto. Sin embargo, los expertos del equipo del arquitecto británico, lejos de considerarlo como un handicap, creen que pueden hacer de los defectos virtudes. En los planos ahora vigentes se plantea esta zona como el centro urbano. Junto a la arteria de tráfico se situarán dos torres de oficinas de 60 metros de altura y justo bajo el paso elevado una gran plaza de confluencia entre las partes norte y sur de este barrio. Lo que parecen tener claro los redactores de la modificación del Plan General en estas parcelas liberadas es que los bloques residenciales deben alejarse lo más posible del VA-20 para evitar las molestias del tráfico.

También habrá que analizar la disposición de los edificios de equipamiento y comercio que se sitúan en la zona de contacto con el polígono, sobre todo porque existe un proyecto del Ayuntamiento para transformar el uso del Argales y permitir zonas de viviendas.

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