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ÍÑIGO SALINAS
Domingo, 25 de noviembre 2007, 01:27
Carlos Saso (Madrid, 1953) lleva esto del fútbol en la sangre. Y no es un decir. Su padre (José Luis) fue portero, entrenador, secretario y presidente del Real Valladolid. Y claro, algo siempre queda. Como mínimo la astilla. Y en este caso la astilla se convirtió en un brote que no para de crecer.
Desde que Carlos Saso terminó sus estudios de Ingeniería Industrial en Madrid ya han pasado varios años y bastantes equipos de fútbol por sus manos: el San José, el Boecillo, el Club Deportivo Derecho y, desde hace diez años, el equipo de la Universidad de Valladolid, que milita en el grupo B de la Primera División de Aficionados.
-Antes de venir me han prevenido de que es usted un poco serio...
-No, qué va. Me gusta hacer las cosas seriamente, pero eso no significa que sea serio... aunque también es verdad que no soy un viva la Virgen.
-Y el fútbol, ¿es serio?
-Desde luego que sí. El fútbol es algo muy serio, al menos para mí.
-¿Ser hijo de quien es le ha abierto muchas puertas en el mundo del fútbol?
-Sobre todo me ha abierto puertas en la vida. Me dio educación, me enseñó lo que es este deporte y me hizo vivirlo muy de cerca. Gracias a eso conocí a gente muy interesante.
-¿Hay mucha gente interesante en el mundo del fútbol?
-Hoy por hoy es difícil que un futbolista de elite mantenga la cabeza asentada. Pestañeas y te miran 50.000 personas, se fijan como vistes... todo el mundo está pendiente. Parece que eso tiene más importancia que tener un trabajo precioso: el fútbol. Pero sí, en el fútbol hay gente interesante.
-¿Entrenar al Uni es su segundo trabajo?
-Al contrario. Me apasiona y me viene hasta bien salir del trabajo para ir a entrenar.
-¿Fue un fracaso el descenso de la temporada pasada?
-En absoluto.
-¿Y sería un fracaso si este año no se logra el ascenso?
-El único fracaso posible sería no divertirnos haciendo lo que nos gusta. Y en esas estamos. Pasarlo bien ya es suficiente.
-¿Es abonado del Real Valladolid?
-Pues no, pero debería serlo. Es un deber que tengo con el club. Aunque no soy abonado de nada. Es una manera de vivir.
-Al menos será del Valladolid, ¿no?
-Por supuesto que sí. Y también me llama mucho la atención y me cae simpático el Atlético de Madrid.
-Dicen que la rojiblanca es una de las mejores aficiones de España. ¿Qué opina de la de Valladolid?
-Creo que todas las aficiones son buenas. Es depositar una fe ciega en gente que no sabes si te va a devolver lo que quieres. La afición es como un cheque en blanco a un equipo.
-Pero el Nuevo José Zorrilla no termina de tener tirón.
-Hace mucho frío... Quizás también tenga que ver con nuestro carácter, con que el equipo nunca haya levantado grandes entusiasmos entre la gente. No sé. Yo creo que el Valladolid tiene un pequeño déficit: no termina de transmitir.
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