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RADIOGRAFÍA DE LA CRISIS EN LOS CLUBES

El deporte de élite agoniza en la región

Gran parte de los clubes viven en una situación tan mala que ya ha habido desapariciones

V. BORDA, J. J. LÓPEZ, S. J. CORDERO, F. ARCONADA, J. C. SAN JOSÉ. R. UGARTE

Domingo, 17 de febrero 2013, 15:53

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La crisis económica que nos acompaña también tiene pinta de llevarse por delante una parte del deporte de élite en Castilla y León. El cóctel es explosivo. Las ayudas públicas han menguado de manera considerable para, en muchos casos, desaparecer. El patrocinio privado tampoco pasa por su mejor momento. Las grandes empresas de la región no son muy proclives a echar una mano con la que está cayendo en estos momentos.

A todo ello hay que sumarle una reducción de número de aficionados, que tampoco pueden gastar, como sucedía hace unas campañas, con tanta ligereza en un abono o en una entrada para ver a su equipo favorito. Más madera para una situación en la que los ingresos han caído de manera increíble.

La caída publicitaria también se deja notar en los recintos deportivos. Donde antes no cabía un solo rótulo, ahora el hueco o el espacio blanco manda. Otra fuente de ingresos que ha mermado por culpa d la crisis económica que nos sacude sin piedad.

Antes esta situación, los clubes sobreviven de la manera que pueden. En muchos casos, las deudas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social se lleva parte de esos números rojos. Solo queda una opción: recurrir a la Ley Concursal. Renegociar la deuda con los acreedores y cumplir con ellos ante el peligro de que, de no ser así, se liquide la entidad.

Sin embargo, la situación ya se ha llevado por delante a los primeros clubes, caso del Baloncesto León o el CF Palencia. Seguramente no serán los únicos.

Valladolid

Tocados ¿hundidos?

En Valladolid, todos los clubes de élite están en una situación más o menos complicada. El Real Valladolid, el equipo señero de la ciudad, se encuentra inmerso en pleno proceso concursal. Se barajaba la posibilidad de que la entidad que preside Carlos Suárez saliese del concurso de acreedores el próximo mes de marzo. Veremos si es así.

El 29 de diciembre de 2011, el club solicitó acogerse al concurso de acreedores como solución a su complicada situación económica. Había que renegociar con los acreedores para intentar encontrar un camino hacia la supervivencia deportiva.

El magistrado nombró dos administradores concursales, Juan Barco y Ricardo Nieto, para llevar a buen puerto el proceso. La deuda que ambos contabilizaron en el mes de abril de 2012 alcanzaba los 73 millones de euros.

En estos momentos, la situación está pendiente de que se resuelvan los incidentes concursales que existen, deudas que reconocen los acreedores pero no el club y que deben ser resueltas.

La viabilidad del Real Valladolid pasa lógicamente por la reducción de la deuda que acarrea un concurso y por su permanencia en Primera División. Está claro que la viabilidad de la entidad no es lo misma en función de la categoría en la que milite el club. Los ingresos que genera solo la televisión son muy importantes en Primera, escasos en Segunda.

Pero el concurso de acreedores no es la panacea. Que se lo digan al CB Valladolid, que ya pasó por uno y salió con una deuda reducida a unos cuatro millones de euros, dos de ellos a Hacienda. En las dos temporadas que lleva fuera del concurso, el club va a generar a final de esta campaña más de 1,5 millones de euros de deuda. El año pasado tuvo pérdidas por más de un millón. Este se prevé que sean unos 500.000 euros. Parece que para poco ha servido un año inmerso en un concurso que se vendió como el camino hacia la salvación.

Está claro que el club es totalmente deficitario. El negocio del baloncesto ha visto cortado las vías principales de las que se nutría, grandes patrocinadores y entrada de publicidad. El futuro es negro, muy negro.

Tampoco el BM Valladolid escapa de la crisis. De un equipo acostumbrado a pelear por estar en Europa a vicecolista de Liga Asobal. Un trago muy amargo para una gran afición. La mala gestión económica ha sido el detonante de esta caída a los infiernos. Se gastó más de lo que había en las arcas y el agujero se fue haciendo mas grande.

El Balonmano Valladolid tuvo que renunciar este verano a jugar competición europea. La deuda reconocida por el club es de 1,5 millones, una cantidad que alcanzará los 1,9 millones al final de la presente campaña. Algunas voces aseguran que el agujero es muy superior a lo que se reconoce. El anterior presidente, Dionisio Miguel Recio, logró negociar con la Agencia Tributaria un aplazamiento a varios años de la deuda, una vía para dar algo de oxígeno a un club maltrecho. A Hacienda le debe aproximadamente un millón de euros; trescientos mil a varios jugadores, y doscientos mil a proveedores y otros. El futuro deportivo de la entidad es tan complicado como el económico.

