Jaime Sabines
FERNANDO REY
Viernes, 21 de septiembre 2007, 02:50
DE Chiapas es el magnífico poeta Jaime Sabines (1926-1999). Algunos de sus poemas me resultan emocionantes. «El amor es el silencio más fino,/el más tembloroso, el más insoportable». Es un poeta sobrio y de lectura no hermética. Es sencillo comprenderlo: «Los días inútiles son como una costra/de mugre sobre el alma». El hombre es «frágil como una lámina de aire». A Sabines le inquietaba la muerte, «blanda y dulce como una cama con mujer». «La muerte, la muerte, la muerte, hija de puta, viene/ La tengo aquí, me sube, me agarra/por dentro/Como un esperma contenido,/como un vino enfermo Yo, el último, os invito/a bailar sobre el cráneo del tiempo». ¿Y qué les parece como describe el desamor?: «No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto». Me quedo con tres poemas. Uno, dedicado a lo que gira sobre su cama: «Mi cama es de madera/y cruje bajo el peso del amor jadeante,/pero mi cama es un barco inmóvil/ que me lleva a donde quiero ir/ Carga mi soledad mejor que yo mismo/y conoce mis sueños/y se compadece de mí/Mi cama es casi una nube,/es una alfombra para las pisadas de mi corazón/ A media luz, o a obscuras,/en mi cama encuentro a mi mujer, mis hijos, mis libros,/mis recuerdos y mis cigarros/Y encuentro a Dios, a veces,/en la luz de una tarde como ésta,/que besa con la yema de sus dedos los párpados cerrados/Amo en mi cama porque en ella reposo como en mi muerte/y en ella siento que la vida puede ganarse aún/Estoy agradecido porque tengo una cama/y es lo mismo que si tuviera un río,/ lo mismo».
El segundo desmonta irónicamente la torpe utilización política del sentimiento patriótico: «Por decreto presidencial: el pueblo no existe/El pueblo es útil para hablar en banquetes:/ 'Brindo por el pueblo de México'/ 'Brindo por el pueblo de Estados Unidos'/También sirve para el pueblo para otros menesteres literarios:/escribir el cuento de la democracia,/publicar la revista de la revolución,/ hacer la crónica de los grandes ideales/El pueblo es una entidad pluscuamperfecta/generosamente abstracta e infinita/ Sirve para que los jóvenes idiotas/aumenten el área de los panteones/o embaracen las cárceles/o aprendan a ser ricos/Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:/ 'Con el pueblo me limpio el culo'/He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:/un rollo de papel higiénico/para escribir la historia contemporánea con las uñas». Y el tercero también hace gala de una fina ironía: «Me dicen que debo hacer ejercicios para adelgazar,/que alrededor de los 50 son muy peligrosos la grasa y el/cigarro,/ que hay que conservar la figura/y dar la batalla al tiempo, a la vejez /lo agradezco de todo corazón, pero me río/de tan vanas recetas y tan escaso afán/ (La muerte también ríe de todas estas cosas)/La única recomendación que considero seriamente/es la de buscar mujer joven para la cama/porque a estas alturas/la juventud sólo puede llegarnos por contagio».
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