Valladolid tiene más vecinos con más de 80 años que niños con menos de 10
El envejecimiento del padrón genera 3,3 millones más de gasto en atención a personas mayores
Uno de cada cuatro vallisoletanos tiene más de 65 años (el 26,15%de la población), según los datos del padrón que acaba de publicar el Ayuntamiento (a 1 de enero de este 2019, aunque la cifra final bajará una vez que sea revisada por el INE, que ya dice que hay menos de 300.000 habitantes al tener en cuenta las bajas no contabilizadas).
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En cualquier caso, los datos certifican que el envejecimiento avanza por todos los barrios de la capital, con especial incidencia en aquellos que vivieron su 'boom' urbanístico entre las décadas de 1980 y 1990 (Parquesol, Covaresa, Parque Alameda...) y que ahora ven cómo sus pobladores iniciales (jóvenes familias entre los 30 y 40 años) superan o rozan en la actualidad los 70. Valladolid tiene hoy 78.504 vecinos que ya han cumplido los 65 años.
Hace un decenio eran 64.093(el 19,8%). Un incremento de seis puntos, de 14.411 personas, que no solo ha variado el paisaje humano de los barrios, sino que también tiene incidencia en los presupuestos municipales, que han de reservar cada vez más dinero para atender a las personas mayores.
El área de Servicios Sociales consignaba en 2009 una partida de 6.304.125 euros para atender a los 2.615 usuarios del servicio de ayuda a domicilio. Hoy, diez años después, ese presupuesto anual se ha elevado hasta los 9.679.500 euros, con 3.847 usuarios. Es un esfuerzo añadido de más de 3,3 millones de euros (9.247 euros más al día) para atender no solo al incremento del número de beneficiarios, sino también para hacer frente al aumento de las horas que precisa cada uno de ellos.
«El aumento del presupuesto no se produce solo porque cada vez atendemos a más personas, sino porque estas son cada vez más mayores [la media de edad es de 80 años] y requieren más horas de atención», explica Rafi Romero, concejala de Servicios Sociales. Ese número de horas prestadas ha pasado de las 359.390 de 2015 a las 494.954 en 2018, para limpieza del hogar, lavado y planchado de ropa, preparación de comidas, higiene del usuario... Además, influye que se ha mejorado el sueldo que reciben los auxiliares.
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«Lo que está claro es que esta situación irá a más durante los próximos años. Vivimos en una sociedad cada vez más envejecida y con una esperanza de vida muy alta. Eso debemos tenerlo en cuenta a la hora de diseñar los programas de atención a los mayores», explica Romero. Las últimas cifras dicen que en Valladolid viven 23.802 personas que ya han superado los 80 años.Son más que los niños con menos de 10 (22.676).
La radiografía por barrios consigna que las zonas con más niños son aquellas que han sumado nuevas viviendas en los últimos años, con la llegada de familias jóvenes a Villa de Prado, Los Santos Pilarica (donde este curso se ha abierto una escuela infantil), Pinar de Jalón y el entorno del nuevo hospital (incluido en Caamaño-Las Viudas) o el Páramo de San Isidro. Se produce así una estrecha vinculación entre nueva construcción y juventud, lo que implica el complicado relevo generacional en los barrios ya consolidados.
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Si hace ya años este fenómeno se veía en La Rondilla,Pajarillos o Circular, ahora es evidente en distritos como Parquesol. Aquellos que estrenaron el barrio hace casi cuarenta años ven cómo sus hijos se marchan (rumbo al alfoz o incluso a otras provincias). Este envejecimiento obliga a reclamar servicios, como un nuevo centro de mayores en Parquesol, prometido para este año en una parcela frente al centro de salud.«En 2013 se abrió un espacio en la calle Núñez de Guzmán que fue un parche», dice Juan José Álvarez, presidente de la asociación vecinal Ciudad Parquesol, quien recuerda la importancia de la nueva dotación.
«Cuando llegamos, presumíamos de que era el barrio con la tasa de natalidad más alta de Europa; ahora cada vez hay más mayores». En diez años, Parquesol casi ha duplicado el segmento de población con más de 65. «También es importante mejorar las líneas y frecuencias de Auvasa. Este es un barrio con muchas pendientes y hay zonas, como la ladera que da a La Flecha, que no están cubiertas con el 10», dice Álvarez. Carmen Quintero, presidenta de la asociación vecinal de La Rondilla, explica que también el barrio (donde se ha implantado un servicio de acompañamiento a mayores que viven solos) clama desde hace años por la ampliación del centro de mayores (ya anunciada para este 2019).
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