El tiempo

Valladolid continuará envuelta en la niebla y prolongará su 'primaverilla'

La situación anticiclónica minimizó el atípico calor que protagonizó el final de enero, con nueve días consecutivos de nieblas (desde el día 23), los cinco primeros sin asomarse siquiera el sol, hasta que por fin se abrieron los cielos en las tardes del pasado fin de semana y el mercurio ascendió hasta los 16,9 grados (el domingo, 28), a 1,1 del récord absoluto de 18 grados, la máxima más alta para un mes de enero en Valladolid, que se alcanzó el día 1 del año pasado.

Las altas temperaturas, en cualquier caso, marcaron buena parte del mes pasado, que concluyó con una media de 6,5 grados, 2,1 por encima de lo habitual (4,4), con máximas y mínimas inusualmente elevadas (la media de las máximas alcanzó los 10,2 grados, a 0,7 del récord absoluto de este registro en 2022). Apenas hizo frío y solo se registraron ocho días de heladas en un mes, en teoría, llamado a ser el más frío del año, con una mínima puntual de -4,2 grados el día 20.

Enero, en este sentido, dejó nada menos que quince días, medio mes, en definitiva, con registros superiores a los diez grados (lo normal es que el termómetro no pase de 8,1), dos de ellos (los días 28 y 29) con picos de 16,9 y 15,5.

Así que el pasado mes figurará en los registros meteorológicos entre los más cálidos de la historia. Y fue, a su vez, húmedo. La incansable sucesión de tormentas que protagonizó, sobre todo, el tramo medio de enero (se recogieron 56 litros entre los días 13 y 19) dejó su superávit precipitaciones del 53%, con 68,8 litros por metro cuadrado recogidos en el conjunto del mes, 24 más de lo habitual (44,8).

El final de las tormentas, que causaron virulentos desbordamientos de los ríos en la provincia, especialmente del Cega y el Duratón, que anegaron Viana y Rábano, dio pasó a la estabilidad y a una situación anticiclónica que arrancó el día 23 y que viene envolviendo en niebla desde entonces a Valladolid.

Esta estabilidad continuará en el arranque de febrero, al menos, hasta mediados de la semana que viene. Este jueves, de entrada, la provincia continúa en aviso amarillo por las nieblas y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) vaticina que esta situación, con temperaturas aún muy suaves, sobre todo, las diurnas, que prolongarán la 'primaverilla' anticipada de enero, se prolongará durante lo que queda de semana y el comienzo de la siguiente.

Para estos días se esperan «brumas y nieblas matutinas (parece que por las tardes sí se despejarán, al menos, los cielos), ausencia de lluvias, heladas débiles y temperaturas altas para la época», que hoy, sin ir más lejos, volverán a rondar los quince grados. Después descenderán ligeramente, solo eso, las máximas, aunque continuarán por encima de lo habitual para la época, según recogen las previsiones de la Aemet.

De manera un enero muy cálido y lluvioso dará paso a un inicio de febrero de nieblas y temperaturas aún altas. Atrás queda ya un 2023 que fue extremadamente cálido, con una temperatura media de 14,4 grados, 1,4 por encima de lo normal y la segunda más alta de la historia (a solo tres décimas del récord absoluto de 2022), y que dejó un déficit de lluvias del 9,2% con 393,6 litros por metro cuadrado recogidos en Valladolid.

El cambio del tiempo parece asomarse a medio plazo y se prevé la entrada de borrascas que traigan las primeras lluvias de febrero a finales de la semana que viene. Dichos frentes podrían asomarse por la península en torno al día 8 y en adelante. Habrá que esperar para que vuelva a llover. Por ahora toca disfrutar de una 'primaverilla' con el pero de las nieblas matutinas que continuarán protagonizando los amaneceres.