VIDA Y OCIO

El Belén, obra mimada de Salzillo

Desde el domingo, los lectores de El Norte podrán conseguir, en 17 entregas, todas las figuras y piezas que integran el portal de la famosa y popular obra del gran escultor

EL NORTE

Viernes, 9 de noviembre 2007, 11:28

El Belén de Salzillo, uno de los conjuntos más mimados y conocidos del famoso escultor murciano -de quien se viene celebrando a lo largo de este año el tercer centenario de su nacimiento- es la obra que EL NORTE DE CASTILLA ha querido ofrecer a sus lectores, precisamente con el deseo de que pueda ser instalada en los hogares en fechas tan entrañables como la próxima Navidad, que ya se avecina.

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Pintadas a mano

Cuando EL NORTE asumió la responsabilidad de este compromiso artístico, se encontró con el inconveniente de que los moldes originales del famoso Belén ofrecían mucha fragilidad, pero también, -debido, principalmente a los siglos transcurridos desde su ejecución por Francisco Salzillo- un notable deterioro, que hubiese imposibilitado la fiel recuperación de las figuras en todo su esplendor. Pese a todo, el empeño pudo hacerse realidad, porque se inició un proceso de creación de nuevos moldes, basándose en decenas de fotografías sobre cada una de las figuras y piezas que conforman el precioso portal del Belén. Todas las figuras, y desde todos los ángulos, fueron sometidas a este proceso de reconocimiento para que ni el más mínimo detalle de las piezas originales pudiese quedar eliminado.

Posteriormente, se efectuó la configuración de nuevos moldes, de los que han surgido las nuevas piezas del Belén, realizadas en un material consistente, como la resina, pero pintadas a mano, una a una, como mejor método para procurar igualar toda la originalidad que conserva este delicado conjunto salzillesco, sobre el que el autor vertió también toda la belleza que ya había depositado en sus famosas figuras de Semana Santa, y en las que se conservan en templos de y museos de la geografía nacional. Se trata de un conjunto lleno de encanto y que, sin duda, ocupará un lugar preferente durante la próxima Navidad y seguirá siendo una obra de arte a conservar por sus espléndidas hechuras.

En el libro 'Francisco Salzillo. La plenitud de la escultura', el catedrático de Historia del Arte, Cristóbal Belda, afirma que, si los pasos procesionales pusieron a Salzillo frente a un teatro inanimado, que era la exteriorización de la religiosidad, el Belén le ponía «ante una nueva realidad y, sobre todo, ante una forma distinta de contemplación; ante un escenario limitado por las dimensiones de la estancia en que se montaba y la festiva atmósfera de la Natividad a cuyo esplendor colaboraba».

El origen del Belén hay que situarlo en un encargo que Jesualdo Riquelme y Fontes, miembro de una noble familia murciana del siglo XVIII, hizo al gran escultor. No se sabe en que año Salzillo inició la colección de figuras que lo integran. En principio, no fue una colección conocida, porque había sido hecha para la intimidad de una familia y permaneció oculta en el domicilio de sus propietarios durante muchos años. El Belén empezó a ser conocido en 1883, cuando se cumplía el primer centenario de la muerte del escultor murciano. Desde entonces, ha sido considerado -tal y como recuerda el citado catedrático- como «una de las obras más refinadas de Salzillo». Las figuras inspiradas en esta magníficas obras son las que los lectores de este diario podrá adquirir y gozar. Un esfuerzo de EL NORTE DE CASTILLA, que obtendrá, sin duda, una respuesta positiva.

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