Palencia

Sin club de fútbol de referencia

En el caso del fútbol palentino, el balompié atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Tras la desaparición a comienzos de año del club de referencia en la provincia, el CF Palencia, existe un vacío y un desencanto entre los aficionados a este deporte.

La herencia y la herida aún abierta del proceso de liquidación de la entidad morada persigue a los otros clubes de la ciudad que se postulan para llenar el hueco dejado por el Palencia. El fútbol, como juego, como esencia, hace mucho que ha pasado a un segundo plano, sepultado por problemas judiciales, rivalidades y escándalos ajenos a la pelota.

El estrambótico proceso concursal del Palencia, con defunciones y resurrecciones, cerró una historia de 83 años marcados por los problemas económicos, los juicios y la lucha de poderes de los últimos tiempos en los que la actualidad deportiva se focalizó más en el palco y en los vestidores del estadio palentino de La Balastera que en el césped.

El futuro más inmediato del fútbol palentino pasa por el Cristo Atlético. El club del barrio del Cristo ocupa el lugar deportivo del Palencia, al menos en la misma categoría en la que competían los morados en el momento de su desaparición, la Tercera División. En el aspecto sentimental o en el representativo, el Cristo lucha por involucrar en su proyecto a la masa de aficionados del extinto club palentino. Sin embargo, las rencillas de la última campaña y los cruces de declaraciones entre las directivas no han ayudado al trasvase de unos aficionados que en muchos casos han huido del fútbol para refugiarse en otros deportes en auge de la ciudad.

La situación económica de la entidad atlética tampoco es la que se podría esperar de un club que hasta esta temporada no había tenido más expectativas que permanecer en Tercera. Menos de un mes después de la desaparición del Palencia, tras dos incomparecencias, los jugadores del Cristo se plantaron hartos de la falta de cobro y también se temió por el futuro del club.

Una de las soluciones aportadas para sufragar una deuda de más de 70.000 euros se encuentra a juicio de la actual directiva en transformar el club en sociedad anónima deportiva. Los socios decidieron el pasado miércoles votar a favor de la conversión, aunque su decisión tendrá que ser ratificada en una asamblea extraordinaria el próximo 1 de marzo. Las promesas de entrada de capital y de un ascenso administrativo a Segunda B han favorecido una capitalización que representa un ejemplo de fútbol moderno al que se oponen muchos aficionados.

Muchos de ellos se aglutinan bajo la bandera del Deportivo Palencia, un club que en apenas dos años de existencia pelea por convertirse en el representante del balompié palentino y ascender a Tercera. Con una masa social de casi seiscientos abonados en Regional, el Deportivo es un defensor del llamado fútbol modesto donde no hay cabida para las sociedades anónimas en pro de las decisiones de los socios.

León

Todos al concurso de acreedores

Los tres clubes deportivos más importantes de León capital, tanto económica como socialmente, atraviesan dificultades económicas que tienen un denominador común: el concurso de acreedores.

La aplicación de esta ley nacida en 2003 y que venía a regular las quiebras de las empresas, ha supuesto la salvación de la Cultural y Deportiva Leonesa. El concurso de acreedores fue presentado en el verano de 2009, justo al finalizar la temporada futbolística, cuando el equipo aún disputaba la Segunda División B. Después de que los acreedores y los antiguos dueños del club llegaran a un acuerdo, el convenio posibilitó la reducción de la deuda (pasó de 6,3 a 2,1 millones, sin contar lo que se debía a los gestores) y la estabilidad del club. Aunque no fue una tranquilidad total, porque la Tesorería de la Seguridad Social denunció al club por impagos (una causa que quedó archivada por fallo de forma por parte de la administración pública), los anteriores administradores fueron declarados culpables del concurso por mala gestión (no cobrarán lo que se les adeuda y fueron inhabilitados dos años) y el equipo descendió a Tercera División por el impago a los jugadores en la temporada 2010-2011, una cuestión que estos días se dilucida en los juzgados: hasta 18 integrantes de aquella plantilla han denunciado ya al club.

Eso sí, ahora, con el presidente desaparecido (se sigue buscando un sustituto a Javier Baena por la empresa que ahora gestiona la Cultural, RMD, ejemplo de empresa que tras pasar por el concurso de acreedores ahora da grandes beneficios), los jugadores cobran al día y los plazos del concurso, que era a cinco años, se van cumpliendo.

