Un cazador sujeta un conejo atrapado por un hurón. / PEPE CATALÁ
ZAMORA

La masiva concentración de conejos causa daños en cultivos de ocho zonas de Zamora

Las áreas afectadas se sitúan en La Guareña, Los Valles y Campos Los roedores destruyen patatas, remolacha, girasol y hasta el viñedo

ASUN GARCÍA

Viernes, 31 de octubre 2008, 02:28

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Al igual que los topillos, los conejos tienen un gran potencial reproductivo, de forma que pueden llegar a formar concentraciones masivas cuando hay suficiente alimento y encuentran resguardos contra los depredadores o éstos escasean. Estas circunstancias se han dado en los últimos meses en determinadas zonas de la provincia, lo que ha hecho que, sin llegar a convertirse en una plaga, hayan proliferado en abundancia tal que hayan causado daños en cultivos de diferente tipo, hasta en un total de ocho términos municipales.

Las fincas afectadas se concentran, principalmente, en la zona de la Guareña, pero también se detectaron áreas de masificación puntual en terrenos de Los Valles, y Tierra de Campos. Entre los cultivos dañados están las patatas, la remolacha, garbanzos, cereales, girasol y viñedo.

Así se recoge en un informe encargado por la Cámara Agraria Provincia, y elaborado por Noelia Martín Arenas, Ingeniero Técnico Agrícola de la cámara.

El trabajo se incluye en el convenio sobre plagas que mantiene desde hace cuatro años la Consejería de Agricultura de la Junta con estas entidades en todas las provincias de Castilla y León. Mediante una extensión de este convenio, la Cámara de Zamora decidió hacer un seguimiento de la población de topillos tras la plaga y mantener un control sobre otras de las que pudiera haber brotes, «más allá de las plagas que afectan al cereal sobre las que venimos trabajando desde años atrás», explica Miguel Blanco, presidente de la Cámara.

Control

Una iniciativa complementaria es el servicio de asesoramiento de la Cámara Agraria Provincial sobre cualquier tipo de plaga o indicio de ella. Desde él se ha enviado comunicación a todos los agricultores para que comuniquen todo tipo de incidencia en cuanto detecten repunte de roedores, bacterias o agentes que puedan dañar cultivos u otra parte de la explotación. A partir de ahí la técnico visitará la zona, se evalúa la incidencia y el daño, se aconseja sobre prevención y tratamiento y se orienta a los agricultores sobre posibles líneas de ayudas para solicitar indemnizaciones.

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Precisamente, el trabajo de campo del informe tiene como punto de partida las llamadas de los agricultores notificando la incidencia de los roedores -en concreto, conejos, ya que liebres hay muy pocas- en las zonas señaladas.

Así, la localización de las fincas más afectadas se sitúa en El Piñero, Fuentespreadas, Fuentelapeña, El Pego , Argujillo, Fuentesaúco y Vadillo de la Guareña. Pero, además, según se recoge en el estudio, ha habido incidencia considerable en términos como el de Sanzoles, Pereruela, Zamora, Belver de los Montes, Quiruelas de Vidriales o Valdeperdices.

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Reconocible

El daño producido por esta especie, explica Noelia Martín, es fácil de reconocer ya que las yemas o ramas comidas por los conejos presentan el característico corte en bisel. Generalmente la planta rebrota, pero puede secarse, y muchas veces el ataque es recurrente, de forma que la planta termina por morir o arrepollarse.

Debido a los hábitos gregarios de los conejos, que, a diferencia de las solitarias las liebres, éstos viven en grupos, se puede constatar la presencia de gran cantidad de conejos en superficies reducidas y, en consecuencia, el daño es mucho mayor que el que puede ocasionar la libre.

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En el informe se recogen propuestas para prevenir los daños que causa este roedor. La más recomendada es el alambrado perimetral de la superficie de cultivo o el individual de las plantas y, en segundo lugar, la utilización de productos químicos que repelen a estos animales. Los disponibles en el mercado contienen azufre suspendido en una sustancia grasa o productos sintéticos suspendidos en adhesivos líquidos.

Otro sistema que se propone es el trampeo: el lazo corredizo, comúnmente conocido como guachi. A diferencia del alambrado, que resulta más costoso o de los repelentes, la colocación de lazos es un método económico pero requiere experiencia.

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El uso de perros para ahuyentar a conejos y, en su caso, liebre, resulta poco efectivo porque los animales retornan rápidamente al lugar, y requiere una dedicación de tiempo casi permanente.

Caza

Otro procedimiento que se propone para prevenir los daños de los conejos en los cultivos es la caza. De un lado, con la autorización «excepcional» sin límite de cazadores ni de capturas, en cualquier época del año y a petición no sólo de los cazadores sino también de los agricultores. Esta propuesta, sugiere la autora del estudio, deberá ser de aplicación en todos los cotos en los que se hayan registrado daños y éstos estén acreditados, para conseguir que los descastes sean lo más eficaces posible.

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De otro lado se propone la ampliación de los días hábiles de caza en zonas con daños y para todos los días de la semana, no sólo los jueves, fines de semana y festivos, como establece la orden de veda.

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