Una huella del 44 relaciona al hijo con el crimen de su familia en Burgos
El letrado de la acusación pide un informe sobre los dibujos aparecidos en el piso donde se encontraron degollados en el 2004 a un matrimonio y su hijo de 11 años
J. MORENO
Jueves, 31 de julio 2008, 03:26
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Un informe de la Policía confirma que la huella encontrada en el piso de Burgos, donde aparecieron asesinados el matrimonio de Salvador Barrio y Julia Dos Ramos, y su hijo Álvaro, de 11 años, en junio del 2004, corresponde al número 44, una medida de zapatillas que por esa fecha calzaba Rodrigo Barrio, el joven de 21 años principal sospechoso en la investigación por este triple crimen que sigue sin resolverse. Durante el registro efectuado por los agentes policiales tras la aparición de los cuerpos, «ningún zapato superaba ese número», explicaron ayer fuentes relacionadas con este caso.
El informe elaborado hace ahora un año por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Dirección General de la Policía establecía en una de sus conclusiones que el autor de los asesinatos calzaba un zapato entre el 43 y 45. Han sido las pruebas realizadas en las últimas semanas por la Policía Científica en Madrid, sobre las huellas de sangre impresas en el piso de la calle Jesús María Ordoño 14, las que han determinado como hipótesis la coincidencia con el calzado que en aquella época gastaba el hijo mayor, Rodrigo, del matrimonio que apareció degollado.
Pese a esta posible relación, lo cierto es que cuatro años después del triple asesinato la investigación continúa sin avances concluyentes a pesar que dos fiscales de Burgos están asignados al caso. La Policía sigue analizando el ADN de unas colillas halladas en la azotea del piso y el contenido del ordenador de sobremesa que estaba en la vivienda y que no había sido examinado todavía ya que la vía inicial de las indagaciones excluía al hijo mayor.
Sí que se ha analizado el ordenador portátil que compró Rodrigo con fecha posterior al crimen. Según indicaron fuentes relacionadas con este caso, el joven se ha trasladado a vivir a Madrid desde Orense después que que algunos de sus tíos pasasen de apoyarle a ejercer la acusación particular contra él por la muerte de sus padres y hermano. La Fiscalía de Burgos, encargada de la investigación, al ser un menor ha pasado de apoyar la línea de la Policía «a estar de convidada de piedra sin apenas solicitar nuevas pruebas», relataron fuentes del caso.
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En este sentido, la acusación particular ha solicitado un nuevo análisis psiquiátrico del joven que habría sido el autor de dibujos que aparecieron en el piso de Burgos, y en los que se representaba a personas degolladas. La Fiscalía no considera oportuno por ahora que se valore por parte de un profesional estas representaciones, algunas de las cuales Rodrigo explicó que habrían sido obra de su hermano de 16 años asesinado aunque aparecía su firma. Se trata de un dibujo en el que aparece un hombre decapitado con una serie de pisadas, otra un animal con un cuello cortado y la tercera un Cristo degollado que le habían puesto una pintura roja en el cuello.
Hace ahora un año, la investigación de la UDEV determinó la detención durante tres días de Rodrigo y su ingreso en el Centro de Menores Zambrana de Valladolid, y concluía que uno de los beneficiarios económicos de los tres homicidios (un patrimonio valorado en un millón de euros) era él.
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