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Las máquinas trabajan en la demolición del antiguo silo de piensos situado entre la estación de Ariza y Arco de Ladrillo. / H. Sastre
Las máquinas derriban el silo de 30 metros de altura que aprovisionaba los vagones de los trenes en la estación de Ariza
PATRIMONIO FERROVIARIO

Las máquinas derriban el silo de 30 metros de altura que aprovisionaba los vagones de los trenes en la estación de Ariza

La estructura metálica, construida en los años sesenta, dejó de utilizarse en 2011 al cesar su actividad una empresa de piensos

J. SANZ

Miércoles, 6 de febrero 2013, 16:44

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El último vestigio industrial de la pujante actividad económica que tuvieron en su día los terrenos de la actual Ciudad de la Comunicación allí nació Fasa, Campsa o Autógena Martínez pasó ayer a mejor vida. Tres máquinas, 'armadas' con potentes pinzas al final de sus brazos mecánicos, redujeron a escombros el enorme silo de piensos situado en los terrenos de la estación de Ariza cortando en pedazos su estructura de hojalata de más de treinta metros de altura.

La imponente estampa del viejo silo, cuya actividad cesó hace apenas dos años, alcanzaba hasta esta semana la altura de los bloques de diez y once plantas de reciente construcción en la urbanización situada al otro lado de los muros de la vía. Pero se trataba de un armatoste de hierro sin utilidad, al menos empresarial, y cuyo avanzado estado de deterioro amenazaba ruina. Así que Adif, su actual propietaria el silo se encuentra en los terrenos ferroviarios del entorno de la vieja estación, comenzó hace más de un año los trámites para demolerlo y este lunes, por fin, comenzó los trabajos.

La empresa propietaria del silo (Nidera Agrocomercial) lo cedió hace dos años, nada más abandonarlo, al gestor de infraestructuras ferroviarias (Adif) y esta, «debido al mal estado en el que se encontraban y para evitar cualquier accidente ante posibles desprendimientos de chapas», decidió derribarlo, según indicaron ayer fuentes de la propia Adif.

El silo en cuestión está situado sobre una bifurcación de la línea de mercancías y fue construido en los años sesenta, en pleno apogeo industrial del entorno lindaba con Campsa y Fasa, con el fin de «cargar el cereal trigo y cebada en los vagones, que eran dejados por la locomotora en la vía principal y luego eran arrastrados al ramal del silo por medio de un cabrestante para colocarlos debajo, llenarlos y devolverlos después a la vía», según explicaba ayer un testigo de esta actividad, Bonifacio Rollán, mientras observaba el trabajo de los brazos mecánicos. Y hablaba con conocimiento de causa, ya que este jubilado de Fasa trabajó en su día en la «factoría de Montaje 1, que estaba justo al lado del silo hasta que se trasladó en los noventa», y ahora es miembro de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Valladolid (Asvafer).

Antes cayeron otros tres silos de la vieja planta de piensos Mubers (en 2009), situada a escasos metros, junto al paso a nivel de la calle Daniel del Olmo, y un cuarto de una altura muy inferior es el único que ha sobrevivido a la quema al transformarse en un moderno rocódromo en las instalaciones de Las Norias.

La demolición de la hasta ahora más imponente estructura metálica del entorno concluirá, en principio, el próximo viernes, según señalaron fuentes de Adif, que recuerdan que el silo carecía, en efecto, de valor histórico, como sí lo tienen la estación de La Esperanza, los antiguos muelles de carga y otras centenarias edificaciones ferroviarias.

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