Valladolid lidera la subida de precios en la región por restaurantes y hoteles

El Índice de Precios de Consumo (IPC) de agosto evolucionó al alza en Valladolid tanto en términos intermensuales (0,2 puntos más), como en lo que va de ejercicio (2,1% de incremento acumulado), como en relación al mismo mes de 2023 (2,2%). De hecho, es el único territorio autonómico que aparece entre los que anotan los mayores aumentos en las tres variables mencionadas, de acuerdo con la explotación detallada que realiza la Dirección General de Presupuestos, Fondos Europeos y Estadística de la Junta a partir de la información del INE.

Con todo, lo cierto es que la tasa anual se modera en la provincia en comparación con la que se registró en julio, cuando se elevaba hasta el 2,5% e igualaba la media regional. En ese momento, marcado por el inicio de las vacaciones, también se vio impulsada por la hostelería en sentido amplio. Ahora bien, cabe recordar que la época estival no explica por sí sola el comportamiento de este sector, puesto que los servicios de comidas, alojamiento y viajes llevan en una senda claramente ascendente desde marzo de 2022, acelerada por el deseo de muchos ciudadanos de recuperar el tiempo perdido durante la pandemia y disfrutar de la buena mesa o hacer escapadas durante todo el año.

En la misma línea y por poner las cosas en su contexto, conviene no olvidar que los porcentajes actuales en los que se mueve el IPC están muy alejados de los que sufrían los consumidores vallisoletanos hace tan solo 18 meses, cuando se situaban en máximos de casi 40 años. Así, en julio de 2022 estaba disparado al 12% (lo mismo que en Castilla y León, en España el 10,8%), debido al contraste con la estabilidad previa a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Los datos publicados este jueves sobre la cesta de la compra también incluyen alguna buena noticia para nuestros bolsillos. En concreto, que hay tres agrupaciones de productos que se abaratan en Valladolid: vestido y calzado (-3,1%), prácticamente en su integridad debido al primero de ellos y coincidiendo con unas rebajas de verano que han sido positivas en ventas, después de una temporada mala a causa de la meteorología; el transporte (-1,5%), gracias al subgrupo de los vehículos personales, y las comunicaciones (-0,1%), por la tendencia a la baja de los equipos de telefonía y fax. Frente a esto, los alimentos y bebidas no alcohólicas crecieron un poco por encima del índice general (el 2,3%, cinco décimas menos que en julio y la menor tasa desde noviembre de 2021), otros bienes y servicios en la misma medida (2,2%), la sanidad un poco por debajo (2,1%), el ocio y la cultura al 2% y los muebles y artículos del hogar al 0,7%.

Si se hace el mismo análisis en el conjunto de la comunidad el resultado es ligeramente distinto. De nuevo son los restaurantes y hoteles los que mayor incidencia tienen en el crecimiento del indicador castellano y leonés, pero pese a ser relevante, la subida autonómica en este ámbito (4,6%) está más de un punto por debajo de la vallisoletana. Algo parecido ocurre con el epígrafe de las bebidas alcohólicas y el tabaco (3,7%), mientras que la situación se da la vuelta en el caso de la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles (4,6%), donde la provincia sale ganando. Por el lado de los ahorros, solo hay dos segmentos en los que los precios se contraen: el transporte (-1,4%) y las comunicaciones (-0,3%).

La información que facilita el Instituto Nacional de Estadística (INE) permite asimismo hacer una comparativa entre provincias de Castilla y León. Así, se observa que fue en Palencia donde la progresión de los precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares –porque eso es lo que mide el INE– resultó más favorable. Se trata del lugar de la comunidad donde vivir es más económico, con un ascenso del IPC limitado al 1,7% en términos interanuales. Muy cerca se encontraba Salamanca, con el 1,8%, y a poca distancia Soria, Zamora y León, las tres con el 1,9%. Esta última, por cierto, fue la única de la región donde los precios cayeron en relación a julio, aunque fuera solo el 0,2%. El listado se completa con Ávila y Burgos, ambas con un 2% y por tanto al mismo nivel que el promedio autonómico, y con las mencionadas Valladolid y Segovia, con el 2,2%.

El examen de las cifras nacionales revela, por otra parte, que la comunidad autónoma está colocada en la parte baja de la tabla. De hecho, Castilla y León comparte 2% con Cantabria, Castilla-La Mancha y Murcia, y solo las ciudades autónomas de Ceuta (1,6%) y Melilla (1,3%) registran un incremento inferior del Índice de Precios de Consumo. En contraste con esto, el País Vasco se encuentra a la cabeza de la clasificación (2,6%), seguido de Canarias (2,5%) y Aragón, Asturias, Cataluña y La Rioja, todas con el 2,4%. Justo en el promedio del 2,3% figuran Baleares, Extremadura, y Galicia, mientras que Valencia, Madrid y Navarra se anotan el 2,2% y Andalucía un 2,1%.