VALLADOLID

Un error que cambió la historia

Í. S.

Domingo, 31 de agosto 2008, 04:05

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Como suele suceder en la mayoría de las ocasiones en las que la importancia merodea por los alrededores, la casualidad fue el detonante del nacimiento de un invento que revolucionó el mundo. Corría el año 1883 cuando Lewis Waterman perdió una gran cantidad de dinero después de derramar la tinta de su pluma sobre el contrato de seguros que estaba a punto de firmar con un cliente millonario. Su enojo inicial se tornó en empeño, en horas incesantes de trabajo y de pruebas para conseguir que nunca más le sucediese un accidente de semejantes consecuencias. Para ello, se dedicó a construir un plumín que le permitiera la entrada de aire en el depósito de la tinta para lograr que ésta fluyese de forma uniforme al tiempo que se escribía. De esta manera casual nació la primera pluma estilográfica moderna: la Waterman's Ideal Fountain Pen.

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