«Mi vida y la de mi familia corren peligro y he dicho basta de aguantar a personas así»
Investigan a un clan de Girón, en Valladolid, por golpear a su vecino y a un policía en una fiesta de madrugada después de 25 años haciéndole «la vida imposible»
Goyo Gómez es un histórico del movimiento vecinal que en las últimas semanas, ya fuera de la asociación de vecinos del barrio, que ha dirigido ... durante los últimos siete años, ha dicho basta. «Llevo 25 años sufriendo a una familia que ocupa la casa de al lado y con la que he intentado hacer todo lo que estaba en mi mano para que la convivencia tanto conmigo como con el resto de vecinos se normalizara, pero ahora me he decidido a denunciar esta situación», relata este hombre de 54 años, nacido en el barrio, que el domingo de madrugada sufrió la enésima agresión de una larga lista de incidentes con los inquilinos de la vivienda que linda con su patio. Los hechos motivaron una intervención policial en la que uno de los agentes también fue agredido.
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Los vecinos de la familia asentada en una casa molinera de la calle Enseñanza (16), un clan integrado en la actualidad por trece personas –la abuela, cuatro de sus hijos, las mujeres de dos de ellos y seis niños–, alertaron al 091-092 pasadas las cinco de la mañana, cuando los jóvenes de al lado «celebraban una fiesta cantando y gritando». Los agentes, a su llegada, intentaron poner fin a la sonora celebración (de un cumpleaños) y comenzó un incidente que acabó con hasta tres denuncias contra los protagonistas. La primera la puso Goyo, al que propinaron «un puñetazo en la sien» y a cuya casa intentaron posteriormente entrar por el patio. «Otro vecino, que vio la escena y que también ha puesto la correspondiente denuncia, vio cómo uno de los chicos llevaba una escopeta mientras nos amenazaba de muerte a mí y a mi familia», relata la víctima, quien recuerda cómo ya con anterioridad profirieron toda suerte de insultos y amenazas también de muerte. «Dijeron que nos iban a quemar la casa y la verdad es que llega un momento en el que temes que pueda ser así», lamenta.
«Ya no nos atrevemos ni a salir al patio porque nos tiran piedras e, incluso, botellas de cristal cuando estamos allí»
La tercera denuncia la interpusieron los propios agentes, en este caso por atentado, ya que dos de los integrantes del clan también propinaron dos puñetazos en la cara a uno de los policías locales. Todo ello con la presencia de patrullas no solo municipales sino también nacionales dado el cariz que fueron tomando los acontecimientos. «Fue una noche muy larga y lo peor es que llegaron a amenazar a mi mujer más avanzada la mañana, cuando yo estaba en el hospital (sufrió una contusión leve) y luego en la comisaría para poner la denuncia», relata Goyo Gómez.
Dos puñetazos en la cara
Fuentes policiales confirmaron ayer la secuencia de los hechos y concretaron que la agresión a uno de los agentes, que tuvo que recibir asistencia médica, se produjo cuando intentaba mediar con los agresores. «Uno de los jóvenes le propinó un puñetazo en la cara de forma sorpresiva y su hermano hizo lo propio por la espalda también en la cara», explicaron. No les detuvieron porque se refugiaron en su vivienda y «por evitar males mayores», aunque sí están identificados y serán investigados los dos por el delito de atentado.
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La del domingo fue la cuarta denuncia contra el clan que interpone el exrepresentante vecinal en los últimos dos meses. Todas ellas por amenazas, agresiones, ruidos y por el «lanzamiento continuado» de piedras y desperdicios al patio de su vivienda, situada en la calle paralela, en la avenida de Las Contiendas, pero cuyo patio linda con la tapia del de sus vecinos de Enseñanza.
«Mi vida y la de mi familia corren peligro y he dicho basta de aguantar a personas así con las que llevó más de veinte años intentado dialogar y buscando salidas con los servicios sociales sin conseguir absolutamente nada», lamenta este vecino de Girón que durante cerca de veinte años perteneció precisamente a la asociación Valle de Olid como vicepresidente y luego como presidente hasta su relevo este año.
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Goyo Gómez quiere dejar claro que el barrio que le vio nacer es un «lugar maravilloso para vivir», si bien lamenta que «tenemos dos o tres familias conflictivas con las que la convivencia resulta complicadísima y que, como en el caso de mis vecinos de patio, tienen atemorizada a toda la calle». Algunos de los integrantes de este clan cuentan con antecedentes y, al menos, dos de sus integrantes, cuya edades oscilan entre los 23 y los 30 años (en el caso de los cuatro hijos), están siendo investigados ahora por los delitos de amenazas (con arma de fuego) y agresión y por atentado a un policía municipal.
«La situación se ha vuelto absolutamente insostenible y, aunque he vuelto a ir a los servicios sociales para buscar una salida pacífica, lo cierto es que me he decidido a denunciar cada incidente al ver que esto podía acabar mal», lamenta Goyo, quien recuerda cómo en las últimas semanas «ya ni nos atrevemos a salir al patio de nuestra propia casa después de que nos arrojaran un montón de piedras e, incluso, alguna botella de cristal cuando nos encontrábamos en él». Las denuncias por este reguero de incidentes se acumulan ahora en el domicilio de la víctima a la espera de que los tribunales «pongan fin de una vez a este infierno».
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