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El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, responde a las preguntas de la fiscal al inicio del juicio.
Visto para sentencia un juicio de más de cinco horas considerado político por la defensa

Visto para sentencia un juicio de más de cinco horas considerado político por la defensa

El alcalde de Valladolid ha cerrado la vista con una pregunta a la jueza: ¿Qué ganaba yo con demorar el cumplimiento de la sentencia?

Mar Domínguez

Lunes, 27 de abril 2015, 10:11

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El juicio por un presunto delito de desobediencia a la justicia al que se ha sometido el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, durante más de cinco horas, ha quedado visto para sentencia. El regidor y candidato a la releección por el PP podría quedar absuelto, como ha pedido el letrado de la defensa, José María Tejerina, quien ha considerado esta vista como un proceso político, o condenado a penas de inhabilitación que la Fiscalía ha fijado en 15 meses y en 24 la acusación popular, que también pide una multa de 175 euros diarios en compensación por el daño económico a las arcas municipales.

Visiblemente nervioso, y conteniendo su carácter ante algunas de las cuestiones planteadas por la acusación, ejercida por el letrado Carlos Castro, León de la Riva ha contestado a todas las preguntas referidas a las causas por las que se abstuvo en votaciones de junta de gobierno en trámites relacionados con los áticos del edificio de la Plaza de Zorrilla, en el que él mismo reside, así como las referidas a otras decisiones que, según la acusación, indicarían que trataba de demorar el cumplimiento de la sentencia del TSJ, que obligaba a restituir la legalidad en las obras ejecutadas en el ático del inmueble, donde se conviertieron unos trasteros en dos áticos.

Javier León de la Riva ha asegurado que en todo momento estuvo asesorado por los equipos técnicos municipales, que se abstenía en las votaciones por ser residente en el inmueble y que los posibles retrasos en la restitución de la legalidad se han debido a las dificultades técnicas para conocer cómo debía quedar el inmueble tras la demolición. Al parecer, existen contradicciones entre los planos actuales y los originales del edificio, de 1942, lo que habría dificultado aplicar al auto judicial.

El alcalde, que ha ejercido el derecho a la última palabra, le ha planteado una pregunta directa a la jueza, Evelia Marcos: ¿Qué ganaba yo con demorar la ejecución de una sentencia? León de la Riva ha insistido en todo momento que delegaba en la Concejalía de Urbanismo y que era asesorado por los servicios jurídicos y técnicos.

La acusación ha insistido en que el alcalde no puede escudarse en que las decisiones no eran suyas porque él es el máximo responsable de la institución y ha aportado fechas y trámites que indicarían la intencionalidad del incumpliento. «Es evidente que no va a firmar un decreto por el que se niegue a ejecutar el auto, pero hay fórmulas para hacerlo», ha expresado. En esa línea también le ha planteado que su interés en este caso era particular y ha tratado de basar esa afirmación en que la esposa del alcalde tramitó un recurso contra la demolición. León de la Riva ha explicado que desconocía que su mujer hubiera adoptado tal decisión y que no se la comunicó porque es mayor de edad y toma sus propias decisiones.

La fiscal, Ana Valle, ha expuesto en sus conclusiones que el alcalde no ha podido estar al margen de un caso que solo se ha agilizado cuando la sala del TSJ lo ha llevado de la mano. Valle ha sostenido que se han alegado dificultades técnicas para no ejecutar el auto. Es en 2012 cuando empezaron a reunirse los técnicos municipales una vez por semana y se empezó a hacer seguimiento de este caso. Solo entonces, ha reiterado, se comenzó a ejecutar la sentencia.

Aunque no estaba prevista la declaración de testigos, finalmente han comparecido una arquitecta municipal interina, un perito del TSJ y el letrado municipal hasta enero de este año, fecha en la que se jubiló.

A la salida del juzgado, una veintena de personas esperaban al alcalde para recriminarle su actitud. El hecho que de no haya salido por la puerta principal ha soliviantado a este grupo de ciudadanos, que han rodeado su coche, aunque no ha sido necesaria la intervención policial.

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