Más del 5% de la población española superará los 85 años en el 2020
Los expertos sobre envejecimiento rechazan que los cócteles de vitaminas y hormonas prevengan los efectos del paso del tiempo
ANTONIO VILLARREAL
Domingo, 3 de febrero 2008, 02:02
La francesa Louise Calment -nacida en 1875 y muerta en 1997- es el mayor caso de longevidad conocido hasta nuestros días. Interrogada en numerosas ocasiones por su secreto para vivir tantos años, ella contestaba con frases como «disfruté todo lo que pude» o «estoy enamorada del vino». Para más escarnio, dejó el tabaco voluntariamente a los 117, abriendo muchas más dudas sobre lo que hay que hacer para llegar a vivir casi tanto como esta mujer.
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En el 2010, uno de cada cuatro españoles tendrá más de 60 años y una década más tarde, en el 2020, el 5% sobrepasará los 85. Contando nuestro país con una de las esperanzas de vida más altas del planeta (73,3-76,3 años de media para hombres y 80,3-83 para mujeres -la media más alta de la UE-), la preocupación de los expertos está en ofrecer una calidad de vida acorde al paulatino envejecimiento del cuerpo.
El Simposio sobre Avances Científicos en la prevención y tratamiento del envejecimiento, organizado hace unos días por la Fundación Areces, trajo a Madrid a los más reputados expertos en el arte de envejecer bien, que se encargaron de desmitificar los supuestos milagros médicos que, concentrados en un frasco, hacen retroceder nuestro reloj biológico, y de aseverar los procedimientos -con los que los científicos están de acuerdo- que pueden mejorar nuestra vida. Los nuevos avances en estética, con especial énfasis en los tratamientos no invasivos, ocuparon también parte de los coloquios.
Cosa de hormonas
Para ralentizar o disimular este proceso, la industria ha procurado diversos métodos: algunos sirven para reemplazar las partes que se van deteriorando, como la sustitución hormonal o la ingesta de cócteles de vitamina, y otros para hacer como que los años no pasan: cirugía plástica y el bótox.
La presencia de hormonas como la testosterona o la del crecimiento disminuye progresivamente, por lo que muchos tratamientos se basaban en esta fórmula. Según los datos aportados por el doctor Sreekumaran Nair, «la terapia sustitutoria de testosterona ha dado buenos resultados en pacientes jóvenes con hipogonadismo, pero no así en gente mayor».
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Algo similar ocurre con otras hormonas como la DHEA (de-hidroepiandrosterona). Alrededor de 60.000 páginas web (según Google) venden esta supuesta sustancia milagrosa, aunque los estudios de Nair demuestran que «no tiene efecto alguno». También es común la utilización de la hormona del crecimiento (GH), un elemento que se asocia al envejecimiento ya que va desapareciendo del organismo de forma progresiva y con el paso de los años.
De todos modos, su suministro tampoco ha demostrado frenar la oxidación de la célula. Lo mismo ocurre con los 'cócteles de vitaminas' que se distribuyen comercialmente con promesas de salvaguardar la juventud.
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«Aunque es cierto que la deficiencia de vitaminas causa problemas -apuntó Ricardo Ruiz, jefe de Dermatología de la Clínica Ruber de Madrid-, los suplementos de vitamina E de farmacia no causan ningún efecto y, pese a que no se ha demostrado su utilidad en dietas con carencia, tampoco causa mal. Eso sí, mucha vitamina E puede provocar problemas de coagulación». Añadió que «es cierto que necesitamos las vitaminas, pero en estos casos no son más que una forma fácil de vender el producto».
Elixir de juventud
¿Hay, por tanto, alguna forma útil de atrasar nuestro reloj biológico? Para el doctor Nair existen dos: en primer lugar, el ejercicio físico aeróbico, practicado tres veces por semana o a diario si ya se es «mayor». La práctica constante del mismo es la única medida demostrada que ralentiza el envejecimiento, ya que aumenta el número de copias de ADN mitocondrial y aumenta también la sensibilidad a la insulina. También el consumo de alimentos integrales ayuda, ya que son precisamente las subidas bruscas de glucosa en sangre lo que aumenta la oxidación celular.
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El otro método infalible es ir haciendo con la edad una restricción calórica, consumir todos los hidratos, proteínas y grasas que necesitamos reduciendo nuestra ingesta de calorías hasta un 65% de nuestro aporte actual, y haciendo uso también de los antioxidantes que se encuentran en fruta y verdura. «Estos elementos esenciales, combinados con la dieta, son los que ejercen un verdadero efecto antiedad», señala el endocrino de origen indio, para quien la dieta mediterránea resulta la más idónea para evitar un envejecimiento que «comienza a partir de los 30 años; todo lo que hacemos hoy tiene una repercusión mañana».
Otros factores que los científicos califican de acicates para el envejecimiento son el estrés y el tabaquismo, que afecta tanto interna (sistema cardiovascular) como externamente (piel) a la degeneración celular. Para conservar bien la piel, recomiendan «hidratación, protección contra el sol y una dieta basada en fruta y verdura».
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Por último, la práctica de ésta se ha estabilizado en España y se han multiplicado las infiltraciones de toxina botulínica. Mauricio de Maio, cirujano e inventor del 'lifting con bótox', insistió en que en el futuro la tendencia serán las intervenciones «poco invasivas a partir de los 25 ó 30 años para evitar la caída de cejas o nariz, características de la madurez». El futuro es para el 'smash': lluvia de ultrasonidos sobre la membrana que envuelve a los músculos.
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