Una tradición que subsiste
La Feria del Caballo de La Pernía evidencia los problemas de los ganaderos, que ven cómo sube el pienso mientras baja el precio de la carne de sus animales
NURIA ESTALAYO
Miércoles, 17 de octubre 2007, 05:15
Quinientos ejemplares se exhibieron ayer en la Feria del Caballo de La Pernía, celebrada en San Salvador de Cantamuda Diez yeguadas de raza hispano-bretona, la raza cárnica, se presentaron a la novena edición de esta feria, organizada para la venta de potros.
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Tanto ganaderos como comerciantes coincidieron en que no es el mejor año para el mercado caballar. Por eso, ayer en la campa de San Salvador las transacciones no fueron muy cuantiosas. El precio de los animales ha bajado y el pienso ha subido. Para los ganaderos, supone un periodo de mayores gastos y para los intermediarios de los cebaderos, un año de exiguas ganancias.
El año pasado los potros alcanzaron los 400 euros, pero ayer se vendían a 300 euros, o como mucho el ganadero más afortunado logró venderlos a 340 euros. Además, ahora el transporte también es más caro, porque la normativa ha cambiado. «Antes se llevaban los caballos en camiones de dos pisos, ahora tienen que transportarse en un solo piso, por eso los portes cuestan el doble», indica Manuel Gómez, ganadero de La Pernía.
No obstante, los vecinos y curiosos que se acercaron hasta la feria fueron los que más disfrutaron con estas yeguas y potrillos. Los visitantes se deleitaron con la ración de carne de potro asada a la brasa, ofrecida por el Ayuntamiento. La mayoría de los comensales coincidieron en señalar que es «una carne muy rica que tira un poco a dulce».
Transporte
La Feria del Caballo de La Pernía surgió en respuesta a la necesidad de los ganaderos cuando la población caballar iba en aumento. «Los ganaderos tenían que desplazarse a ferias de otras localidades con el correspondiente gasto en el transporte. Por éso, el Ayuntamiento decidió celebrar esta feria», señaló ayer el alcalde de La Pernía, Mariano San Abelardo, aclarando que se eligió la fecha del 16 de octubre para que no coincidiera con otras ferias.
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Por su parte, algunos ganaderos se quejaban de que la carne no sea apreciada ni en Palencia ni en el resto de España. Aunque algunos restaurantes de la comarca están empezando a incluir este plato en su menú, no son muchos los clientes que lo conocen o lo solicitan, y en las carnicerías de la zona no resulta muy común encontrarse esta carne.
Los ganaderos insisten en promocionar la carne de los caballos de la Montaña Palentina que pastan sueltos casi todo el año por montes y prados. «Esta carne es muy sana. Ni siquiera los potros admiten pienso con antibióticos como los novillos de cebo, porque si el potro lo come se moriría», indica Manuel Gómez. La mayoría de la carne se lleva a la zona levantina y catalana, y más aún fuera de la frontera española, a países como Francia e Italia. Con el problema de las vacas locas, la demanda creció, pero el consumo ha vuelto a ralentizarse.
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