Valladolid desecha la tarjeta municipal única al haberse quedado obsoleta sin estrenarse
El 'plástico', anunciado en 2017 y con el que se iba poder acceder a doce servicios del Ayuntamiento, no se puede poner en marcha por su incompatibilidad con la tecnología actual
Llenó varias páginas de los periódicos locales desde que se anunció allá por 2017. Que si ya estaba a punto, que si se implantaría en ... el primer semestre de tal año, que estamos con las últimas pruebas, que si facilitará la vida de los ciudadanos... Resultado: ninguno. El proyecto de la tarjeta única que iba a agrupar hasta doce servicios municipales en un solo 'plástico', incluida una aplicación para el móvil, ha caducado sin estrenarse.
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La rapidez de los avances tecnológicos registrados en los últimos ocho años ha arrollado esta iniciativa que se presentó con el PSOE y Toma la Palabra en el Gobierno municipal y que recibió financiación europea para ponerse en marcha. Tranquilos, porque el dinero ha servido para otros menesteres relacionados con ese concepto tan amplio de la ciudad inteligente, pero aquella prestación para aligerar las carteras con una sola tarjeta, que también iba a tener su versión para utilizarla desde los teléfonos IOS y Android, ha pasado a mejor vida.
«Está desarrollada en un sistema que es carísimo y que ya no tiene sentido, porque hay tecnologías más baratas, más rápidas y que no son compatibles con esta», explica la concejala de Modernización Administrativa, Silvia Tomillo. Desde un principio, esta prestación para los vecinos que son usuarios de la red municipal registró problemas. La incompatibilidad de las diferentes plataformas con las que trabajaban los distintos servicios complicaba mucho la integración de las tecnologías, especialmente con los casos de Auvasa y la Fundación Municipal de Deportes.
La intención era que a través de ella se pudiera pagar la ORA y los impuestos locales, acceder a los servicios de los centros de mayores, cívicos, deportivos y bibliotecas, montar en el autobús, alquilar una bici del sistema de préstamo, utilizar los postes de recarga de coches eléctricos o los puntos limpios... También iba a tener aplicación para los turistas, que podrían descargar una versión específica para el visitante, que les iba a permitir crear paquetes de viaje, con accesos a salas de exposiciones y museos, entre otras posibilidades que se estaban diseñando. Iba a costar lo que el plástico de un bonobús: 3 euros.
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Su puesta en marcha llegó a tratarse en un pleno, concretamente en mayo de 2022, cuando se aprobó una moción presentada por Ciudadanos y que fue apoyada por unanimidad para que esta prestación estuviera operativa en 2023. No obstante, en aquella sesión ya se advirtió por parte del entonces equipo de Gobierno de izquierdas que el asunto estaba complicado. «Cuando parece que hay una idea, todo avanza muy rápido y la tecnología lo supera», se señalaba. Y, finalmente, se ha cumplido. La tarjeta ya descansa en paz y no hay intención de desenterrarla.
El proyecto se enmarcaba dentro del plan S2CITY -Sistema Inteligente de Servicios al Ciudadano y al Turista- cuyo principal objetivo, se explicaba, es la mejora de los servicios municipales a través de las TIC tanto para los que viven en Valladolid como para los visitantes. La financiación de este programa, con un periodo de ejecución previsto de tres años, alcanzó los 3,6 millones de euros, 1,08 de ellos aportados por el Consistorio y el resto por la Unión Europea.
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«El Ayuntamiento de Valladolid a través de su Agencia de Innovación y Desarrollo Económico plantea la creación de un acceso único a los servicios públicos a través de la tarjeta ciudadana y/o el dispositivo móvil. El proyecto se basa en la transformación digital con nuevos procesos, contenidos, soporte y plataformas que impulsarán la participación ciudadana y harán más eficientes los servicios, con la gestión adecuada del Big Data», se promocionaba entonces.
Tomillo subraya que pese a desecharse el proyecto al haber sido superado totalmente por las innovaciones registradas desde que se anunció aquella entrada en el plan S2CITY ha contribuido a avanzar en otros programas de digitalización. «Sin él, no hubiéramos podido acceder a otros fondos, porque no hubiéramos tenido los cuadros de mando ni toda la estructura de los datos que tenemos actualmente en el Ayuntamiento», subraya.
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Entre ellas, apunta los 2,6 millones recibidos para el plan VIVES, que tiene como objetivo aplicar soluciones digitales para la gestión eficiente de los recursos turísticos, la personalización de la experiencia de los visitantes y la colaboración entre diferentes actores del sector, además de ser una gran plataforma de datos para tomar decisiones junto con otros destinos.
Dentro de estas iniciativas de la ciudad inteligente, Auvasa también está trabajando en una aplicación conjunta para el transporte público en los municipios de Valladolid, Valencia, Vitoria, Logroño, Gijón y Fuenlabrada. Tras haber puesto en marcha el pago de impuestos a través de Bizum, el área de Modernización ultima el proyecto, aún en estudio para afinarlo, 'El Ayuntamiento en tu bolsillo', una aplicación para el teléfono móvil que entre otras prestaciones prevé que se puedan pagar multas, poner una sugerencia o pedir un servicio, como que te recojan enseres ya viejos, u ofrecer información de tráfico en la ciudad a tiempo real, entre otras aplicaciones.
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