La actriz Jodie Foster desvela su condición de lesbiana
La recepción de un galardón fue la excusa para rendir un homenaje a su pareja Cydney Bernard
OSKAR L. BELATEGUI
Jueves, 13 de diciembre 2007, 01:46
En 1991, cuando Jodie Foster ganó su segundo Oscar por 'El silencio de los corderos', grupos de activistas homosexuales se manifestaron a las puertas del Dorothy Chandler Pavillion con pancartas que rezaban: «Ganadora del Oscar. Licenciada en Yale. Ex estrella de Disney. Tortillera». A comienzos de este año, la revista 'Out' mostraba su rostro en portada y se interrogaba: «¿Por qué las estrellas no salen del armario?». La actriz ha desvelado, al fin, un secreto a voces: su condición de lesbiana.
Foster, que cumplió 45 años el pasado 19 de noviembre, mostraba ayer su lado más vulnerable, insólito hasta la fecha, en un desayuno organizado por la revista 'Hollywood Reporter' en el hotel Beverly Hills. Se premiaba a las 100 mujeres más poderosas de Hollywood, y cuando la actriz y directora subió a recoger su galardón sorprendió con un conmovedor agradecimiento que hizo llorar a los presentes. «El secreto de mi éxito es mi preciosa Cydney, que ha estado conmigo a las duras y a las madures», confesó. «No me siento poderosa, sino frágil e insegura. Siempre me he sentido en cierta manera como una impostora. Ahora estoy intentando averiguar cómo encajo todas las piezas de mi vida». Entre el público, su pareja en los últimos 14 años, la productora Cydney Bernard, de 54, con quien tiene dos hijos de padre desconocido, Charles, de 9 años, y Kit de 6.
Intimidad
Foster siempre ha defendido su intimidad con uñas y dientes. No se sabe dónde reside en Los Ángeles, gasta fortunas en seguridad, practica artes marciales y jamás habla por teléfono.
El culpable de su celo casi enfermizo por la privacidad es John W. Hinckley, el demente que en 1981 atentó contra Ronald Reagan sólo para llamar la atención de la actriz. Tras su arresto, otro orate trató de atentar contra ella.
Una licenciatura en Literatura Afroamericana le sirvió para alejarse de los focos. Un año de libertad vigilada tras ser detenida por posesión de droga en el aeropuerto de Boston demostró que era humana. La protagonista de 'Taxi Driver' lleva toda la vida en el ojo público: a los tres años sirvió como modelo a la niña de Coppertone, esa a la que un perrito muerde el bañador. «Llevo 42 años trabajando en este negocio, es imposible que no esté loca», reflexionaba anteayer. Su inteligencia y fortaleza no han impedido los cotilleos.