El siguiente en presentarlo fue el Club Baloncesto León, que dijo adiós a la competición en 2012 después de varias temporadas en la Liga LEB e incluso a algunos años en la ACB. Un club que ya no existe pero sí su deuda, que asciende a 1,9 millones de euros, y cuyo patrimonio es también inexistente. Pero su mayor activo son los derechos ACB, que intentó vender pero finalmente no lo consiguió.

Ahora será el juez de lo Mercantil, Pablo Arraiza, quien decidirá si los gestores son culpables o no de que la sociedad tenga esta deuda. Por lo pronto, el administrador concursal, José Luis Ayala, quien también lo fuera del Blancos de Rueda Valladolid, ha pedido que 16 consejeros del club sean considerados culpables y, por tanto, inhabilitados para gestionar clubes deportivos. Entre ellos, el que fuera presidente del Baloncesto León, Joaquín Rodríguez, o el actual portavoz del PP y concejal de Deportes del Ayuntamiento de León, José María López Benito. Y es que el club es propiedad del Consistorio (51%) y Agelco (49%), una asociación de constructores que ya ha desaparecido después de ser liquidada también tras un concurso de acreedores.

La clave será saber si de verdad el canon de la ACB era válido para colocarlo como activo del club o los gestores lo incluyeron en las cuentas para que siempre fueran positivas.

Por último, el Reale Ademar está viviendo la fase previa. Y es que se ha acogido a la fórmula del preconcurso, una novedad de la ley que permite a las empresas inscribirse así en el Juzgado de lo Mercantil y tener cuatro meses de margen para negociar con los acreedores antes de presentar el concurso de forma oficial. Eso supone que durante ese tiempo el club presidido por Carlos Pollán podrá llegar a acuerdos con los adeudados, aunque los problemas no han finalizado: una denuncia del exjugador Denis Krivoschlykov hizo que el Juzgado embargara la taquilla del club de hace ocho días en el partido de Liga de Campeones ante el Montpellier. En total, fueron más de 6.000 euros, aunque la deuda con el jugador asciende a 14.000 euros.

Segovia

Dos en la cuerda floja

Goza de buena salud deportiva (cuarto en la clasificación con 34 puntos, los mismos que el Inter, su rival en Copa, tercero, y a solo una victoria de los líderes, el FC Barcelona), aunque no tiene tanta en la económica. Estuvo a punto de no salir a competir a principios de temporada, como le pasó por ejemplo al Carnicer, ahora en Segunda División, y estuvo muy cerca, pero que muy cerca, de la desaparición, aunque al final, los directivos, viendo el respaldo popular, decidieron continuar. Eso sí, tuvo que prescindir de dos jugadores con alta ficha (Lolo y Borja Blanco) y estructurar a los equipos de las categorías inferiores.

No tiene un partocinador principal y de Caja Segovia solo le queda el nombre. En días pasados ha conseguido ponerse al día con las nóminas, aunque los jugadores han preferido pasar de puntillas, seguir trabajando y demostrar su valía en la cancha. Optaron por mantener la prudencia, sin quejarse, sin protestar públicamente. La directiva sigue en la incesante búsqueda de un patrocinador que dé continuidad al proyecto. Han sido muchas las reuniones, muchas las llamadas de teléfono, muchas conversaciones, pero no no hay nada cerrado todavía.

Por lo que respecta al equipo de fútbol, el presidente de la Gimnástica Segoviana, Fernando Correa, confía en salvar la temporada económicamente. «Vamos un poco justos respecto a la deuda, y aunque con un pequeño desvío, soy optimista. Estamos buscando los recursos necesarios», manifestó no hace mucho. El conjunto segoviano no se libra de unos problemas económicos que parecen eternos y que a punto estuvieron de llevarle a la desaparición, de no der porque en su momento, los jugadores decidieron tomar las riendas. Su paso por la Segunda División B no contribuyó a mejorar el panorama. Tuvo que llegar a acuerdos con jugadores de la pasada temporada para que retirasen las denuncias y poder salir a competir, jugadores a los que todavía se debe algo.

El presidente reconoció hace unos días que se debía a los jugadores esta temporada parte del mes de noviembre, y los meses de diciembre y enero. «El problema es que las cosas (ayudas) no llegan en el momento deseado y mantener una regularidad en el pago de las nóminas es complicado», apuntó el presidente, que ha mantenido una reunión con los jugadores para explicarles la situación y la línea de actuación que tiene prevista el club para paliar los efectos de esta crisis.

