«No siempre el desarrollo es sinónimo de felicidad»

Ignacio Linares Navarro estudia tercer curso de Gestión y Administraciones Públicas y siempre ha sentido pasión por conocer nuevos mundos y por el contacto directo con la naturaleza. Un día, consultando por casualidad la página de una entidad bancaria en Internet, descubrió unas becas para participar en una expedición a Perú. Ahora, después de convivir con los indígenas y de subir al Machu Pichu, asegura que ve la vida de otra manera.

-¿Cómo decidió embarcarse en esta expedición a Perú?

-Por casualidad. Consultando la página de Bancaja en Internet vi las becas y, como hacía tiempo que me apetecía embarcarme en una aventura de estas características, decidí intentarlo. Siempre me ha gustado el contacto con la naturaleza, he ido varias veces a la Montaña Palentina y además soy scout.

-¿Qué imagen se ha traído de Perú?

-Lo diferente que es de España en la forma de vida, las costumbres, la economía... También es muy diferente la arquitectura, las ciudades... Ahora valoro mucho más lo que tenemos aquí y que antes pasaba inadvertido.

-¿Cómo ha sido la convivencia con personas que siguen viviendo en unas condiciones inferiores?

-Pasamos un día en medio del Titicaca sin agua, sin luz, y sin las comodidades que nosotros tenemos. Ellos son felices, porque no conocen otra cosa y siguen viviendo con sus costumbres y sus actividades. Eso demuestra que no siempre el desarrollo es sinónimo de felicidad.

-¿Qué es lo que más ha valorado del viaje?

-La compañía de los 50 universitarios de toda España que hemos compartido esta aventura.

-Cuénteme algo que le llamara la atención.

-En las paredes de las casas particulares que había junto a la carretera se anunciaban candidatos políticos, con pintadas y carteles. También me pareció una vuelta a la cultura antigua las siestas que se dormían junto a los escalones.

-¿Cómo definiría la aventura que ha vivido estos días?

-Como una aventura única y edificante.