El hombre detenido en Laguna siempre negó que su mujer estuviese muerta
Las Fuerzas de Seguridad no requirieron orden de registro en el domicilio porque él mismo les permitió la entrada voluntariamente
EDUARDO RODRÍGUEZ
Domingo, 9 de marzo 2008, 13:39
Aguantó hasta el final y se llevó el secreto a la tumba. El suicidio en prisión de Alejandro B. T. ha dejado sin la principal fuente de información a los agentes que forman parte de la investigación para aclarar dónde está su mujer, Pilar A. M. No dejó ninguna nota aclarando lo sucedido, sino simplemente una referencia a su compañero de celda en la prisión de Villanubla.
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Desde que el pasado sábado fuera detenido en su domicilio hasta el fatal final nunca salió de su boca una sola palabra que indicara que su mujer estaba muerta e insistió en todas las ocasiones en que se le preguntó, incluso cuando ya estaba en prisión, que la había trasladado a una residencia de Inglaterra para tratar su enfermedad degenerativa. Le llegaron a pedir incluso que si era así podía recurrir a una fotografía en la que ella apareciera con un periódico del día como prueba de que efectivamente está viva, pero se negó a hacerlo bajo la promesa que realizó a su mujer de no dar a conocer su paradero porque no quería saber nada de su familia. No dio un paso atrás en ningún momento. Mantuvo su argumento hasta el final, a pesar de que en varias ocasiones le advirtieron de la gravedad de los hechos a los que se enfrentaba.
Llegó un momento en el que sí preguntó cuánto tiempo podría estar en la cárcel si mantenía su secreto, pero siempre se mostró sereno, confiado y colaborador. Buena muestra de ello es el hecho de que no fue necesaria una orden de registro de su domicilio porque él mismo accedió de manera voluntaria y permaneció tranquilo durante las más de cuatro horas que duró la intervención en la vivienda.
Los agentes especializados de la Policía Científica fueron meticulosos antes de que entraran en la vivienda el resto de los agentes que se encargan de la investigación. A través de bastoncillos tomaron diferentes muestras para analizarlas en el laboratorio y tratar de extraer alguna prueba incriminatoria. Después usaron lámparas de la llamada luz negra para detectar el posible rastro de sangre.
Ni una sola foto
Más adelante revisaron documento por documento cada uno de los papeles que guardaba en su domicilio el detenido, aunque lo que verdaderamente llamó la atención de los agentes de una manera poderosa es que en toda la vivienda no hubiera ni una sola foto de la desaparecida. Tan sólo se encontró una fotocopia de un DNI de Pilar, nada más.
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El inmueble presentaba un aspecto completamente ordenado y limpio y en él se encontraban también espalderas de madera construidas por el propio Alejandro para los ejercicios de rehabilitación que tenía que realizar su mujer, además de los instrumentos propios instalados en el baño para adaptarlo a sus necesidades.
Fuentes de la investigación aclaran que al principio Alejandro no parecía consciente de lo que se le podía venir encima si no aclaraba la situación. De hecho, quiso llevarse un listado de teléfonos a la prisión para hacer gestiones pero la ley no le permite hacerlo y tampoco quiso que nadie lo hiciera por él. Su rostro sí cambió sin embargo cuando ingresó en la cárcel el pasado lunes, tal vez el momento en el que pudo darse cuenta de la gravedad de los hechos.
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Todo abierto
Alejandro era corpulento y su propio aspecto físico llamaba la atención. No mantenía relación prácticamente con nadie, salvo con un amigo íntimo, del que no han trascendido más datos, que fue incluso a visitarlo a prisión. Tras su suicidio el caso queda en un punto muerto a la espera de que las pruebas científicas puedan aportar algo de luz en un caso calificado por todos como extraño y de resolución dificultosa.Todas las hipótesis continúan abiertas, aunque parece que pierde fuerza la del enterramiento ilegal para seguir cobrando su pensión porque ésta apenas suponía doscientos euros al mes y en principio Alejandro no tenía problemas económicos para llevar una vida normal.
Fuentes de la investigación insistieron ayer en que no se descarta absolutamente nada y reclamaron que nada se dé por hecho. Aunque efectivamente se han cotejado huesos con el ADN de la hermana de la desaparecida, aún no se puede llegar a ninguna conclusión porque se trata de un proceso lento que no siempre da resultado porque los huesos cuentan con muy poca cantidad de ADN y su extracción es compleja.
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