SALAMANCA

Solicitan que la Ermita de la Misericordia sea restaurada y recupere su espadaña

FRANCISCO GÓMEZ

Domingo, 4 de enero 2009, 01:48

Publicidad

La plaza de San Cristóbal es una de las zonas con más historia de Salamanca. Allí se encuentra una de las primitivas parroquias en las que se repartían los primeros salmantinos y allí también se conserva uno de los primeros hospitales, hoy conocido como Ermita de la Misericordia.

Un edificio histórico que, según la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, sufre un estado de «absoluto abandono» por parte de su propietario, el Obispado de Salamanca, que desde hace casi cuatro décadas lo mantiene alquilado a una empresa de artes gráficas e imprenta.

La presidenta del colectivo, Isabel Muñoz, destacó que la asociación ha elegido en esta ocasión para su habitual reivindicación de puesta en valor de alguno de los bienes históricos de la ciudad al comienzo del año esta ermita «que se encuentra totalmente olvidada por las instituciones a pesar de su relevancia histórica».

Muñoz señaló que el edificio no se distingue por un especial valor artístico, aunque conserve interesantes elementos decorativos de los siglos XVI y XVIII (con relieves platerescos y barrocos en sus dos portadas), pero sí destaca por haber marcado la historia de la ciudad.

Publicidad

Refugio de peregrinos

Así, según recordó, los orígenes de este edificio se remontan hasta mediados del siglo XIV cuando Sancha Díez fundó la ermita para que sirviera de refugio a peregrinos que pasaran por Salamanca.

Posteriormente, el edificio se convirtió en uno de los principales hospitales de la ciudad y también fue durante décadas el último lugar al que se trasladaba a los reos condenados a muerte, pasado de donde recibe su nombre, Ermita de Nuestra Señora de la Misericordia. A pesar de esta importante historia, Muñoz lamentó que toda la construcción está recorrida por añadidos de hormigón, ventas de cerrajería que rompen la estética del conjunto y, sobre todo, está cubierta por un tejado de uralita.

Publicidad

El edificio está desacralizado desde hace décadas y a comienzos del siglo XX perdió uno de sus elementos más característicos, una espadaña barroca que hoy forma parte de la Iglesia Vieja de Pizarrales. Un elemento atribuido a García de Quiñones y que, según destacó Isabel Muñoz «debería ser reintegrado a la ermita, ya que las leyes de patrimonio señalan que los elementos históricos deben permanecer siempre que sea posible en su lugar original». La Asociación llevará a cabo distintas acciones este año para impulsar su recuperación, al igual que las actuaciones realizadas en años pasados para llamar la atención sobre el estado de bienes del patrimonio salmantino, como el Seminario de Carvajal -en ruinas desde que sufrió un incendio- o el antiguo crucero de San Cebrián -que permanece desubicado en el cementerio-.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad