El clon humanoide que llegó de Japón

La expectación era mucha y nadie salió defraudado. Al menos en lo que a la primera impresión se refiere. Luego, en las distancias cortas, el humanoide Geminoid HI-4, clon del profesor japonés Hiroshi Ishiguro, catedrático de la Universidad de Osaka, resultó algo distante, acorde con su naturaleza oriental. No parecía a gusto en el escenario de la sala menor del palacio de Congresos, pero pronunció la conferencia y cumplió, con seriedad nipona, el programa previsto.

El humanoide visitó ayer Salamanca dentro de la programación de la decimosegunda edición de la conferencia sobre Aplicaciones Prácticas de Agentes y Sistemas Multi-Agente que se celebra en la ciudad del Tormes y en la que pudo disertar sobre los estudios avanzados en humanoides y androides. El robot que no tiene la facultad de caminar, posee 16 grados de libertad que le permiten actuar como si fuera un ser humano, mientras que su creador se encuentra a más de 10.700 kilómetros de distancia en su despacho de la Universidad Japonesa de Osaka. Ishiguro, cual director de títeres, respondió a través de su clon a cuantas preguntas se le realizaron.

Mediante la utilización de un micrófono para capturar la voz del original y una cámara para realizar un seguimiento de los gestos de su cara y los movimientos de su cabeza, el replicante reproduce sus entonaciones y movimientos. Si Ishiguro inclina la cabeza, el androide lo imita, lo mismo si parpadea o si se enfada frunciendo el ceño, incluso su pecho se mueve como si necesitara del aire para poder actuar, todo ello gracias a sensores biométricos que ambos llevan instalados.

Posibles terapias

El vicerrector de Investigación y Transferencia, José Manuel Corchado, presentó la visita de Geminoid y comentó, entre risas, que al tratarse de un clon de su creador, se nota mucho el envejecimiento de uno mientras la juventud permanente del otro.

Para el vicerrector, esta experiencia se engloba dentro de una investigación centrada en los mecanismos y herramientas que permiten que los robots sean cada vez más similares a los humanos. Un trabajo que persigue su utilización en terapias con personas mayores con las que interactúa como si fuera un humano y capta sus emociones.

Corchado afirmó que la inteligencia artificial está muy unidad a la robótica y «son prácticamente lo mismo, una cosa no se puede entender sin la otra». En ese sentido, matizó que lo que aporta son los sistemas de gestión de ese conocimiento que llega a través de los sensores y además la generación de emociones y de movimientos en función de las situación en la que está, «y eso hace que su comportamiento sea humano y varíe en torno a la situación». Desarrollado con tecnología de inteligencia emocional con la que puede captar y desarrollar todo tipo de emociones, concluyó.

El clon cibernético de Hiroshi Ishiguro presentará hoy también en la sala menor las conclusiones sobre la conferencia y las novedades más importantes sobre inteligencia artificial presentadas durante el congreso.