Soria, Ponferrada, Miranda

Los que sí hacen los deberes

No hace falta ser un experto en economía ni un genio de las finanzas para entender cuál es el secreto, que no es tal, del C.D. Numancia para, durante todos estos años, haberse mostrado como un club serio y ejemplar en el aspecto económico, sin caer en escándalos, procesos concursales o deudas a jugadores u otros clubes. Lo que siempre se ha llamado desde el club 'el modelo', no sigue otra fórmula que obrar con sensatez, con los pies en el suelo y, dicho en plata, no gastar más de lo que se ingresa. De ese sencillo modo, con el cinturón ajustado, pero sin estrangular, el Numancia lleva ya 16 temporadas consecutivas en la élite del fútbol profesional, incluidas cuatro en Primera división. Un detalle que avala su buena gestión es que el Numancia es uno de los grandes valedores del nuevo Reglamento de Control Económico elaborado por la LFP.

Desgranando la política económica del club, se trata sencillamente de gastar poco o nada en fichajes, contratando futbolistas 'libres' o cedidos por otros clubes y de proponer sueldos modestos, pero que se abonan sin falta al finalizar cada mes. Pero no siempre ha sido así: durante su primera etapa en la Primera, el Numancia gastó más de lo necesario para finalmente no poder cumplir su objetivo de salvarse. Desde entonces, la lección está bien aprendida: austeridad y humildad, no exentos de los esfuerzos y sacrificios necesarios para mejorar o, por lo menos, subsistir sin problemas, que hoy día no es poca cosa. Por eso, durante los últimos 7 años el club ha cerrado sus ejercicios económicos con números positivos y aunque en el último fueron rojos, la cifra de déficit es mínima: 141.108 euros.

Así, sin perder la cordura, y sabiendo dónde se está, el Numancia pervive sin grandes problemas. En una ciudad pequeña, de 40.000 habitantes, y con un presupuesto pequeño (este curso es de 5.154.000 euros) el objetivo es siempre, en cada inicio de temporada mantenerse de la categoría. Modestia absoluta, pero con ambición comedida. Subir a Primera es un sueño innegable para cualquier, pero no a cualquier precio. Cuesta, es difícil, pero el 'modelo' se antepone a tirar la casa por la ventana y jugar con la viabilidad del club. Y, además, con el añadido de trabajar por la cantera, con una importante inversión (más de medio millón de euros) todos los años para la Ciudad Deportiva, con unas instalaciones ejemplares, elogiadas incluso por el seleccionador nacional, Vicente del Bosque.

Con este panorama, tampoco hay que olvidarse de que hay equipos que marchan en lo económico perfectamente, sin grandes agobios y en los que los profesionales suelen ver abonadas sus nóminas todos los meses. Es el caso de dos equipos de la comunidad que militan, al igual que el Numancia, en la Liga Adelante: el Mirandés y la SD Ponferradina.

En el caso de los burgaleses, el primer equipo de su provincia en el apartado futbolístico en estos momentos, siempre se han caracterizado por hacer las cosas con cabeza. Ascendió la pasada temporada a Segunda. Es su estreno en la categoría de plata del balompié español. En lo deportivo está peleando por escapar del descenso, del que solo dos puntos le separan. En lo económico ha optado por no tirar la casa por la ventana. Mantuvo a trece jugadores del plantel del ascenso y optó por reforzarse con efectivos de la zona colindante (Vizcaya, La Rioja, Burgos o Álava) y algún jugador cedido por otros equipos.

En las próximas semanas, los socios decidirán si se convierten en sociedad anónima deportiva o no. Si deciden no transformarse en un SAD perderían obligatoriamente la categoría, aunque la mantuviesen en el campo. Existe el temor de que venga alguien con el dinero suficiente para hacerse con el club, que dejaría de ser de los socios. En ese dilema se encuentran

En el caso de la Ponferradina, con una mejor situación deportiva que los mirandeses, pasa algo parecido. El club está saneado porque no son han hecho tonterías en lo económico. En estos momentos se ha acordado una reducción del valor de las acciones que se pusieron a la venta cuando el club se convirtió en SAD. El objetivo es sacar a la venta 7.900 acciones nuevas que permitan una ampliación de capital al club de cerca del medio millón de euros.

Salamanca

Un histórico en apuros

En el otro lado de la balanza se encuentra un histórico del fútbol español, la UD Salamanca. La entidad charra pasa por graves problemas económicos que cerca han estado de que esta temporada no militará en la Segunda División B. Nada menos que 89 años de historia que están en el aire.

De momento parece que el equipo tiene asegurada su existencia hasta el próximo 30 de junio gracias al apoyo económico del empresario local Juan José Hidalgo, algo que evita la liquidación de la entidad.

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